Tarek William Saab solicitará a EEUU extradición de Roberto Rincón y Abraham Shiera por millonario robo a Pdvsa

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El fiscal general de la República, Tarek William Saab, informó este viernes que solicitó a Estados Unidos la extradición de los empresarios Roberto Rincón y Abraham Shiera. Rincón y Shiera fueron acusados de haber pagado entre 2009 y 2014 mil millones de dólares de sobornos a directivos de Pdvsa para obtener lucrativos contratos con beneficiaron a sus empresas energéticas, muchas de las cuales están radicadas en Estados Unidos.

“Deberían estar aquí. La Fiscalía General de la República iniciará todas las formalidades para que ambos ciudadanos estén a la orden de la justicia venezolana“, dijo el funcionario.

“Este desfalco está vinculado a distintas filiales de Pdvsa, por medio de la Oficina Satélite de Pdvsa Services BV. Esta oficina se constituyó en 2009 para la realización de compras internacionales para la industria petrolera venezolana”, indicó Saab durante una rueda de prensa, y agregó que 32 empresas participaron en el sistema de compras viciados, cuatro de ellas pertenecientes a Rincón y Shiera.

De acuerdo con la información oficial, los implicados realizaron compras con sobreprecios de leche en polvo para Pdval, compra con sobreprecios de plantas eléctricas, compra con sobreprecio de vehículos, “donde ni siquiera se entregaron muchos de ellos”.

Los dos detenidos se enfrentan a más de una decena de cargos criminales cada uno, entre los que destacan acusaciones por lavado de dinero, cargo por conspirar para lavar fondos ilícitos y por fraude electrónico, que implica el uso de Internet para cometer estafas.

En el caso de Rincón, hay 10 ciudadanos que se han declarado culpables de haber participado en el esquema de corrupción. Entre las nuevas acusaciones están las del exviceministro de Energía, Nervis Villalobos Cárdenas, César Rincón Godoy, Luis Carlos de León y Rafael Reiter. Este proceso toca directamente al expresidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, según detalló la periodista Maibort Petit en un trabajo de investigación publicado en su página web.

Acá el trabajo de Maibort Petit:

Roberto Rincón y Abraham Shiera fueron acusados por la fiscalía del Distrito Sur de Texas de haber pagado más de 1.000 millones de dólares en sobornos a funcionarios de PDVSA, incluyendo empleados de la corporación en Houston y miembros de la cúpula de la empresa estatal. Del esquema de 1 mil millones de dólares, los fiscales lograron rastrear 750 millones de dólares directamente a Rincón.

El jueves 8 de febrero de 2018 se conocerá la condena que deberán pagar los dos contratistas que, por ahora, gozan de libertad condicional. Rincón pasa sus días preso en su mansión de 7.1 millones de dólares ubicada en el rico vecindario de The Woodlands, donde los testigos señalan que hay puertas y grifos de baño cubiertos de oro, lujos inimaginables para los venezolanos que mueren por falta de comida y medicinas en el país gobernado por Nicolás Maduro. En el lugar, las extremas medidas de seguridad no permiten que los curiosos accedan al espacio que alberga a uno de los hombres que más dinero logró obtener a través de contratos petroleros con sobreprecio y de muy dudoso cumplimiento.

Una de las personas que estuvo cerca de la familia Rincón asegura a esta periodista que el convicto por delitos de corrupción y lavado de dinero siempre fue un hombre con poco roce social, siempre le gustaba estar aislado, no confiaba en casi nadie y, a pesar de haber nacido y vivido en un hogar humilde en su natal Maracaibo, durante el periodo chavista se acostumbró muy fácilmente a disfrutar de los placeres que brinda la riqueza. Amante de la opulencia y de gustos exagerados, tanto a él como a sus hijos, les gusta el derroche y el buen vivir, acota la fuente.

