Luis Vicente León: El reto de la oposición

Presentarle al país propuestas concretas sobre lo que se debería hacer para salir de la crisis…

Hemos conversado antes sobre los retos del Gobierno frente a su reciente derrota. No cabe duda que éste es un gobierno políticamente en declive. Su incapacidad de reaccionar para atender la crisis y su intento permanente de evadir responsabilidades y repetir los errores que lo trajeron hasta aquí es impactante. Luce como si hubiera llegado a su máximo nivel de incompetencia. Me parece que pensar que lo hace adrede es sobreestimarlo. Pero nada permite asegurar que nos encontramos al borde de un cambio. Pese al deterioro del país, no podemos minimizar el hecho de que éste es el gobierno constitucional, que controla los recursos y las instituciones del Estado, menos la Asamblea. Que tiene control de medios, armas y respaldo aparentemente irrestricto del sector militar (y quien lo dude tiene derecho de hacerlo, pero no tiene pruebas de lo contrario, mientras que de los apoyos públicos y consignas militares a favor de la revolución tenemos camiones). Con eso en la mano, creo que es simplista pensar que los cambios serán rápidos y sencillos. La tesis de fractura chavista post electoral parece diluirse frente a la presión unificadora que representa el fortalecimiento de la oposición. Les guste o no les guste Maduro a los diferentes grupos chavistas, es claro que la oposición es un riesgo mayor para ellos, sin conexiones, ni puentes ni blindajes. La derrota, en vez de dividirlos, parece unificarlos, aunque no se quieran. Por su parte, el triunfo de la oposición, que debería ser un estimulo a su unificación, ha generado fracturas, aunque bien maquilladas, basadas en el deseo, natural e inevitable, de luchar por el poder. Esto no es una crítica. Es una descripción y quien no quiera entender las marcadas diferencias que existen entre los objetivos que buscan los diferentes clusters que conforman la oposición (moderados vs radicales, pausados vs atorados, tradicionales vs renovadores, racionales vs irracionales, izquierda vs derecha) podrá dormir tranquilo, porque no se esta enterando de nada.

No tengo mediciones recientes, porque apenas estamos en campo, pero mi hipótesis básica es que después de las elecciones, ni el chavismo ha caído al ritmo que se esperaba, ni la oposición se ha fortalecido sustancialmente. La mayoría de la gente no está hablando de la derrota chavista ni se su debilitamiento. Todo lo contrario, habla de su abuso de poder. Y no abusas de lo que no tienes. Por otra parte, no se discute sobre los avances concretos de la oposición desde su nueva posición institucional, sino de lo que no ha podido hacer, de lo que no le han dejado hacer y de lo que no ha hecho por ella misma. Sí, es temprano para la realidad, pero no para las percepciones.

Todo esto puede cambiar, pero me parece que la oposición tiene un reto gigante y no se trata de cumplir esa promesa política de sacar al Presidente del poder. Se trata de presentarle al país propuestas concretas sobre lo que se debería hacer para salir de la crisis, aunque estas no sean aceptadas. Acciones legislativas específicas que caminen en ese sentido, aunque las bloquee el TSJ. Apertura a los acuerdos y negociaciones para atender la crisis, aunque el Gobierno los use más como un show mediático que como un intento real de negociación. Es muy simple. El país camina hacia una crisis económica de grandes dimensiones, eso ya es inevitable. Es fundamental que la oposición esté del lado de los intentos de resolverla, acompañando a la gente en su drama y su crisis, proponiendo e intentando soluciones. Lo otro es presentarse más como parte del problema que como parte de la solución y podría terminar contaminada con la misma enfermedad del gobierno y condenada al mismo resultado final.

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