Tres balazos en la cabeza acabaron con la vida de Gerónimo Quintero (19), en la avenida Universidad, a unos 10 metros del elevado de Ziruma. La Policía informó que se alió a un compinche para robar, buscaba dinero para darle un regalo a su hija por su cumpleaños
Tres balazos en la cabeza acabaron con la vida de Gerónimo Quintero (19), en la avenida Universidad, a unos 10 metros del elevado de Ziruma. La Policía informó que se alió a un compinche para robar, buscaba dinero para darle un regalo a su hija por su cumpleaños.
Quintero y su cómplice atacaron ayer, a las 7.00 de la mañana, a su primera víctima. Los ladrones viajaban en una motocicleta y despojaron a otro motorizado de su vehículo. El asaltado esperó, cuando su agresor se alejaba le disparó en la cabeza. «Desconocían que era policía, comentó un testigo.
El maleante, quien vestía una camisa de cuadros rojos, un jean azul y calzado deportivo gris, quedó boca abajo en el pavimento. Unos minutos más tarde, al menos 20 familiares del delincuente llegaron al sitio. La esposa comentaba que el joven salió de su casa en Cardonal Norte II, para robar y comprar el regalo de cumpleaños de su hija. No se apartó del cadáver, hasta que llegó la furgoneta de la morgue forense y lo levantó.
Una de las parientes señalaba el cuerpo y les decía a unos niños: «Así van a quedar ustedes, si salen a robar». Mientras que unas mujeres arremetían violentamente contra los periodistas que acudieron al sitio. Los policías que custodiaban la zona, ignoraron lo que ocurría.
La Policía lo vincula a la banda Los Tocavidrios, dedicados a robar en los semáforos y las esquinas de las parroquias Juana de Ávila, Chiquinquirá y Olegario Villalobos.
Karoline Valladares/La Verdad