Lo despachurra la camioneta tunning de su vecino

El mecánico le dijo a su hijo que le buscara un vaso de agua, pero cuando el niño regresó, su padre estaba muerto debajo del vehículo. La víctima retiró uno de los cauchos de la Silverado para arreglar la suspensión

Rubén Antonio Olaño Perea (38) se concentró tanto en la reparación de la camioneta Silverado color naranja de su vecino y no se percató que no ajustó bien el gato hidráulico que la levantaba, este se rodó y el vehículo lo despachurró en la calle 167 del barrio El Silencio.

Según los parientes del occiso, el accidente ocurrió a las 3.30 de la tarde del pasado jueves, unos segundos despúes de que Rubén le pidiera a su hijo que le buscara un vaso con agua.

«Mi nieto cuando volvió con el agua, vio la sangre, pensó que era aceite. Al acercarse notó que era la sangre de su padre», lamentó Leila Urdaneta, suegra del occiso. Detalló que el niño corrió despavorido hasta su vivienda para pedir auxilio.

Los familiares y los vecinos corrieron para rescatar a Olaño. Levantaron la camioneta, sacaron al herido aún con signos vitales y lo trasladaron hasta el ambulatorio El Silencio, donde murió a los pocos minutos de su llegada.

Liyibeth Ordóñez, esposa de Rubén, es enfermera y pidió que ingresaran a su marido al Hospital Manuel Noriega Trigo, para poder atenderlo. «Vos podías con todo y no aguantaste. No me esperaste para atenderte. Te estaba esperando», gritaba su esposa sin cesar en la acera de la medicatura forense, mientras sus acompañantes la sostenían para darle fortaleza.

El fallecido trabajaba como operador de máquinas desde hacía 19 años, por tal motivo tenía conocimientos en el área de mecánica. Vivía junto a su esposa y sus cuatro hijos en el barrio El Silencio, parroquia Domitila Flores.

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Rubén Antonio Olaño Perea (38) Trabajaba como operador de máquinas. Vivía con su esposa y sus cuatro hijos. Murió antes de que concretaran su traslado a otro centro de salud.

 

Isamar Prieto/La Verdad