Un abominable crimen perpetrado por un albañil de confianza, conmocionó a los vecinos del sector Santa Ana, en la zona centro de Maracay, municipio Girardot, cuando con una herramienta de trabajo, asesinó a cinco integrantes de una familia, entre ellos tres niños.
El sujeto luego de cometer el homicidio, dejó una carta de cinco hojas exponiendo el motivo por el cual masacró a la familia el pasado sábado, cuyos cadáveres fueron hallados la noche del lunes.
Fuentes policiales dieron a conocer que los hechos se registraron el pasado sábado 10 de junio en la casa número 15, de la calle El Samán, del barrio Santa Ana, al lado del terminal de Maracay, cuando el obrero, identificado como Héctor Eduardo Sumoza Padrón (41), quien tenía cinco meses trabajando para la familia Rodríguez Millán, presuntamente venía con una molestia y descontento debido al incumplimiento por Bs 20.000 en los trabajos de albañilería que realizaba en la vivienda.
Esta presunta irá lo llevó planificar el horrendo crimen, para ello buscó un martillo piqueta (herramienta para picotear pared) con el cual primero asesinó a la señora Nelinyibet Millán Blanco (43), la golpeó en la cabeza en varias oportunidades, posteriormente a los niños Moisés Rodríguez (2) y Nilda Nicolle Meneses Millán (9), también les causó la misma tortura y metió los cadáveres en bolsas de cemento, a los pocos minutos fue a la cancha cercana a la vivienda a buscar a Yoni David Meneses Millán (12), y le dijo que lo llamaba su mamá en la casa, pero al entrar el joven lo mató de la misma manera.
Aproximadamente las 7:00 pm llegó la hija mayor, Carla Margarita Rodríguez Millán (19), quien regresaba de la universidad Unitec, allí vio que fuera de la casa estaba el albañil Héctor Sumoza, y apenas entró a la sala, al parecer la atacó sin piedad con un procedimiento igual al de los otros familiares, se presume que la muchacha forcejeó con el homicida, ya que algunos vecinos lo vieron rasguñado en el cuello.
CADAVERES DESCOMPUESTOS
El pasado lunes, aproximadamente a las 5:00 pm, una sobrina fue a la casa y tocó la puerta, al ver que nadie le respondía, abrió la cerradura, percibió el olor fétido y dio aviso al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes al revisar hallaron los cinco cadáveres en estado de descomposición.
EL ESPOSO SE HABIA IDO A COLOMBIA
La señora Zaida Blanco, madre de Nelinyibet y abuela de los niños, dijo que su yerno, Juan David Rodríguez, se había ido hace mes y medio para Colombia para trabajar y obtener mayores ingresos económicos debido a que en el país no le alcanzaba el poco dinero que ganaba.
El padre les depositaba todas las semanas para la comida y para pagar la obra de mano de la construcción de la casa, así como los estudios de Carla Margarita, quien ya estaba por graduarse de Ingeniera. Al obrero sólo lo vio pocas veces, y si le hizo la acotación a su hija de no darle tanta confianza a la gente, pero ella le decía: “Mamá cómo hago, tus nos enseñaste a ayudar a la gente”.
VECINOS NO PENSARON QUE ERA UN “MONSTRUO”
Los vecinos cercanos a la familia, dijeron que el albañil Héctor Eduardo Sumoza Padrón, era una persona tratable, se la pasaba con una Biblia en la mano predicando, jamás se imaginaron semejante “monstruo”, también les vendía carne y queso que traía del estado Apure, al parecer, estado donde residía. Ese sábado si lo vieron extraño, haciendo cosas fuera de lo normal, entre ello lavando la sala y entrada de la casa. También cuando lo vieron buscando a Yoni David en la cancha, se le notaba como desesperado y nervioso.
HUYE DE LA JUSTICIA
Se conoció de manera extraoficial, que el albañil Héctor Sumoza, una vez perpetrado el crimen, escribió una carta de al menos 5 hojas, allí exponía que la situación del país lo obligó a cometer este asesinato, a la vez de estar molesto por que la señora Nelinyibet no le dio un adelanto de Bs 20.000 para comprar un queso, también aseguró que seguiría cometiendo estos crímenes.
Este martes en la mañana, la Fiscalía Cuarta se presentó en la vivienda, en compañía de la Brigada de Homicidios del Cicpc, para realizar las pesquisas en el inmueble, lugar en el cual se conoció que el obrero registraba prontuario policial en los estados Vargas, Yaracuy, Aragua y Apure, éste último al parecer su lugar de residencia.
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