Su padrastro lo viola y golpea hasta matarlo

Los vecinos del barrio Bolívar recaudan dinero para cubrir los gastos del velatorio y la inhumación. Familiares del niño lo recordaron como alegre, tranquilo y cariñoso. La vida del pequeño Cristian José Polo Torrealba, de un año, terminó luego de que Engelberth de Jesús Ruíz Torres (21), lo violó en una casa del barrio La Pradera del municipio Maracaibo

Helen Hernández/La Verdad

Después de la muerte de Jhoana Carolina Montiel, de tres años, violada y asesinada a golpes por Gustavo Adolfo Ferrer (26) en una casa del sector La Arreaga, parroquia Cristo de Aranza del municipio Maracaibo; Cristian José Polo Torrealba, de un año, corrió con la misma suerte.

A las afueras de la morgue forense de la Universidad del Zulia, los familiares del pequeño no paraban de llorar y lamentarse. Hace tres días lo llevaron muerto a la emergencia del Hospital Materno Infantil Cuatricentenario, cuando los médicos de guardia lo revisaron tenía hematomas en el cuerpo, una irritación en los genitales y una severa infección en la boca.

Las alarmas se encendieron, de inmediato notificaron el hecho a los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica para que se dirigieran al centro de salud. Arianna Torrealba y Engelberth de Jesús Ruíz Torres (21), madre y padrastro del niño, quedaron a la disposición de Ministerio Público.

La autopsia practicada al menor reveló que lo violaban desde hace días, presentaba una desfloración anal, signos de maltrato, aruños y golpes. Los sabuesos presumen que el detenido abusaba sexualmente de él con el consentimiento de su progenitora, a quien liberaron luego del interrogatorio.

Reconstrucción

Las primeras experticias condujeron al equipo de criminalística hasta una humilde vivienda en la calle 85 con avenida 94 del barrio La Pradera, parroquia Francisco Eugenio Bustamante de la capital zuliana. Los vecinos comentaron que vieron salir a Arianna de la habitación donde vivía, el depravado se asomó por la ventana en varias oportunidades para cerciorarse de que se había marchado.

Cristian lloraba, gritaba, los habitantes de la barriada pensaron que el motivo de su desesperación se debía a la ausencia de su mamá, pero “estaban lejos de sospechar la atrocidad que se cometía en el interior de la casa”, detalló una fuente oficial ligada a la investigación.

En media hora, el ama de casa regresó del abasto con el kilo de arroz que compró, corrió al hospital con su hijo en brazos, estaba inconsciente, pálido, no reaccionaba a ningún estímulo. Sus esperanzas se desvanecieron cuando escuchó la noticia sobre su deceso.

Mientras los parientes del infante calificaban al hombre como un drogadicto, allegados a los Polo aseguraron que la mujer también consumía estupefacientes, descuidaba al niño y no le daba de comer.

Historial criminal

Con la muerte de Cristian suman dos casos en lo que va de semana. El pasado jueves Lignarys Michel Quevedo Parra (27) y Oswaldo Sosa Torrealba (35), madre y padrastro de Naibeli Joseli González Quevedo, de un año y siete meses, la violaron y golpearon en el abdomen hasta matarla en una casa del sector San Ramón del municipio San Francisco.