Luis Eduardo Martínez Hidalgo: Me quedé corto

luis eduardo martínez

Hace poco menos de un año, el 17 de Enero del pasado para ser exacto, publiqué mi columna semanal bajo el título “Inflación 2015: 90 %”.

Considerando distintas variables y analizando informes de expertos llegué a la conclusión que la inflación, en el año que recién concluyó, se ubicaría en 89,8 % -vale decir 90 %- lo cual significaría una verdadera tragedia para el pueblo venezolano-

Lamentablemente me quedé corto en mi predicción porque datos filtrados del Banco Central de Venezuela –que en los últimos meses en abierta violación a la Ley se ha negado a publicar las estadísticas relativas al incremento de los precios- estiman  en 270,7 % la inflación del 2015.

No solo me equivoqué yo, y lo reconozco, sino que nadie conocedor de la materia se acercó al resultado final; el gobierno estimó –en el Presupuesto aprobado por la Asamblea Nacional- que la inflación fluctuaría entre 25 y 30 %; Econoalítica la ubicó en poco más de 90 %; por su parte, profesionales asistentes al foro organizado por la firma Econométrica “Perspectivas económicas 2015, año de definiciones”, advirtieron que la inflación estaría alrededor del 80%. Aún los técnicos del Bank of America, se quedaron muy lejos del porcentaje definitivo a pesar que fue meses después, en Julio, cuando presentaron  su informe The Red Book: 1Q15 edition; en él calcularon que la inflación llegaría a 172,4%».

Las cifras del desempeño económico de Venezuela son terribles, cualquiera que estas sean. Me quedé corto, reafirmo, en lo que la inflación se refiere, pero el Banco Mundial, que reúne a los mejores técnicos del mundo, se quedó corto en otro indicador fundamental: en publicación de solo hace horas denominada “Perspectivas Económicas Mundiales Enero 2016”, informó que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) venezolano fue de 8,2 % -el peor de la región- contra -5,1 % estimado en Junio de 2015.

La inflación más alta del planeta por tercer año consecutivo. La caída del PIB –que es la caída de la economía- mayor de la región. Con seguridad, el mayor índice de desabastecimiento de la tierra. De las naciones más inseguras/menos atractivas para la inversión, con el peor clima de negocios –sin mencionar otros indeseados campeonatos mundiales que nos ganamos el año pasado como el de la inseguridad-.

El dramatismo de las cifras es realidad en el empobrecimiento generalizado: la clase media casi ha desaparecido, los marginados son más cada día que pasa. En muchísimos hogares el hambre se abre paso y es realidad que agobia. El salario, de los que tienen un empleo fijo, de nada vale.

Escribo estas líneas de madrugada, en Tucupita, donde acompaño a Larissa que cumple cargada agenda de actividades en su condición de Diputada por Delta Amacuro. Ayer temprano nos encontramos con los Jefes de todos los Partidos de la MUD, luego nos reunimos con una representación del Colegio de Profesores, después un nutrido compartir con vecinos de San Rafael para cerrar la noche con líderes juveniles opositores. Hay alegría por el triunfo reciente en las parlamentarias y mucha esperanza en el futuro; todos, sin embargo, mascullan sus quejas porque en Diciembre no hubo estrenos y para varios tampoco hallacas ni pan de jamón.

Temeroso de volver a errar, juego un poco con los números que dispongo y con los datos que ofrecen publicaciones recientes, y me asusto: si se mantienen las actuales tendencias y no se produce de inmediato un verdadero cambio del modelo vamos disparados no solamente hacia una hiperinflación sino peor aún a una verdadera crisis humanitaria.

Urge cambiar, y no cambios cosméticos ni solo cambios políticos. No se trata de “quitarte tú para ponerme yo”, de lo que se trata es de ponernos de acuerdo para reconstruir una nación que perdió la mayor de las oportunidades para alcanzar estándares superiores de calidad de vida y evitar una tragedia colectiva.

Por cierto, ¿Cómo le fue a nuestros vecinos? Con inflaciones bajísimas, Panamá creció 5,9 %, República Dominicana 5,6 % y hasta Bolivia la de Evo, 4,0 % y sin una gota de petróleo ninguna de las tres. Se fijan, que si es posible.