Crónica Letal: La venganza siniestra que consumió en llamas la vida de una joven boxeadora

“La gasolina es barata y tú familia está en casa, tú me dices”, esa frase fue un augurio de lo que le pasaría ese martes 16 de abril a aquella joven boxeadora que solo quería llegar a conseguir el triunfo en campeonatos con su desempeño deportivo tanto en el boxeo como en el taekwondo, otra disciplina que practicaba.

reseñado por Lysaura Fuentes/El Cooperante

Esa joven Ailin Oriana Silva Solorzano de tan solo 18 años fue víctima de uno de los peores ensañamientos, estando desprevenida y devorada por las llamas que la consumieron en un 98% de su cuerpo. Aquel recuerdo de una noche de fiesta se borró por completo cuando pedía que la ayudaran a salvar su vida y a pesar de los intentos falleció en la cama de un hospital capitalino.

Una pelea

Desde hace un tiempo la prima de Ailin no le permitía a su expareja Ray Josué Escalona López, de 21 años,ver al hijo que tenían. Este hombre está inmerso en la delincuencia y agredía a mujeres, por lo que la prima de la joven no quería que su hijo fuera parte de esa vida.

La ira de Ray Josué por no ver a su hijo llegó al punto de amenazar de muerte a toda la familia de Ailin.

Ante estas amenazas, en una oportunidad Ray Josué intentó atacar con un bate a la prima de Ailin cuando se encontraban en la plaza Sucre de Catia. Ailin no lo pensó dos veces para proteger a su familiar y logró quitarle el bate, comenzaron a pelear y el hombre terminó con un brazo fracturado.

Toda esa pelea ocurrió frente a los amigos de Ray Josué, por lo que se sintió humillado y juró vengarse de Ailin.

Desde ese entonces Ray Josué comenzó a amenazar a Ailin en persona y por las redes sociales. Una sentencia que tendría un final siniestro.

Una muerte en llamas

Ese lunes 15 de abril en horas de la noche Ailin acudió con un grupo de amigos a una fiesta en la avenida Sucre de Catia.

Pasaron las horas y se le hizo tarde para regresar a su vivienda, sus familiares no le permitían que llegara a casa en la madrugada y como su pareja, donde siempre se quedaba cuando salía de fiesta, se había ido de viaje para Valencia, la opción que consiguió fue quedarse en un refugio llamado “El Paredón”, situado en la carretera vieja Caracas-La Guaira.

Este refugio es un lugar abandonado, que no cuenta con techo y que acondicionaron jóvenes con carpas y colchonetas para descansar luego de acudir a fiestas o locales nocturnos.

Ray Josué Escalona López

El martes 16 de abril en la mañana Ailin todavía se encontraba durmiendo en aquel refugio, donde solo estaba ella y una joven conocida como “La Morocha”, debido a que los demás jóvenes se fueron a sus respectivos hogares o directamente a sus trabajos.

“La Morocha” se encontraba durmiendo al lado de Ailin cuando sintió que algo le cayó. En ese momento se levantó y vio a Ray Josué cuando intentaba rociar con gasolina a la boxeadora.

“Cállate que te voy a matar”, fueron las palabras que le dijo Ray Josué a “La Morocha”. La muchacha como lo conocía le dijo: “¿Qué vas a hacer?” y él volvió a decirle: “vete que te voy a matar”.

Por el temor de que su vida corriera peligro “La Morocha” se fue del refugio, pero algo le decía que tenía que regresar y así lo hizo. Cuando llegó otra vez al sitio vio a Ailin prendida en fuego. De inmediato agarró dos envases de agua de cuatro litros, que se encontraban en el lugar, y se los echó a la boxeadora.

“La Morocha” como pudo la llevó caminando por toda la vía, debido a que no consiguieron a alguien que las ayudara, hasta que llegaron al hospital Periférico de Catia. De ese recinto médico la remitieron al Lídice, donde la mantuvieron en la sala de emergencias, cubriéndola con un mosquitero, por lo que sus familiares denunciaron las condiciones en las que la tenían en el Ministerio de Salud y ante este reclamo la llevaron a la terapia intensiva del hospital.

Mientras se encontraba en terapia intensiva Ailin logró conversar con su familia y les dijo que Ray Josué fue el implicado. Estuvo seis días hospitalizada tratando de sobrevivir a lo que le ocurrió, pero el domingo a las 7:45 de la mañana presentó un paro respiratorio y falleció en una cama del hospital.

La joven dejó a una niña de tres años y estudió su bachillerato en un parasistema. Trabajaba como comerciante informal y practicaba el boxeo en un núcleo deportivo de Catia.

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