“Siento una presión en el pecho”, la triste despedida de un venezolano en Maiquetía

12:33 del mediodía de un lunes de junio. El sol resplandecía, pero no para los padres de Jesús Sáez, un periodista de 29 años que decidió a finales del 2016 buscar un mejor futuro en Estados Unidos. La semana comenzaba y con ella una nueva vida.

El viaje hasta la Guaira fue largo y silencioso. Sus padres y él evitaban hacer algún comentario de lo que estaba por pasar. Sin embargo, la mamá repetía en voz baja, quebrada y con algunas lágrimas que estaba triste y a la vez tranquila porque “allá estará mejor. Por lo menos no estaré preocupada por la inseguridad”.

Al llegar al aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, Jesús suspiró y sintió un fuerte dolor en el alma al imaginar que desde ese instante su vida sería otra. A partir de ese momento, emprendía un viaje probablemente sin un pronto retorno.

Siento como una presión en el pecho porque estoy dejando muchas cosas. No porque así lo deseé sino porque el destino y la actual crisis me obligó. En esta maleta me llevo cosas materiales, pero también el amor de mis padres, mi novia y un pedacito de país. Solo eso me dejó este Gobierno”, dijo entre rabia y dolor.

Su padre se mostraba tranquilo, pero sus ojos reflejaban la pena que lo invadía. La novia solo sonreía en silencio y no dejaba de abrazarlo. Su alma sabía que sería, probablemente la última vez que lo tocaría.

Verlos así es fuerte. Soy hijo único y sé cómo están, aunque por dentro también sé que me apoyan porque voy a una mejor vida y desde allí los podré ayudar. Algo que no podía hacer desde aquí”, fustigó Jesús mientras confirmaba el boleto.

Esta decisión la tomé luego de haber sufrido un fuerte acoso laboral por pensar distinto a este Gobierno porque si en este país no te rindes a los pies de ellos, no eres nadie. A nosotros no nos enseñaron a ser así y pues, yo no me vendo por dinero, mi ética está por encima de todo”.

“Te amo”

El momento de la despedida llegó. “Te amo y siempre te amaré. Qué Dios te proteja y te bendiga siempre. Sé que volveremos a estar juntos”, expresó su madre tras un fuerte abrazo de varios minutos con el que se consumía el adiós, siendo el único testigo los vibrantes colores secuenciales del maestro Carlos Cruz-Diez que inmortaliza cada despedida.

Éxodo de venezolanos en cifras

La Real Academia Español define la palabra ‘emigrar’ como el hecho de “abandonar su propio país para establecerse en otro extranjero”. Sin embargo, en los últimos meses, el venezolano ha descubierto que su significado va más allá. Es renunciar a tus costumbres, hábitos y aquel abrazo familiar que recibías cada mañana.

La mayoría, al cruzar la frontera, buscan ser acogidos como refugiados, mientras que otros buscan un trabajo temporal que los ayude a establecerse económicamente para luego buscar a sus familiares más cercanos.

Según estudios realizados por distintas ONG, el éxodo se ha quintuplicado. Muchos huyen hacia Estados Unidos, España, Panamá, Chile, Colombia, Brasil, Perú y Argentina. De acuerdo con el análisis del Pew Research, un total de 10.221 venezolanos ha pedido asilo a EE.UU. entre octubre 2015 y junio 2016, frente a los 3.810 que lo habían hecho en el mismo período un año antes, convirtiendo a Venezuela en el tercer país con mayor número de solicitudes.

El departamento de migración de Colombia aseguró que durante el primer trimestre del 2015 entraron como trabajadores temporales 9.456 venezolanos, 5.236 más que en 2014. La misma situación se repite en Panamá quien recibió hasta mayo del 2016 2.475 permisos de residencias de venezolanos, de las cuales fueron aprobadas 1.708.

Mientras que en Argentina: En el primer semestre de 2015 realizaron 2.772, lo que representa una variación porcentual de 61,26 con respecto a 2014. Human Rights Watch informó en su más reciente informe que más de 12.000 venezolanos han entrado y permanecido en Brasil desde 2014, principalmente en el estado fronterizo de Roraima. El flujo anual se quintuplicó en los 11 primeros meses de 2016, con 7.150 entradas.

Ante ello, un estudio realizado hace dos años por la Universidad Católica Andrés Bello indica que 30% de los jóvenes tiene aspiraciones de marcharse. Así como Jesús, millones de venezolanos han escapado de la crisis humanitaria, política y social que existe y que el Gobierno se niega reconocer, y por lo tanto a atender. Esa migración sin precedentes de venezolanos le da una bofetada a la “revolución bolivariana” y desprende la descarada careta que intentan mostrar al mundo.

EC

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