El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero fue la pieza clave para que el TSJ dictara la medida sustitutiva de arresto domiciliario a Leopoldo López. Lidera, desde el 30 octubre de 2016, la mesa de negociación entre el Gobierno nacional y la oposición venezolana por parte de la Unasur, y siempre ha puesto su norte en resolver el conflicto político por la vía del diálogo.
A Leopoldo López lo visitó en tres ocasiones en la cárcel en los últimos quince días, trascendió, acercando posturas para conseguir lo impensable, casa por cárcel para el preso más emblemático del Gobierno. Inclusive, la Comisión de la Verdad, Justicia y Paz, conformada en el proceso de diálogo, emitió una comunicación en la que se recomendó la medida a favor de López.
Zapatero celebró ayer el “paso muy positivo” en favor de la paz. En un comunicado expresó su “intensa satisfacción” por la decisión enmarcada en los trabajos de la Comisión de la Verdad y que, a su juicio, “debería permitir avanzar en favor de la paz y de la convivencia democrática en beneficio de todos los venezolanos”. Agregó que está comprometido con la “tarea de acompañamiento que desempeño en Venezuela, con el apoyo institucional prestado por el Gobierno de España, que quiero, especialmente hoy, reconocer y agradecer”, concluyó Zapatero.
Desde la Unasur, su exsecretario general, Ernesto Samper, aseveró que de la medida tenían conocimiento “los expresidentes que hemos venido trabajando en la despolarización de la situación política de Venezuela”.
En opinión del analista Miguel Tinker, “el papel de Zapatero, del Vaticano y Unasur, al igual que los expresidentes Torrijos y Fernández, destaca el rol que éstos podrían jugar en restablecer el proceso de diálogo”, opinó Tinker.
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