Detenidos dos hombres por doble homicidio en La Vega

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El Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas detuvo a Sixto Gil Tovar, de 48 años de edad, y a José Gregorio Flores, de 33 años, por su presunta participación en el homicidio de dos mujeres registrado el pasado 31 de diciembre.

Hay una tercera persona identificada como Gabriel Jesús Márquez Flores, que se encuentra en fuga.

El caso fue remitido a la Fiscalía 38 del Ministerio Público y de acuerdo con el reporte policial el móvil del hecho apunta a una discusión entre las dos víctimas y tres hombres. Sin embargo, familiares en la morgue de Bello Monte indicaron que el homicidio se originó porque les pidieron desocupar el inmueble que habitaban y al negarse, la propietaria ordenó ejecutarlas.

Previo al hecho

El 29 de enero, Kaína Carolina García Hernández cumpliría 33 años de edad, pero su vida fue truncada con una puñalada en el corazón. Su cadáver, junto al de su amiga María Sandra Chacón, fue hallado el 1º de enero, en el interior de un rancho situado en el callejón Santa Isabel, parte alta de La Vega, donde residían desde hacía 9 meses.

El cuerpo de García Hernández fue retirado ayer de la Sede Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, en Bello Monte. Francisco García dijo que su hija y Chacón se hospedaron en ese rancho con la promesa de adquirirlo porque la propietaria se los había cedido sin condiciones. García Hernández y Chacón comenzaron la restauración del espacio con ingresos adquiridos con la venta de hortalizas en Carapita.

Pero la propietaria, de quien se desconoce la identidad, se dio cuenta de los avances del arreglo del inmueble y quiso reclamar su rancho, dando por culminado el contrato de palabra que ofreció a las dos mujeres.

De allí comenzaron las amenazas de muerte contra García Hernández y Chacón, para que desalojaran la vivienda. El 1º de enero, a las 7:00 am, la noticia se conoció en la comunidad. Los vecinos encontraron a las mujeres ya muertas. Familiares de Chacón aún no retiran el cuerpo, reseña El Nacional