Ocarina Castillo: “Reparten los cupos como si se tratara de harina PAN”

La antropóloga y docente de la UCV asegura que «la historia me ha enseñado que vamos a poder resolver la situación»

¿Es la UCV una Venezuela en miniatura?

—¡Absolutamente! Sufre los mismos rigores. Una ventaja: no nos han podido ganar las elecciones, ni siquiera las estudiantiles, y eso es una mortificación para el régimen.

 

—¿La sombra por vencer?

—Muchas. Sobresalen la intolerancia y la falta de calidad.

 

—¿Y tener bajas calificaciones o pertenecer a un determinado estrato social como requisitos de ingreso?

—Es una sombra que desconoce los procesos de aprendizaje. Reparten los cupos como si se tratara de harina PAN en Mercal.

 

 

—¿Por qué la combativa casa del saber permitió que el Estado-gobierno terminara controlando los cupos?

—Yo también me lo pregunto. Estamos a tiempo de hacer valer el ejercicio de la autonomía.

 

—¿Con AD a la UCV le iba mejor?

—(Carcajadas) A la UCV siempre le ha ido mal con el poder. Pero antes al menos se tendían puentes y resolvían los problemas.

 

—¿La sombra casera?

—La falta de compromiso con la institución de parte de estudiantes, profesores, empleados, obreros y autoridades. Ignoramos el valor del patrimonio ucevista.

 

—¿Revolucionaria?

—Fui comecandela muchos años.

 

—¿Se pierden los ideales con el primer sueldo profesional?

—No es así, hay quienes nunca tuvieron ideales o eran prestados; otros no los han perdido.

 

—¿El rector inolvidable?

—Francisco De Venanzi.

 

—¿Le gustaría serlo?

—No lo necesito. Mi compromiso está en las aulas.

 

—¿De serlo?

—Ya colgué esos guantes.

 

—¿Un consejo a la rectora?

—Que oiga mucho siempre.

 

—¿Oye el gobierno?

—No. Tiene otitis permanente en estado de máximo cuidado.

 

—¿Ha llorado por la situación?

—Sí, y me he entristecido. La historia me ha enseñado que vamos a poder resolver la situación.

 

—¿Feminista?

—Femenina.

 

—¿Es feminista la revolución?

—¡Para nada! Tiene coqueteos; es más bien muy misógina y machista.

 

—¿Una sugerencia a las mujeres de los poderes?

—Que no se dejen seducir por los códigos machistas del poder ni dejen de ser mujeres con todas las sutilezas que tenemos.

 

—38 años en la UCV. ¿Se sintió atraída por un alumno?

—¡Cómo no! Es parte de la gracia y de la magia de ser docente.

 

—¿Y por Chávez?

—¡Nunca! Durante un consejo universitario, en 1998, estuvo sentado a mi lado. Observé que sus manos eran lindas, pero hasta allí el impacto positivo.

 

—¿Por qué emigran los más capacitados?

—Porque no se les reconoce su talento ni les dan oportunidades para hacer país.

 

—¿Es parte de la estrategia oficial estimular esta desbandada?

—Sí lo es, refleja una enorme ineptitud.

 

—De persistir la fuga de profesores, ¿se quedará sin reservas el país?

—Las tiene, pero haría falta que regresen, incluidos los que hayan aprendido fuera.

 

—¿Una nostalgia ucevista?

—Cuando la UCV era el sitio más seguro de toda Caracas. Uno pasaba todo el día en ella. Había todo tipo de actividades desde las 7:00 am hasta las 11:00 pm.

 

—¿Hay colas en la UCV?

—Solo las del comedor, que son emblemáticas.

 

—¿La sombra solapada?

—Hay mucho autoritario de lado y lado escondido. Hay muchas fábulas en la UCV. El autoritarismo está de moda.

 

—¿La lección no aprendida?

—No entendemos que masificación sin calidad no funciona.

 

—El gobierno difunde que triplicó la matrícula universitaria.

—Tengo dudas razonables y serias sobre estas cifras.

 

—¿Y las del bajón de estudiantes en Educación?

—El problema es que vienen mal formados de la educación media y al conocer los escandalosamente bajos sueldos no les provoca estudiar Pedagogía.

 

—¿Daría clases en la UBV?

—Si me invitaran y pudiera decir todo lo que pienso sin ningún tipo de interferencias, sí.

 

 

—¿Un mérito oficial?

—El proyecto original de la UBV: interesantísimo, interdisciplinario y matricial. Hoy queda poco de él.

 

 

—¿La educación con cinco años más de revolución?

—(Risas) No quiero imaginarlo. Prefiero cambiarla antes.

 

—¿Y el ciudadano?

—Terminará antiparabólico con la ciudadanía. De por sí tiene una cultura de la viveza bien cultivada.

 

—Como dicen los psiquiatras, ¿ser mejor dejó de ser importante?

—Pareciera, porque no se valora el esfuerzo sino la fidelidad mal entendida, con camisa roja.

 

—¿Conoce la propuesta educativa de la MUD?

—Sí, algunas son experiencias interesantes que algunos de sus voceros han desarrollado. La MUD es una especie de plato que le cuesta todavía llegar al nivel máximo de cocción.

 

—De seguir así, ¿barrerán los médicos las calles?

—Más bien queremos ver a los barrenderos capacitándose con mejores herramientas para enfrentar la vida.

 

—¿Aprenderá de la crisis la máxima casa de estudios?

—Debe aprender que no se puede confiar en mesías, como lo hizo el país.

 

—¿La próxima sombra?

—La insostenible situación presupuestaria. De seguir así, no podremos abrir el próximo semestre.

 

—¿Quién vencerá?

—(Risas) La casa, cuando todos nos dediquemos honestamente y con ganas a vencer las oscuras sombras y dejemos de pensar en soluciones mágicas.

 

—¿Qué pasaría en Venezuela si no existiese la UCV?

—Nos perderíamos de una oportunidad maravillosa de aprendizaje profesional y para la vida.

 

Jolguer Rodríguez Costa/El Nacional