José Toro Hardy: Insostenible

La historia es implacable. Lo que no es viable, sencillamente, es insostenible.

Muchos venezolanos han caído en una suerte de desesperanza. Fueron testigos el 20 de mayo de unas calles vacías como las de una ciudad fantasma. Sin embargo, esa misma noche el CNE nos presentó unos resultados dignos de Ripley’s. Believe it or not! (¡Aunque Ud. no lo crea!).

Se cuentan ya por millones los venezolanos que, abatidos por el hambre o el desaliento, huyen porque sienten que el futuro les fue birlado.

A ellos me dirijo:

El grupo que se enquistó en nuestras instituciones ha desvirtuado los objetivos que desde el Siglo de las Luces concibieron los grandes filósofos políticos como Montesquieu, Rousseau, Voltaire, Locke, Hume y tantos otros. Ese régimen ha arrastrado por el fango aquellos nobles pensamientos, y ha transformado algunos de los más grandes logros surgidos de la Revolución francesa, como es el caso del equilibrio e independencia de los poderes, en una suerte de agavillamiento de poderes públicos cuyo objetivo no es otro que mantener una verdadera oligarquía en el control de los asuntos públicos.

Después de todo ¿qué es una oligarquía? Nos las define la Real Academia de la Lengua como una “forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo minoritario”. El Diccionario de El Mundo agrega dos acepciones aún más precisas: a) “Autoridad que ejercen en su provecho un pequeño número de personas”; y b) “Conjunto de poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio”.

Pero ese “conjunto de poderosos negociantes” enfrenta una situación inviable. Como cualquier gobierno, dictatorial o no, requiere de unas finanzas públicas que le permitan operar. Ese no es el caso de lo que aquí ocurre.

El déficit fiscal es inmanejable. Se requieren ingresos tributarios que permitan sostener el gasto público. Componentes fundamentales de ese ingreso son:

a) El impuesto sobre la renta. Ahora bien, una economía en la cual se desmontó el aparato productivo y el PIB se ha venido abajo estrepitosamente ya no es capaz de generar en términos reales el ISLR requerido.

b) El IVA. Tratándose de un impuesto al consumo, también cayó bruscamente ante una contracción devastadora del consumo.

c) La renta petrolera. Esta va en vías de extinción porque el régimen logró lo inconcebible: destruyó el sector más vital de nuestra economía. La producción se viene a pique, junto con actividades tan importantes como la refinación, la petroquímica, la exportación y la distribución. La ineficiencia, la ignorancia, la corrupción y el dogmatismo acabaron con lo que era la empresa más importante de Venezuela, de Latinoamérica y una de las más importantes del mundo entero: Pdvsa.

d) Financiamientos internacionales. Esa puerta también se cerró al gobierno por la falta de seriedad en el cumplimiento de sus obligaciones.

Después de ensayar con loqueteras como el petro y otras similares, la única vía que le queda a la actual administración para financiar su gasto es:

e) Financiamiento del BCV mediante la emisión de dinero que solíamos llamar inorgánico. Aparte de que tal mecanismo está expresamente prohibido por el artículo 320 de la Constitución, la emisión de ese tipo de dinero es la causa fundamental de que hoy padezcamos la inflación más alta del mundo. Se trata de la hiperinflación más aguda que ha conocido el hemisferio occidental en toda su historia. José Guerra calcula que este año superará el 100.000%.

Y, para colmo, la escasez perniciosa de alimentos y medicinas y el resurgimiento de enfermedades como la malaria, la tuberculosis, la difteria, el sarampión y otras completan un cuadro que se hace insostenible.

Ocurre esto en medio de un aislamiento internacional sin precedentes. Nunca en toda la historia latinoamericana unas autoridades, producto de unas elecciones irregulares, habían sido desconocidas simultáneamente por la OEA, el Grupo de Lima y la Unión Europea.

Se trata, pues, de un régimen que ya no cuenta con legitimidad de origen ni de desempeño y que ha sumergido al país en una de las peores crisis que han ocurrido en el mundo entero en los últimos 50 años.

La historia es implacable. Lo que no es viable, sencillamente, es insostenible.