Javier Vivas Santana: La nueva misión que promete el gobierno

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Definitivamente el madurismo es la más recalcitrante unión de asaltantes del poder, sobre quienes el mentir y mentir se convierte en una praxis de (auto) destrucción en todos los órdenes de la vida nacional.

Por ello, cuando idearon el mal llamado “carnet de la patria”, encontraron en tal herramienta una perversa forma de control político sobre los venezolanos con mayores necesidades económicas y sociales. En tal carnet el madurismo descubrió cómo ubicar de manera fraudulenta a esos venezolanos aunque vivan en el callejón más escondido de Caracas o cualquier ciudad del país, o en su defecto del pueblo más alejado y recóndito de nuestra geografía. Allí cabe muy bien la frase de Maduro de ir a buscar a esa población en las “catacumbas”.

Y cuando el gobierno ha empleado cualquier acción de chantaje o soborno político, con la finalidad de obligar o comprar el voto de los ciudadanos, en especial de aquellos que están hundidos entre el hambre y la miseria, no es poca cosa decir que desataron todo un arsenal de lo que mejor saben hacer, como es engañar a la población sobre la base de promesas y más promesas, que evidentemente nunca podrán cumplir.

Ante esas promesas, cuando en estas fechas se levanta el pueblo que reside en las “catacumbas” a protestar porque nunca le llegaron las bolsas de comida (conocidas como Clap), los perniles, o hasta los “juguetes” para los niños, después de haber cobrado algunas familias 500 mil bolívares en un “carnet de la patria” que sirvió para calmarles el hambre por unos días, pues es evidente que en cualquier momento se vuelve a la realidad, y la realidad del pueblo es aquella que nos carcome como ciudadanos, cuyos ingresos ni siquiera nos garantizan poder adquirir los alimentos mínimos necesarios. Es una desgraciada realidad cuando los precios de un cartón de huevos, un kilo de queso, o de la carne y el pollo, hace tiempo superaron el 100% del “salario mínimo”, o sea, unos “Ingresos” que el gobierno convirtió en salario miserable.

Ni los aumentos de precios se van a detener, y el colapso del país en todos los órdenes de los servicios públicos será inminente

Aunque el gobierno aumentara 100% ese “salario mínimo” a partir de enero de 2018, y ajustara en 1.000 bolívares la llamada “unidad tributaria”, para redondear el “bono de alimentación” de los trabajadores, diciendo que por ejemplo, ahora recibiremos entre 15 a 20 de esas “unidades” diarias para el “consumo de alimentos”, ninguna de esas medidas podrá revertir el acelerado empobrecimiento del pueblo que dicen representar, porque esos “incrementos”, mientras estén aislados de un plan de estabilización económica, aunado con la existencia de una ilegítima e ilegal “constituyente” que sólo persigue a la disidencia y anula cualquier vestigio de oposición con un manto de seudolegalidad, la única realidad será mayor sufrimiento y penurias para los venezolanos, porque ni los aumentos de precios se van a detener, y el colapso del país en todos los órdenes de los servicios públicos será inminente, desatando en el medio de esta crisis de imponderables proporciones, como todo, absolutamente todo, quedará barrido en términos de barbarie política, económica y social.

En consecuencia, un gobierno que llega al extremo de supervisar los comercios de licores con la finalidad de “bajar” los precios de las bebidas alcohólicas, pensando que tal vez con poder seguir “emborrachando” a unos pocos por unos días, quienes ahora protestan por comida, les servirá tal “acción” para seguir evitando su debacle política. Tal exabrupto de “racionalidad política” es pensar que nunca les explotará la realidad en el plano social como un terremoto con 10 grados de intensidad, un huracán con vientos de 300 kilómetros por hora, o peor aún, como aquel deslave que sacudió a Venezuela en 1999 y que cifras conservadoras nos señalaron la muerte de 25 mil venezolanos.

Estamos entrando en el capítulo final de esta historia. Por lo pronto el madurismo ha creado su última “misión”: “¡Caña para el “pueblo”! ¿Alcanzará para repartir cajas de cerveza como prometieron los “perniles”? A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

(noticiasaldiayalahora.co)