Los 400 dólares que desataron el infierno y lo llevaron a la tumba

pistolero

Los 400 dólares que llevaba consigo, ese era su objetivo. Aquella mujer tenía la mirada perdida, estaba desorientada, nerviosa, parecía que había visto un fantasma, hacía gestos extraños, no podía ni hablar. Se mantuvo en silencio, apacible, no manifestó ninguna diferencia hasta que recibió la llamada de una conocida.

Esta conocida le preguntó a la fémina si su esposo estaba allí, algo que la hizo pasmarse, ella se extrañó y le preguntó el por qué y  la conocida le manifestó que había visto el cadáver de su esposo Ronny José Castillo Pacheco, de 35 años, tirado en el suelo, en la parte alta del sector La Redoma de El Guarataro, en el oeste de Caracas. 

La dama, a quien le resguardaremos el nombre para evitar que sea víctima de represalias, en medio del llanto y el desconsuelo llamó a su suegra y luego, junto con otros familiares, acudió a la zona y avistó el cadáver.

Ronny yacía cerca de un basurero improvisado de la zona. En su cara y en otras partes del cuerpo presentaba los rastros de un ensañamiento. Cortadas y orificios de proyectiles quedaron en su rostro, hasta desfigurar un lado de su cara. Las otras partes de su cuerpo registraban también disparos.

La esposa de Ronny José ya sabía lo que había pasado, también había sido víctima de los victimarios de su esposo.

Llegaron sin aviso

El jueves 8 de febrero era un día como cualquier otro en El Observatorio del 23 de Enero, municipio Libertador de Caracas. La gente llegaba a almorzar a sus casas, otros apenas estaban saliendo a las calles, algunos se trasladaban en sus vehículos y otros caminaban por la zona.

Los perros merodeaban buscando comida, un grupo de vecinos se detuvo para conversar, los niños caminaban con sus madres y las camioneticas subían y bajaban.

Ronny José, un prestamista y cabillero en una construcción de la GMVV, en San Martín, acudió ese día, junto con su esposa y un ahijado de 17 años, a visitar a su madre en El Observatorio. La vivienda de su madre quedaba en la parte alta de la zona, por la que accedía, por medio de unas escaleras.

Ronny José comenzó a subir las escaleras, junto con su esposa y el ahijado, cuando de repente fueron sometidos por seis sujetos encapuchados.

Aquellos hombres los acorralaron y terminaron arrinconándolos contra una pared. La víctima les suplicaba que no les hicieran nada y les preguntaba: “¿Qué es lo que quieren?”.  

Los encapuchados les cubrieron los rostros y se los llevaron caminando por una zona desconocida. La esposa de Ronny se resbaló en un momento y se dio cuenta que estaban en un camino de tierra, que era desconocido para ella y en el que no escuchaban ni un ruido que pudieran distinguir. Ronny se preguntaba en aquellos momentos, ¿qué estarían buscando aquellos hombres?.

Los dólares

La caminata duró alrededor de 20 minutos hasta que los hombres les dijeron que se quitaran las trenzas de sus zapatos y con ellas los amarraron. Luego los subieron a un vehículo.

Ya dentro del automóvil la situación se tornó más tensa. Los encapuchados se fueron encima de Ronny, le quitaron 400 dólares que llevaba consigo, ese era su objetivo, y le preguntaron que si poseía más dólares. La víctima les manifestó que no tenía, hecho que llevó a enfurecer a los sujetos, quienes le propinaron cachazos.

En ese momento, la esposa de Ronny se metió a defender a su pareja, pero terminaron atacándola a ella también, jalándola del cabello, mientras ocurría todo aquello los llevaron en el vehículo por varias zonas,que ellos desconocían.

Cuando ya eran las 6:30 de la tarde y con el vehículo en marcha lenta, los encapuchados soltaron a la fémina y al ahijado, se quedaron con Ronny y continuaron su camino.

La esposa de Ronny y el ahijado de 17 años se fueron a su casa y no comentaron a nadie de lo ocurrido, debido a que los sujetos los habían amenazado de muerte. Además temían por el destino del hombre.

La hora transcurrió y alrededor de las 7:30 de la noche la esposa de Ronny José recibió la llamada de la conocida que le anunciaba la muerte de su marido.

El prestamista pensaba vender parte de esos dólares para disfrutarlos en La Guaira, en la temporada de Carnavales, junto a su familia. Además tenía pensado irse del país en marzo, específicamente para Ecuador. Dejó dos hijos, uno de 13 años y uno de seis, reseñó El Cooperante