Luis José Uzcátegui: Perfil del nuevo cacique venezolano Henry Ramos Allup

De todos los líderes venezolanos ninguno tiene tantas características personales como Henry Ramos Allup que configuren el perfil de cacique. Su trayectoria de hombre fuerte, duro, mandón, imperativo, agresivo, negociador, ágil, hábil y rápido para moverse y mantenerse en el mundo político es muy evidente. Esto explica la hegemonía que ha mantenido por décadas en su partido Acción Democrática y en este momento el rol de líder indiscutible de la oposición en una Venezuela altamente caótica. 

Este nuevo cacique Henry Ramos Allup tuvo una explosión de líder carismático en cuestión de horas. Su conducta y estilo comunicacional generaba rechazo, y esto venía sucediendo por años… –la pregunta–: ¿Qué determino el cambio? Fenómeno socioemocional que también es aplicable a otro líder y cacique Julio Borges, los dos habían cargado con señalamientos negativos de antipáticos, desagradables, ególatras, insinceros, negociadores, etc.

El cambio de percepción social acerca de ambos se debe a una sumatoria de variables. La desgracia estimula el pensamiento reflexivo, la sociedad venezolana ha cargado tanto tiempo (desde 1998) con un infierno, que tanto el pueblo como los líderes han tenido que dejar de lado el niño para sentir y pensar como adultos. “La felicidad del niño es un mito –escribió Nietzsche– en la misma medida que la felicidad de los hiperbóreos (alguien que cree estar más allá de los limites)”.

A esto se suma que el manejo mediático de Henry Ramos Allup y Julio Borges ha sido excelente, no han asomado estilos, emociones ni pensamientos parecidos a los políticos que están sustituyendo: La sociedad demanda de sus nuevos jefes fortaleza, claridad, definición, formación, templanza, decencia, respeto, coraje, valentía y sinceridad.

Un tercer factor que explica el cambio de percepción acerca de Henry Ramos se ubica en el campo de las proyecciones colectivas. El venezolano se siente desarraigado, sin rumbo, sin derrotero, humillado e invadido por la maldad, mentira y corrupción. Cuando esto sucede los pueblos empiezan a proyectar un poder especial en el nuevo líder político – y es algo totalmente normal. Son dinámicas psicológicas propias del homo sapiens. No hay ninguna sociedad donde esto no suceda que a la imagen del cacique poderoso y fuerte se le agregue la dimensión de salvador, mesías, chaman.

¡Apenas se está empezando…! Será el talento de los nuevos caciques para entender, manejar y utilizar con inteligencia las dimensiones emocionales al mismo tiempo que desarrollan acciones políticas, parlamentarias, legales, etc., lo que les facilitará alcanzar los aciertos o los desaciertos ¡Y salvar a Venezuela!

 

Luis José Uzcátegui

Médico psiquiatra y antropólogo

[email protected] / @LuisJUzcategui

 

Su más reciente libro “La Miedocracia. Venezuela, el país del miedo”