“Si no venden artículos regulados, los anaqueles de los abastos Bicentenarios parecen un peladero”, mencionó el ama de Maritza López para referirse a las pocas cosas que encuentra cuando acude al sitio.
Apuntó que además de la “odisea” que las personas deben vivir para lograr entrar al establecimiento, ubicado en la avenida Intercomunal de , después de cruzar “el portón el show continúa”.
Mencionó que la dentro del abasto parece una procesión hasta llegar al pasillo donde sitúan los productos escasos. Dijo que mientras esté en fila, debe tener paciencia para no ahogarse porque se siente un “vaporón”.
Supuestamente, los aires no funcionan.
Marcos Martínez contó que él acude a esa red de supermercados porque su insiste en que deben a precio regulados para rendir el dinero.
Señaló que mientras espera su turno recuerda con nostalgia cuando acudía a ese mismo local de la Intercomunal, pero con el nombre de Éxito.
Mencionó que paseaba por los pasillos “como si fuera un centro comercial”. “Otra cosa deprimente es ver como muchos bebés pasan trabajo en los brazos de sus madres. Esas criaturas se tienen que calar el sol inclemente en la cola de la calle, más el calor desesperante que hay adentro”, comentó Martínez.
No van
La docente Ana Rojas mencionó que dejó de visitar los abastos Bicentenario, porque no logra hacer un mercado completo.
“Yo iba al de Puerto La Cruz, en el centro comercial Judibana, pero tenía que estar un día entero allí para adquirir algunos artículos regulados y no me da tiempo pasar por el mercado para comprar carne, y eso que queda cerca”.
La sede de Guaraguao de esta red de abastos está cerrada, supuestamente, por remodelaciones, desde la última visita del presidente Nicolás Maduro a la zona norte, en el mes de mayo.
El equipo de El Mío intentó comunicarse con el director regional de Bicentenario, Sadi Ruiz, para conocer información sobre las fallas denunciadas, pero no fue posible contactarlo.
Fuente: El Tiempo.com.ve