Uno de los vecinos de Rincón asegura que no lo ha visto desde el escándalo, a pesar de que se sabe que está bajo arresto domiciliario a la espera de la sentencia. Cuenta que la familia bajó más el perfil y ya no se les ve en el club como antes. Pareciera que están esperando el día de la sentencia con cierto grado de resignación.

La historia de Roberto Rincón Fernández era poco conocida antes de su arresto ocurrido en diciembre de 2016. Las reseñas de prensa venezolanas aseguran que empezó a trabajar con empresas petroleras desde joven y creo la suya en los años 80. Dicen que no tenía bienes de fortuna y que se transportaba en “carros por puestos” porque su salario no le alcanzaba para comprarse un vehículo.

Pero su vida cambió cuando el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, salió del poder por escasas 72 horas en el 2002. A su regreso —y eso ya es historia— el mandatario despidió a más 18 mil ejecutivos, técnicos y empleados de PDVSA y los sustituyó por personas de confianza y de su partido. En ese momento fueron muchos los contratistas que aprovecharon la falta de profesionales y de reglas para colarse en el registro de empresas que suplidoras de la petrolera estatal, un salto que les permitió convertirse en millonarios afectos al dispendio y la fastuosidad, capaces de comprar las consciencia de los manejadores de la empresa con tal de alcanzar sus propósitos de hacerse de la riqueza fácil.

Entre los contratistas favorecidos por el cambio estaban Roberto Rincón y luego su socio Abraham Shiera. Fueron tantos los millones de dólares que el primero ganó desde el año 2002 que ya en 2004 pudo mudarse a los Estados Unidos, escogiendo a Houston, Texas, como su nuevo lugar de residencia. Desde suelo norteamericano, Rincón, sus familiares y asociados crearon un emporio de compañías a las que se les hacía ingresar de manera deliberada en los paneles de licitación para ganar —de manera fraudulenta— cientos de contratos que lo convirtieron en un millonario de la noche a la mañana.

Según la acusación federal, los delitos de Roberto Rincón se fueron incrementando en tanto se perfeccionaba el esquema de corrupción que pasó desapercibido por las autoridades norteamericanas por años. Entre los años 2009 y 2014, el contratista pagó sobornos millonarios a los empleados que se encargaban de hacer las compras de PDVSA. Cinco de esos funcionarios vivían en Houston y Katy. Dice el reporte que Rincón pagó coimas que —inclusive— comprendían la cancelación total de las hipotecas de las casas de los empleados de la petrolera.

En un documento aparece que Rincón pagó el saldo restante de la hipoteca de 165 mil dólares de una casa del área de Houston de un funcionario de PDVSA en el año 2010. Ese mismo año Rincón depositó 135 mil dólares en una cuenta perteneciente a un amigo de ese mismo funcionario.

En 2011, el socio de Rincón, Abraham Shiera pagó 14 mil 502 dólares en el elegante Hotel Fontainebleau de Miami por la estancia de un asociado de PDVSA. Igualmente pagaron un hotel y el alquiler de un vehículo en estado Anzoátegui, lugar donde se lograba el mayor número de contratos que la pareja consiguió y que se caracterizaban por sobreprecios escandalosos.

En los reportes se puede ver que las empresas de Rincón cobraban por servicios que nunca prestaban y por equipos y productos que jamás fueron entregados a la petrolera estatal. Las coimas pagadas por Rincón silenciaban cualquier denuncia o queja sobre el desfalco, tanto en Houston como en Caracas. A un funcionario de alto nivel, cuyo nombre no se ha revelado públicamente, Rincón pagó 2.5 millones de dólares.

Mientras crecía su negocio fraudulento, Roberto Rincón se asoció con Abraham Shiera, otro contratista residenciado en Miami. Desde 2009 los dos hombres empezaron a trabajar para engordar sus bolsillos a costa de las finanzas de PDVSA. Rincón manipulada las adjudicaciones de contratos y logró colocar en los paneles de la empresa estatal unas seis empresas de Shiera cuyas sedes estaban en Miami.

