Roberto Giusti: El Dilema de Maduro

Hundido en sus contradicciones Nicolás Maduro ha hecho un llamado al diálogo y a la unidad nacional con el propósito  de superar lo que él mismo califica de «catástrofe», solo que al mismo tiempo ha advertido que continuará aferrado al modelo económico, causa del caos y la hambruna que ya se manifiestan en el creciente descontento de una sociedad que está exigiendo un cambio radical, tal y como quedó claro el pasado 6 de diciembre. Pero no, antes que atender al mensaje y obrar en consecuencia, ahora exige, bajo el ropaje jurídico de la emergencia económica, una nueva ley habilitante para prolongar el intervencionismo y los controles estatales sobre una economía postrada y exangüe.

Plantear un diálogo con unas condiciones previas que soslayan el propósito de enmienda y el convencimiento sobre la necesidad de impulsar un cambio de rumbo, no conducen sino al desbarrancamiento total y a la imposibilidad de iniciar un proceso de ajustes que ya no puede seguir esperando. Pero para que eso ocurra Maduro y su gobierno colegiado, deben comprender que si alguna vez los venezolanos votaron mayoritariamente por la opción del denominado socialismo del siglo XXI, ahora cambiaron la señal y  exigen un cambio, no ya solo de modelo económico sino, sobre todo, de rescate de la democracia y el sistema de libertades.

Que por obra de los mecanismos institucionales, tan maltratados y manoseados, pero capaces de funcionar  en su nivel básico (la consulta electoral), se haya manifestado la rectificación, implica que el chavismo tiene dos opciones: o abrirse al diálogo para generar el cambio radical desde el gobierno o dar un paso al costado y permitir que otros, conscientes del mandato popular, asuman la tremenda responsabilidad de sacar al país del foso en el que lo han sumido. En otras palabras, o el gobierno cambia de modelo y asume la transición o no lo acepta y se produce un cambio de gobierno. No hay otra vía y oponerse al dictado de esa realidad significaría la consumación del peor de los escenarios planteados. Debe recordar Maduro que para la primera opción contaría con el apoyo masivo de todos los sectores. Lo mismo  para la segunda. Pero si se empeña en una tercera e inviable salida el resultado sería esa «catástrofe » que curiosamente atribuye a una guerra económica de la cual él es el más conspicuo protagonista.

@rgiustia