Cuatro adultos se intoxicaron y un niño, de cuatro años, murió después de comer yuca amarga durante el almuerzo, en el sector Las Charas, de Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui
El adolescente no reconoció las características de la yuca amarga cuando se la robo.
El consumo de yuca amarga cobró una nueva víctima; esta vez le tocó el turno a un niño, de cuatro años, en el sector Las Charas, de Puerto La Cruz, en la zona norte del estado Anzoátegui, así lo reseñó el diario El Nacional en su portal de noticias.
En la humilde casa de techos de zinc, paredes a medio pintar y piso de cemento pulido, el hambre golpeaba con fuerza el estómago de los miembros de la familia. La única alternativa que halló el adolescente, de 14 años, se redujo a robarse una yuca, sin imaginar que la solución iba a desencadenar la desgracia.
La hora del almuerzo llegó, hirvieron el tubérculo y luego lo sirvieron en unos platos, comieron hasta la saciedad. Treinta minutos después el vómito y la diarrea se convirtieron en un malestar colectivo; cuatro adultos y un pequeño luchaban por sobrevivir en la emergencia del Hospital César Rodríguez, de Guaraguao.
Los médicos de guardia lograron estabilizar a los padres del menor, el resto de los intoxicados permanecen estables. Luego de una larga agonía el bebé murió, no respondió al tratamiento suministrado por los galenos, cerró los ojos y nunca más despertó.
Un pariente del occiso detalló que el muchacho saltó la cerca perimetral de una finca para robarse la yuca, la metió en una bolsa plástica negra y se la entregó a su madre. El joven no estaba presente cuando su familia se sentó a comer, salió a visitar a un amigo.