«A mi hijo y a su amigo les dispararon para robarlos»

El camarógrafo presidencial está estable en el hospital Militar

«Hasta cuándo tanta inseguridad, mi hijo está muerto y uno de sus mejores amigos está grave. Ambos fueron tiroteados. Presumo que los antisociales pretendían robarle el vehículo en el que viajaban».

El testimonio anterior corresponde a Mireya Aguiar, madre de Germaine Yorman Aguiar, quien falleció, cuando unos sujetos le dispararon frente al bloque 11 del sector Lomas de Urdaneta en la parroquia Catia. Germaine era mototaxista y vivía en la comunidad El Amparo, muy cerca del sector donde lo mataron. El jueves en la noche él aceptó la cola que le ofreció su amigo Audio Valbuena (43), quien es camarógrafo del Palacio de Miraflores.

Valbuena trabaja desde hace más de 20 años en el departamento de prensa del palacio presidencial y cubría las giras nacionales e internacionales del fallecido expresidente, Hugo Chávez y actualmente acompañaba al mandatario Nicolás Maduro en sus viajes. Vivía en Maracay y a veces se quedaba en casa de su mamá en Caracas.

Cuando Valbuena se desplazaba en su camioneta negra Grand Tiger, de placas AF339MA por Lomas de Urdaneta para llevar a su amigo a la comunidad de El Amparo y posteriormente irse a casa de su madre que también vive en Catia, unos sujetos los interceptaron. Al parecer pretendían robarle el automóvil. El trató de evadir a los antisociales y les dispararon.

Germaine murió en el lugar, luego de recibir tres tiros. Pero Valbuena fue auxiliado por los vecinos de la zona y trasladado al hospital Periférico de Catia. Allí no contaban con los recursos para atenderlo porque su condición era crítica.

Lo refirieron al hospital Militar, Carlos Arvelo. Allí lo intervinieron y lograron estabilizarlo. Aún se encuentra en terapia intensiva.

Según Aguiar en varias zonas de Catia se realizan operativos policiales para buscar a los sujetos que atentaron contra su hijo y uno de sus mejores amigos, pero el patrullaje ha resultado infructuoso.

Germaine era sostén de hogar. Él desde hace 10 años trabajaba en la Cooperativa de Transporte Propatria para mantener a sus hijos.

«Era un muchacho trabajador, responsable. No era un hombre de andar en fiestas. Del trabajo a su casa. El hampa acabó con sus sueños de ver a sus hijos formarse como ciudadanos de bien. Lamentablemente los que quedamos, estamos sobreviviendo en una especie de selva, dominada por la violencia», expresó la mujer.

Entre el viernes en la tarde y el sábado en la mañana fueron ingresados 12 cadáveres a la morgue de Bello Monte. El 80 por ciento de los cuerpos trasladados fueron homicidios.

 

Natalia Matamoros/EU