En El Tocuyo, aunque las festividades en honor a San Antonio de Padua se iniciaron el pasado fin de semana, este martes, como cada 13 de junio, adquiere mayor calor, con la participación de todo el pueblo, sin distingo de clases sociales y hasta políticas.
De las fiestas de San Antonio, el poeta Antonio Urdaneta llegó a decir: “San Antonio es mucho pueblo. Sus gozos en el Tamunangue son juegos florales o poéticos. Su imagen se multiplica en las piedras del campo. Cada una de ellas viene a ser objeto mágico. Cada una es una epifanía de valor sideral en nuestro cristianismo cósmico”.
Pero, simple y llanamente, San Antonio reúne devoción, religiosiidad, historia, es folklore, es fiesta de pueblo, ahora no exclusiva de los negros, como hace muchos años, sino de toda la sociedad tocuyana que desde la madrugada se reúne en la iglesia San Francisco para disfrutar religiosamente de la homilía en la que se distribuye el pan, representativo de la humildad del santo, un joven de la aristocracia portuguesa que repartía entre los pobres lo poco que tuviera, de allí la veneración por parte de los más desposeidos.
Hoy, cuando la imagen parta en procesión por algunos sectores de la ciudad, cuatros, maradas, tambores y voces de tamunangueros como “El Pariente” Carlos Yépez, María del Valle Alvarado, José Argenis Torrealba y otros, animarán la procesión cuya primera parada será en la plazoleta Pablo Rodríguez, “La Ñema”, en la avenida Lisandro Alvarado , para seguir hacia el asilo San Antonio hasta su retorno a la iglesia, en compañía, no sólo de tocuyanos sino de visitntes de todo el país.