FAUSTO MASÓ: La esperanza del 2016

Nadie apuesta a que Maduro llegue a diciembre del 2016, pero sus enemigos no se alegren demasiado; tampoco abundan los que vislumbran el futuro de una oposición, unida alrededor de un programa. No hay un Macri venezolano ni un partido peronista. Obvio, Argentina, no es Venezuela.

Delcy Rodríguez olvidó que Macri llevaba unos días en el poder cuando lo acusó de liberar a responsables de desapariciones de personas, privatizar. Dijo “Yo entiendo que el presidente Macri quiera pedir la libertad para estos violentos (por los presos políticos venezolanos). Lo entiendo porque sé que uno de sus primeros anuncios ha sido liberar a los responsables de las torturas, desapariciones y asesinatos durante la dictadura en la Argentina”. Por las redes sociales de Buenos aires circulaba un mensaje “¡Último momento! Macri crucificó a Cristo”.

El PSUV anda sin rumbo, después de la muerte de Chávez y de la derrota electoral. El chavismo no existe sin Chávez, solo lo une un cadáver, Hay chavistas que quieren radicalizar la revolución. Eso sí, no hay chavistas entusiasmados con Nicolás Maduro, desde el inefable Jorge Giordani, a Jesús Farías, o Aristóbulo. Solo en algo coinciden todos, prefieren echarle la culpa a Maduro, nunca a Chávez y en ninguna caso a ellos mismos ¿El chavismo está acabado? Pues corre el riesgo de desaparecer.

Maduro destituye a los ministros, no nombra ninguno.

¿Qué hará la oposición? No sabe, pero por lo menos ganó las elecciones. Ahora se preparan para destrozarse en luchas intestinas en la Asamblea, todos contra PJ, y en PJ unos contra los otros.

Maduro y el chavismo, no quieren hacer ni esta cosa ni la otra. A la oposición le ocurre algo semejante, con una ventaja: no mandan. Quizá aprenda y de la Asamblea surja una unidad que no sea electoral. No es nada fácil. El país tiene ahora futuro, un futuro incierto, difícil y peligroso. Con Chávez solo contaba el pasado, con Maduro nada cuenta porque Maduro pasará como una lluvia imprevista, sin dejar rastros. Maduro no esperaba ser presidente.

Un teórico chavista con prestigio revolucionario considera que la regulación no se trata de un problema técnico, sino político que pasa por definir primero la ruta hacia la que se desee llevar a la economía. “Si el Gobierno va a proteger a los pobres, lo primero que tiene que hacer es no liberar el tipo de cambio porque el control cambiario obliga a que tú digas una banda de dólares para tal cosa y otra banda de dólares para tal cosa”.

Hasta Maduro se queja del modelo rentista petrolero. Maduro cree que podemos convertirnos en una potencia productiva y es necesario romper con el rentismo y dar paso a una nueva línea de trabajo enfocada en la producción nacional. Habla como un adeco o un copeyano del siglo pasado.

En resumen nadie quiere reconocer que el país se dirige a ninguna parte, hasta que los hechos, el hambre, la explosión social, obliguen a abrir los ojos, lo que ocurrirá en el 2016. Como los militares están en el poder no cabe siquiera la solución que los militares se alcen.

¿Cómo desear entonces feliz año nuevo? El futuro no anuncia ni paz ni prosperidad. ¿Es mejor decir mentiras? Pues claro que sí y comenzar este año 2016 anunciando paz y prosperidad porque el lector se ganará la lotería. Seguro.

No hay nada más triste en estos días que prestar atención al debate interno del chavismo. Están en la luna.

Mientras tanto ¿qué dice Aporrea?

“No se consiguen alimentos, ni medicamentos ni pañales o detergente y lo poco que hay se pelea hasta con los dientes y a precios exorbitantes; malandros, que fueron llamados “buenandros” toman barrios bautizados “zonas de Paz” con fusil en mano el control y colocan centro de operaciones especiales de secuestros y robos masivos y en medio de todo este despelote sin control”.