«Mataron a mi hermana durante el cuarto plagio a la familia»

María Fátima De Olim, de 42 años, era comerciante de origen portugués y recibió un disparo que le entró por un brazo y le afectó órganos vitales.

Deivis Ramírez Miranda/El Universal

Un disparo certero que le entró por un brazo neutralizó y mató a María Fátima De Olim, de 42 años, la noche del jueves en la calle 4A de Caurimare, en Caracas.

Estaba sentada en el asiento trasero de su vehículo Toyota Corolla blanco, en compañía de su pareja, el funcionario jubilado de la extinta Policía Metropolitana (PM), Freddy Navas, de 49 años.

Ambos habían sido secuestrados minutos antes por dos delincuentes que los mantenían sometidos en el carro. Los sujetos usaron dos armas de fuego y una granada.

Como Freddy también estaba armado y los secuestradores no se habían percatado, intentó neutralizarlos pero todo derivó en un tiroteo dentro del vehículo. María Fátima recibió el disparo y quedó grave. Como nadie la auxilió a tiempo murió allí.

Freddy fue alcanzado por un proyectil en el cuello, y uno de los delincuentes, identificado como Wilmer Rebolledo, también quedó herido.

El carro chocó contra un árbol y el secuestrador que estaba ileso huyó.

Vecinos de la zona escucharon la balacera y el estruendo del choque, y avisaron a la policía de Baruta.

Cuando los uniformados llegaron la mujer ya estaba muerta y solo trasladaron a Freddy y al maleante a un centro de salud. Se percataron de la granada que estaba dentro del carro y acordonaron la zona.

Fue a las tres de la madrugada de ayer cuando funcionarios de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) del Cicpc retiraron el artefacto.

José Andrés De Olim, hermano de María Fátima, dijo que su familia ha pasado por cuatro situaciones de secuestro, y en esta oportunidad le mataron a su hermana.

«Cuando me avisaron del hecho, que mi hermana estaba secuestrada, enseguida pensé en que debía pagar su rescate, esta era la cuarta vez», dijo casi resignado a la inseguridad que los ha agobiado.

A él lo secuestraron dos veces y a su hijo una vez.

«Yo hablo por mi hermana y por todos los que matan en este país. Tengo 40 años en este país y no me quiero ir, pero necesitamos un cambio», dijo el hombre de origen portugués y dedicado al comercio, al igual que lo hacía su hermana.

Relató que a María Fátima le habían robado ese mismo carro hacía tres meses.

«Ella vivía en Coche y como le robaron el carro y pagó para rescatarlo, decidió mudarse a Caurimare con una de sus hijas. Se sentía insegura», dijo el hombre llorando.

La mujer tenía un mes y medio viviendo en Caurimare, y todos los días buscaba a su pareja en el negocio frente a la Plaza Sucre donde laboraba.