Lo mata a balazos por chocar contra aro de básquetbol

familiares de fallecido esperan cuerpo en la morgue
A Javier Ramírez (34) le borró a balazos sus sueños de salir al exterior el “Adriancito” (20), por haber chocado contra un aro de básquetbol en La Vega

Para Javier Antonio Ramírez Villegas, de 34 años, la oferta laboral en el exterior quedó sin efecto. La muerte llegó primero: le dispararon cinco veces en los brazos y en el pecho, por discutir con un  delincuente a quien solo se le conoce con el alias del “Adriancito”, de 20 años, un azote de barrio.

El suceso ocurrió a las 3.30 de la tarde el pasado martes, en la calle las Margaritas, sector Los Paraparos, parroquia La Vega, al oeste del Distrito Capital, lugar donde vive Mariluz Montilla, suegra de Ramírez, y quien quedaba a cargo de sus dos hijos mientras él y su esposa trabajaban.

Reconstrucción de los hechos

Ramírez buscó a su hijo de seis años en el colegio, y se dispuso a llevarlo a casa de su abuela. Al salir, se subió a su vehículo Chevrolet, modelo Aveo, blanco, con el que llevaba dinero a su hogar haciendo carreras en una línea de taxis todo el día. Cuando salía del callejón en retroceso, chocó con un aro de básquetbol. De inmediato se bajó para constatar qué sucedió.

“Cuando se bajó del carro se topó con ese malandro al que todo el mundo conoce y comenzó a discutir con Javier. Lo gritaba, lo maldijo, lo insultó como le dio la gana, y Javier solo le pedía disculpas y le prometió que se haría cargo de comprar un aro nuevo para enmendar el error”, dijo Montilla, su suegra.

Ante la conmoción, residentes del sector salieron en defensa del taxista. Vecinos se unieron para mediar la situación y entre ellos estuvo la abuela del agresor.

En medio de la discusión, el presunto delincuente sacó un arma de fuego y le disparó cinco veces a Javier Antonio, quien cayó al suelo. La abuela del victimario se abalanzó encima de él para evitar que le disparara a otras personas, a lo que su nieto respondió disparándole en la pierna.

A la víctima la trasladaron en su propio vehículo al Hospital Miguel Pérez Carreño, pero convulsionó durante el trayecto y falleció antes de llegar al centro asistencial.

“Ese hombre era todo para sus hijos. Quería irse del país para darles un mejor futuro. La muerte lo alcanzó y todavía tenía una vida por delante con su familia”, dijo Montilla.

Javier Ramírez, de 34 años, era el segundo de tres hermanos. Tenía una oferta laboral en Perú y debía partir al país sureño el próximo 6 de enero. Después de dejar a su hijo en casa de la abuela materna, iba a retirar su pasaporte.