A Lisbeth la asesinó su exesposo por celos

Los detectives de la Policía científica buscan al homicida por todo el municipio y zonas aledañas para que pague el crimen cometido

Luego de encontrar el cuerpo de Lisbeth del Carmen Troconis Paz (24), enterrado en una playa del sector El Carmelo, en el municipio La Cañada de Urdaneta, se conoció por la Policía científica que su exesposo Leberson Júnior Nacit García (26), la golpeó con un objeto contundente en la cabeza y la apuñaló en reiteradas oportunidades, a causa de una discusión por celos y una deuda que tenía el agresor con su exesposa. Los pescadores que laboran en la zona encontraron el cadáver el pasado miércoles en la tarde, debido al olor de descomposición. Ellos se acercaron al sitio y vieron el cuerpo entre la arena, pues Nacit no excavó para enterrar a su pareja, solo la cubrió con tierra.

La familia conmovida por el hecho se acercó a la morgue forense de Maracaibo en busca de la occisa y los resultados de la autopsia. Handerson Rincón, padre de Troconis, detalló que «ellos vivían en un rancho, pero al ver las condiciones deplorables en las que estaban decidí darles una casita de mi propiedad, en el sector Los Jobitos, ahí estuvieron ocho meses hasta que se separaron. Mi hija se mudó a la casa de su mamá, en el sector Casa Blanca, y él se fue a una vivienda en la playa que cuidaba». Trascendió que el victimario era el vigilante de la playa La Fortaleza, donde residía desde hacía dos meses, tras separarse de su esposa, quien decidió rehacer su vida amorosa. «Lisbeth no quería vivir con él porque era muy flojo», añadió Troconis.

Nacit no toleró la determinación de su pareja y actuó desmedidamente, segando la vida de la dama. Sumado al crimen pasional, se supo de un antecedente económico, pues el agresor vendió una propiedad (rancho) de Troconis sin antes notificarle de la venta. «Leberson le dio un teléfono a Lisbeth, como adelanto del pago, y quedó debiéndole 40 mil bolívares», destacó Rincón. Ambas causas son manejadas como móviles del homicidio.

Una rutina desviada

La víctima tenía cuatro meses trabajando en una zapatería del municipio, a donde solía llegar a las 8.00 de la mañana, pero el pasado domingo no fue así. Lisbeth estaba desaparecida desde el sábado, ella no llegó a la casa a dormir. «Su jefe llamó a la hermana de Lisbeth, Steffany, para preguntarle por qué no había ido a trabajar el domingo, también llamó el lunes y allí todos comenzamos a preocuparnos. La llamábamos a su teléfono y salía apagado, igual que el de Leberson», manifestó el padre de la víctima.

La madre de Nacit estaba preocupada por la desaparición de su hijo y decidió comunicarse con la familia de Troconis, la cual le informó que la joven también estaba desaparecida. A las 10.00 de la mañana del miércoles, los pescadores encontraron el cuerpo, hecho que conmocionó a la comunidad. Katherine, hermana del agresor, llamó a Steffany para decirle que habían hallado el cuerpo de una mujer cerca de la playa que cuidaba Nacit.

«Me llamó Steffany para informarme del hallazgo, fui hasta la playa y allí estaba, desnuda, era mi hija. La reconocí por una cicatriz que tenía en la espalda, el color naranja de sus uñas y el tamaño de sus manos y pies. Ella presentó signos de maltrato. Tenía un ojo, una mejilla y las manos moradas por golpes, sus pies estaban amarrados con una sábana. Tenía puñaladas en la espalda y en el brazo izquierdo», contó Rincón, quien describía a su hija como una chica cariñosa y juguetona.

Los familiares de la joven estaban anonadados por la actitud de Nacit, porque lo percibían como un hombre serio y tranquilo, incapaz de cometer tal crimen. Las autoridades policiales están en la búsqueda del homicida, quien huyó desde el pasado sábado con todas sus pertenencias y 15 mil bolívares que Lisbeth tenía guardados en efectivo.

 

Isamar Prieto/La Verdad