Capriles: Somos “potencia” en inflación

Creo firmemente que nuestra Venezuela bien vale cualquier sacrificio, y esta convicción la ratifico frente al actual estado de postración en la que se encuentra. La crisis económica, social y política, que campea a sus anchas por toda la geografía nacional, revela que hoy más que nunca se requiere que los venezolanos asumamos el compromiso de rescatar nuestro país con entereza y con esa disposición al sacrificio que, de seguro, tendremos que poner a prueba en el camino a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Restan apenas 63 días para acudir a votar y elegir a nuestros diputados a la Asamblea Nacional. Algo que en cualquier país del mundo sería una fiesta democrática, pero que para los venezolanos significa sortear una carrera de obstáculos puestos a su paso por las instituciones del Estado que han sido secuestradas por un partido político.

Todo un tejemaneje movido desde la cúpula corrupta del gobierno para agotar la paciencia de la gente, para crear desesperanza, para inhibir la participación de una ciudadanía que está harta de la escasez, la violencia, la corrupción y el despilfarro que muestra impúdicamente el gobierno de turno.

Tenemos la inflación más alta mundo. El mes de septiembre cerró en 18% y la inflación acumulada va por 142%. Todo esto consecuencia de un modelo económico que no funciona. Es por ello que nosotros presentamos en el mes de julio unas acciones para frenar esta crisis económica que tenemos galopante en el país. Una de esas propuestas era el ajuste de sueldos y salarios de por lo menos 50% para permitirle a los venezolanos ajustar su poder adquisitivo, mientras se llevaran a cabo otras medidas que permitieran al país avanzar.

Porque ¿cómo hace un trabajador que gana sueldo mínimo para vivir? Si la canasta alimentaria familiar está por los 50.000 bolívares, se necesitan cinco salarios mínimos para poder adquirirla. ¿Cómo hace un abuelo si la pensión no le alcanza? Sólo un paquete de pañales para adultos está ya en 1.320 bolívares.

Por su puesto, nada de lo que nosotros propusimos se tomó en cuenta. El gobierno sigue manejando a nuestra Venezuela como su hacienda personal sin ni siquiera percatarse de que en algún momento este país que ellos consideran su hacienda se va ir a pique, dejándolos también en la ruina.

Esta semana fue el día nacional del cacao y en vez de celebrarlo con un aumento de la producción, los agricultores calculan que la producción se mantendrá en los niveles de hace 100 años. Es aquí cuando uno se pregunta ¿qué harán con los 5 mil millones de dólares que China le va a prestar al gobierno? Parte de ese préstamo debería utilizarse para activar la producción nacional. El jueves lo conversábamos con uno de nuestros productores en Valles del Tuy. El nos decía que los productores quieren oportunidades y apoyo para poder producir, porque no cuentan con los recursos para activar las tierras.

Pero en vez de ver anuncios donde nos indiquen que aumentamos la producción y que se está apoyando a nuestros productores, lo que vemos es que anuncian con bombos y platillos lo que se importa, como si esa fuera la gran solución a la crisis.

Los medios que le hacen la comparsa a este gobierno traen en sus primeras planas, como la noticia más importante, que llegaron toneladas de medicamentos, pañales, leche o cualquier otro producto apreciado por los venezolanos que ahora echan de menos en los anaqueles. Y los candidatos del dúo Nicolás-Cabello se suman a esa fiesta vendiéndolo como un logro del gobierno, pero no dicen nada de los reales que se perdieron con la fábrica de pañales Guayuco… ¿alguien ha visto uno de estos pañales?.

Como tampoco pueden responderle al pueblo por qué no se consigue ni una motica de algodón en las farmacias si se expropiaron las algodoneras y fue creada la empresa gubernamental Algodones del Orinoco, una fábrica que si existe lo hace para chupar reales del presupuesto. O por qué no hay azúcar si los centrales azucareros fueron expropiados, ni envases plásticos para la industria de alimentos si antes había producción en la  petroquímica venezolana. Se quedan mudos ante la interrogante por la carencia de chapas metálicas para los envases, pese a que las industrias básicas fueron “recuperadas para el pueblo”, o agroquímicos e insumos agrícolas si AgroIsleña fue nacionalizada y renombrada como AgroPatria.

Ninguno de los candidatos del dúo Nicolás-Cabello puede responder estas preguntas que el pueblo se hace, porque esos que fueron ministros y ahora andan buscando votos, son corresponsables de la crisis que estamos viviendo en nuestra Venezuela, como corresponsables de esos problemas que afectan a nuestras comunidades y de las penurias que pasan los venezolanos día a día.

Esos candidatos que representan al gobierno deberían darse una pasadita por una de las inmensas colas que a diario se hacen en cualquier ciudad o pueblo del país para que se enteren que las venezolanas tienen que dejarse marcar en el brazo un número para tener “derecho” a permanecer en la cola, tener la cédula en la mano y poner sus dos pulgares en el captahuellas para comprar dos paqueticos de toallas sanitarias… ¡Qué humillación para nuestras mujeres!

Si se pasaran por una de estas colas también podrían enterarse de que las amas de casa pasan trabajo para asear sus hogares porque no se consiguen detergentes, ni coletos, ni escobas ni haraganes. Algo que también afecta a las miles de mujeres que trabajan en la limpieza de hogares, porque como me decía Yandri, una vecina de Petare, “si la señora no consigue los productos yo me quedo sin trabajo”.

Pero que podemos esperar, si parece que estos candidatos del gobierno tampoco saben que en las escuelas hay problemas de salubridad porque no tienen productos para limpiar los baños, y en los hospitales hay alerta porque no disponen de desinfectantes o de las bolsas adecuadas para disponer la basura y los desechos orgánicos. Que no hay dinero para yelcos e inyectadoras en los centros de salud, pero las alcaldías en manos del gobierno gastan dinero en fiestas patronales. Que no hay reales para dotar los laboratorios de ciencias en las universidades, aunque sí los hay para que las combativas damas de la revolución se apertrechen en las tiendas del imperio con carteras, anteojos y trajes de marca y ¡hasta para lucir collares de perlas!

Y es que tiene razón el gobierno, somos potencia, pero somos una potencia en inflación, una inflación que nos está sobrepasando y que va a agudizar cada vez más la crisis que estamos viviendo. El país paralizado y el gobierno no mueve un dedo para enfrentar los problemas.

¿Qué hacer los venezolanos frente a esto? Este es el momento de creer en nosotros mismos como venezolanos y en nuestras capacidades creadoras; de tener presentes las potencialidades productivas del país gracias a las riquezas con las que la naturaleza nos ha bendecido; de vencer el miedo con el que el gobierno nos quiere cubrir; de sumar, como se viene haciendo, más y más voluntades a la causa común de lograr una nueva Asamblea Nacional para iniciar el cambio de rumbo de nuestra Venezuela.

La solución la tenemos en nuestras manos. La elección de diputados honrados, con sensibilidad y comprometidos con el país, le dará un parao a todo este desenfreno, y no me cansaré de repetirlo: tenemos la oportunidad histórica el 6 de diciembre de retomar el rumbo perdido. Aguantemos los sacrificios que todavía nos esperan, con temple, sin pisar peines y en 63 días, acudamos a expresarnos de manera contundente con el arma de la democracia, con nuestros votos. ¡Vamos todos! Juntos comenzaremos a construir un país de progreso. Nuestra Venezuela bien lo vale ¡Dios los bendiga!