Sebastiana Bárraez entrevistó a Julio Borges: «Es él más exasperante de los entrevistados que he tenido»

Julio-Borges

Sebastiana Bárraez publicó el resultado del encuentro con él más “exasperante de los entrevistados que he tenido”, Julio Borges, coordinador de Primero Justicia y diputado a la Asamblea Nacional, aunque ahora se encuentra residenciado en Colombia.

Durante el encuentro, explica su creencia de que lo que ocurre en el país parte de una responsabilidad compartida. “Es una responsabilidad de toda la sociedad. Que yo haya sido una figura pública y mi movimiento Primero Justicia, significa que somos parte de la realidad pero no corresponsables del desastre, porque más bien hemos sido enemigos de lo que ha pasado en el país, de quienes lo han destruido. Errores hemos cometido, muchísimos, pero siempre hemos tenido una posición muy clara en contra de lo que vimos y es que esto iba a caminar hacia un gobierno totalitario”, señaló.

A continuación la entrevista completa:

¿Cómo se describe usted?

(sonrisa) Como un venezolano que siempre ha tenido gran preocupación y vocación por lo público, la historia y la política y que desde joven ha estado luchando por cambiar la realidad. Toda mi vida la he dedicado a tratar de lograr que en Venezuela se logre, lo que ha sido la bandera de nuestra vida, que haya justicia. Comenzamos por la tarea de luchar por los derechos humanos, crear los jueces de paz en los barrios, luego llevar ese programa a las escuelas, a las cárceles, estar en el cambio de la Constitución. Luego pasar a la política para lograr un cambio profundo y en ese camino nos hemos encontrado con que Venezuela fue secuestrada por un proceso que ha ido destruyendo, incluso moralmente a los venezolanos. Hemos tenido el honor de construir un movimiento muy grande y coherente que esperamos que contribuya a ese cambio en el país.

Usted hizo dos maestrías en EEUU, una de Filosofía Política y Social en 1992 y otra en Políticas Públicas en 1994. Parecía muy coherente su camino en materia de justicia. ¿Qué causó el salto hacia la actividad política?

Para mí siempre la política fue una opción, siempre. Quizás más que la política, el país público. Y mi mayor motivación fue en la Universidad cuando vimos ese proceso de crisis que fue El Caracazo (1989). Fue ver ese enorme precipicio entre la realidad y los derechos de los venezolanos, que hoy es mucho peor, es decir, el divorcio entre lo que está escrito y la realidad. La primera acción fue ¿cómo le llevamos la justicia a la gente? Y por eso le dimos mucha fuerza a los jueces de paz y de allí a los derechos humanos, a la Constituyente y a la política; fue un paso muy claro para nosotros.

Me llama la atención eso. Si los sucesos de El Caracazo y la intentona golpista del 1992 le impactaron, como joven, ¿por qué participa en un golpe como el 11 de Abril?

El impacto del 4F, cuando yo estaba en el quinto año de derecho, para nosotros, y el país entero, fue como una especie de terremoto. Con ese intento de golpe, no se sabía qué iba a pasar, si nos íbamos a graduar o no. Primero Justicia se forma en marzo del 92, un mes después de ese 4 de Febrero.

¿Fue una consecuencia de ese hecho?

Inconscientemente fue una consecuencia de eso. Y el 11 de Abril, y te lo puedo demostrar claramente, yo no tuve ninguna participación. El Gobierno es quien ha estado vendiendo, desde siempre, que PJ estuvo en el 11A. La actuación de PJ antes, durante y después del 11A, fue la misma, era convocar a elecciones generales y cuando el Gobierno coloca fotos de ese instante lo hace sin el contenido de lo que nosotros pedíamos. Cuando se produce el primer gabinete de Pedro Carmona Estanga, un miembro de PJ, Leopoldo Martínez, estaba en el gabinete como ministro de Hacienda. Apenas lo nombraron, lo botamos del partido y no te imaginas la cantidad de presiones que recibimos por hacer eso; no estábamos de acuerdo ni que él estuviera allí ni cómo se estaban haciendo las cosas. Hay una entrevista de ese día en “El Universal” con Elvia Gómez donde pedíamos que Carmona renunciara y se hicieran elecciones generales.