El esquema de corrupción montado por Rincón se fue ampliando. El contratista creo talentosamente una red de cómplices para pagar los sobornos a los funcionarios, que muchas veces incluían depósitos en cuentas de familiares, amantes y amigos de los empleados de PDVSA que estaban ubicadas en paraísos fiscales.

Aparecen reseñadas las propiedades compradas por los hijos de Roberto Rincón quienes disfrutan de una fortuna inusitada, inclusive después del arresto de su padre. José Rincón figura como propietario de  una mansión de 1.2 millones de dólares, de un auto lavado en Conroe, cuya dirección aparece como sede de varias empresas, incluyendo una de seguridad privada que constituyó en 2009, una de aviación en 2010 y otra decena de firmas que usaron en el esquema de corrupción. A pesar de su participación directa en el proceso, José Rincón no fue arrestado y hasta la fecha no tiene cargos en su contra en ninguna de las fiscalías que investigan este escándalo.

Abraham Shiera podría recibir una condena menor a la de su socio Roberto Rincón, según reveló una fuente relacionada con el caso. Esto porque Shiera actúa en un rol secundario en la trama de corrupción, aunque se supo que sobre este hombre podría ser castigado por haber intentado sobornar a funcionarios estadounidenses antes de ser arrestado.

Shiera aparece en los documentos como propietario de una mansión de 1.9 millones de dólares en Coral Gables y de otras propiedades de lujo en la zona de Miami.

Ya han pasado más de dos años desde que Roberto Rincón y Abraham Shiera fueron arrestados el 16 de diciembre de 2015. Para ese momento, un juez federal de Houston leyó la acusación con contenía 18 cargos contra los dos hombres y que conllevaba a una condena de más de 90 años.

Roberto Rincón estaba en su casa en The Woodlands cuando agentes federales lo arrestaron la citada fecha, día en que también se produjo la detención de Abraham Shiera en Miami. En el tribunal federal del centro de Houston, un juez dio a conocer una acusación a la pareja.

Los dos hombres fueron acusados de conspiración, lavado de dinero y violación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, una ley federal de 1977 que prohíbe a cualquier persona relacionada con negocios estadounidenses sobornar a funcionarios o gobiernos extranjeros.

Luego de una serie de procedimientos judiciales, Shiera se declaró culpable de un cargo de conspiración para violar la FCPA en marzo de 2016 y acordó colaborar con los fiscales para bajar su pena a menos de 10 años de prisión.

En los documentos federales se señala que el juez del caso ordenó la confiscación de varios bienes a los dos acusados. A Shiera se le incautaron 15 millones de dólares en efectivo, un yate de 900 mil dólares y 18 millones de dólares de sus cuentas personales.

Por su parte, Roberto Rincón decidió declararse culpable en junio de 2016 y accedió a entregar información muy valiosa al gobierno, lo cual permitió ampliar la investigación que aspira generar más  acusaciones y detenciones de altos funcionarios y exfuncionarios de la estatal petrolera.

A Rincón le confiscaron un Ferrari Four del 2013, un Lamborghini Gallardo Balboni 2010, su mansión en Woodlands, aviones y cientos de activos en varios lugares del mundo. En los documentos también aparecen reseñadas dos propiedades que Rincón tiene en España y la isla de Aruba, al igual que 108 cuentas bancarias.

Rincón enfrenta una pena de 13 años por los cargos imputados, pero debido a la densa información entregada a los fiscales podría ser condenado a entre 5 y 7 años de cárcel. Esto debido a que fue procesado por fraude fiscal por presentar declaraciones de impuestos falsas. En el 2011 el contratista ganó 6.5 millones de dólares y sólo declaró al IRS 266 mil dólares en ingresos.

En el caso de Rincón hay 10 ciudadanos que se han declarado culpables de haber participado en el esquema de corrupción. Entre las nuevas acusaciones están las del exviceministro de Energía, Nervis Villalobos Cárdenas, , César Rincón Godoy, Luis Carlos de León y Rafael Reiter. Este proceso toca directamente al expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez.