La muerte y la depravación en un ancianato de San Bernardino que conmociono a Venezuela

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La muerte y la depravación en un ancianato de San Bernardino, rebasó los limites de una mente criminal. 

Aquella quinta con paredes blancas, cercada, ventanas de diferentes tamaños, techado de madera, y grandes arbustos que obstaculizan a medias la visibilidad del lugar, ubicada en una esquina en la parte alta de la parroquia San Bernardino, escondía un submundo que desató las más bajas perversiones que llevaron a la muerte de un abuelo.

Esa quinta llamada Aconcagua funcionaba como una casa hogar que albergaba a alrededor de cinco abuelos, que fueron llevados a este lugar porque sus familiares no podían cuidarlos, algunos eran abandonados.

Desde la ventana de sus hogares los vecinos observaban conductas y acciones extrañas que no eran acordes con un lugar de cuidado para abuelos. Los longevos eran levantados antes de que saliera el sol, en un aproximado de las 5:00 de la mañana, los bañaban con “agua helada”.

Laura (nombre ficticio para proteger su identidad), una residente de la zona, recuerda el día en el que los gritos y llantos de los abuelos se hicieron tan ensordecedores que fue a reclamarle al encargado de la casa hogar. “Recuerdo que los abuelos lloraban y gritaban de una forma abrumadora, estaban siendo maltratados en ese lugar, donde los empleados tenían actitudes homosexuales”, contó.

Las acciones extrañas en aquel sitio llegaban a tal punto que se desarrollaban fiestas en horas nocturnas, así lo recuerda la joven Angélica (nombre ficticio para proteger su identidad). “En ese lugar realizabanminitecas a medianoche, se podían ver a los enfermeros del sitio, con sus uniformes, consumiendo lo que parecía droga y tomando alcohol, eso era un antro de delincuentes, se escuchaba a los abuelos gritar que los ayudaran, incluso se conoció que uno de ellos se escapó del sitio y llamaron a la policía para encontrarlo”, narró.

En el año 2016 esta casa hogar fue clausurada porque la contaminación en el sitio afectó a los abuelos. Los vecinos alegaron que tres fallecieron, pero este hecho no fue reseñado en ningún medio.

Luego en 2017 fue clausurado nuevamente por denuncias de maltrato en el lugar, sin embargo este 2018 continuó recibiendo a longevos hasta que se registró la muerte de un abuelo.

La perversidad

Actualmente sus puertas están cerradas, nadie se asoma en sus grandes ventanales, y los abuelos fueron desalojados del lugar. Un anuncio que dice: “Remato casa venta 1.000 m2“, te da la bienvenida a la quinta. Y es que este lugar fue clausurado luego de que el pasado 11 de marzo un hombre de 26 años identificado como José Enrique Amaya Castro, quien laboraba en la casa hogar como cocinero, se ensañara con un abuelo de 72 años. 

Rafael Armando Mendoza Ortiz, un abuelo que se albergaba en esta casa hogar, fue víctima de la perversión, cuando Amaya lo golpeó para luego amarrarlo a una ventana del lugar y así abusar sexualmente de él. Este acto depravado le generó a Mendoza un desgarre, que lo llevó a tener una hemorragia que le causó la muerte. Ante este hecho funcionarios del Cicpc acudieron al lugar para iniciar las pesquisas del caso.

En medio de la búsqueda de evidencias de interés criminalístico, entrevistas a los vecinos de la zona, lograron dar con Amaya y tras un extenso interrogatorio, el implicado confesó el crimen.

Se logró conocer que en esa casa hogar estuvo por un tiempo el carismático pianista Tony Monserrat. “Presumimos que su familia se lo llevó por los maltratos en ese lugar“, contó una vecina de la zona, reseñó El Cooperante