El doble asesinato que estremeció a Venezuela que se financió con dólares de Cadivi

El asesinato en Caracas de dos jóvenes empresarios en mayo reciente trascendió las secciones de crónica policial y consiguió eco internacional porque una de las víctimas era familiar de una “celebrity”, Carolina Herrera, la diseñadora venezolana de mayor proyección global. Pero la trama del caso, también internacional, terminó por poner de relieve los violentos entrelones de la disputa por el control de furtivo negocio cambiario que opera entre Florida y Venezuela.

Al apenas recibir la denuncia del supuesto plagio, y conocer, casi en simultaneo del reporte del doble homicidio, los funcionarios de la División Antiextorsión y Secuestros del CICPC comprendieron que, en realidad, no estaban frente a una investigación por secuestro. Comenzaron a trabajar otras hipótesis y en un mes lograron esclarecer lo que fue un crimen por encargo.

El asesinato de ambos hombres, socios en una empresa de arquitectura, tuvo amplios ecos en la prensa nacional e internacional. Una de las victimas del secuestro-asesinato, Ronaldo Herrera, a pesar de ser familiar de la reconocida diseñadora, no dejó a un lado la investigación sobre el verdadero objetivo del ataque: Fabrizio Mendoza.

Un reporte anónimo que circuló por Twitter el mismo día del crimen, ya alertaba a los investigadores sobre su supuesta vinculación con el empresario venezolano radicado en Miami, Salvador Laire, ex socio y amigo de Mendoza. El mismo rumor también corrió de inmediato entre los conocidos de ambos empresarios.

No siempre la primera hipótesis es la certera. Pero para corroborarla en este caso resultó clave la detención de Franco José Tessarolo Salcedo, de 34 años de edad, quien era uno de los mejores amigos de Mendoza Isea, muy cercano también a su familia y también a la de Reinaldo Herrera. Tessarolo también era amigo de Salvador Lairet, con quien mantenía contacto permanente. Todos pertenecían al mismo círculo de jóvenes empresarios y comerciantes. Pero había un vínculo adicional que hasta entonces de muchos escapaba: Lairet, según versiones policiales, encomendó a Tessarolo al asesinato de Mendoza.

Los cárteles de Cadivi

Una disputa por el control de negocios basados en la obtención de dólares preferenciales sería el móvil del crimen por encargo: “Esto no es una venganza. Es una guerra de carteles. La persona que tenía los contactos y consiguió los negocios fue desplazada por sus socios, que dejaron de reportarle y darle parte de las ganancias. Y ahora decidió retomar lo que consideraba era suyo”, explico un experto que viene haciendo seguimiento del caso.

Esta lucha de cárteles, nacidos y alimentados con dólares preferenciales, no es nueva, ya ha cobrado la vida de varios venezolanos en países donde se han instalado los operadores de estas mafias. Por un conflicto similar, en 2013, fue asesinado Sergio Andrés Schael Medina, de 33 años. Viajó de Florida a Panamá a cobrar une denuda de 40.000 dólares, tras una transacción cambiaria a través de Cadivi y apareció muerto luego de reunirse con dos empresarios venezolanos.

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