Sé que se casó, tuvo hijos, etc. ¿Pero cómo cambió su vida durante estos años de revolución bolivariana? Cuando se mira al espejo y ve el cambio del tiempo, ¿que se dice? ¿De qué se arrepiente?

En estos 20 años de destrucción nacional, mi vida ha sido impactada y ha cambiado, como la mayoría de los venezolanos, en el sentido de que te das cuenta que lo positivo y lo bonito del venezolano, se ha ido disolviendo y lo que ha sacado, estos años de crisis en Venezuela, ha sido lo peor de nuestro país: el revanchismo, el resentimiento, los odios, la corrupción. En estos años lo que hemos tratado es crear un gran y renovador movimiento político. Si algo nos ha faltado es que debimos lograr que este proceso fuera más renovador, poner la mirada hacia el futuro y no un proceso que tuviera la ilusión entre el pasado y el presente, sino que debemos lograr que la discusión real es dejar este tiempo atrás y dar un brinco hacia el futuro. Creo que eso es esencial.

Siempre habla en plural. Pero hábleme de usted. Ha sido figura visible de la Oposición venezolana, objetivo de las críticas del Gobierno, porque creo que en todas las alusiones públicas los principales dirigentes del chavismo, lo mencionan. Me atrevo a decirle que usted tiene una responsabilidad compartida de lo que nos pasa como país. ¿En qué se siente usted responsable?

Yo creo que la responsabilidad es de todos honestamente. Cuando uno ve lo que sucede, no solo en Venezuela, sino en muchos países, el país llega a este nivel de destrucción porque se destruye la convivencia de todo lo que significa los valores sociales. Uno de los luchadores más grandes que ha habido contra el comunismo, Václav Havel (último presidente de Checoslovaquia y primer Presidente de la República Checa), el primer ministro checo después de la revolución anticomunista, una de las cosas más bonitas que expresó es que la tiranía existía porque se permitió que existiera. Es una responsabilidad de toda la sociedad. Que yo haya sido una figura pública y mi movimiento Primero Justicia, significa que somos parte de la realidad pero no corresponsables del desastre, porque más bien hemos sido enemigos de lo que ha pasado en el país, de quienes lo han destruido. Errores hemos cometido, muchísimos, pero siempre hemos tenido una posición muy clara en contra de lo que vimos y es que esto iba a caminar hacia un gobierno totalitario. No sé si tú recuerdas, Sebastiana, pero en el año 2000 nosotros metimos un cochino en la Asamblea Nacional porque queríamos dejar muy claro, que ese día se estaba doblegando y entregando toda la institucionalidad a las manos del Chávez; el contralor, la fiscalía, el Tribunal Supremo, el defensor del pueblo. Eso se hizo con complicidad de gran parte de la sociedad.

En el año 2006 usted, como coordinador nacional de PJ, dijo “nuestro deber es no defraudar a Venezuela, Venezuela cuenta con PJ y PJ cuenta con el amor de los justicieros”. Doce años después le pregunto: ¿usted no siente que no lograron esos objetivos y que sí han defraudado al país?

Bueno, es que también debemos tener clara la dimensión del monstruo contra el cual estamos luchando. Aun hoy hay quienes no entienden el nivel de totalitarismo del gobierno que está instalado en Venezuela, el Gobierno que no tiene límites para no importarle la vida de la gente, ni la destrucción de la familia, ni que los jóvenes se vayan, solo le importa quedarse en el poder. Más bien ha sido una lucha muy dura contra un régimen, un sistema o una visión dictatorial, que además está conectado con otros sistemas dictatoriales como el cubano o nicaragüense. ¿No hemos logrado los objetivos de sacar al Gobierno del poder? Es cierto, pero hemos tenido una cantidad de logros para debilitarlo, para desenmascararlo y para seguir en este proceso que creo, está en etapa terminal. Estamos en el umbral de un desenlace democrático en Venezuela.

Y si obviamente usted tiene la certeza que “el monstruo es poderoso” como dice, ¿por qué no han logrado, como dirigentes opositores, unirse y ser una opción de solución y respuesta?

Creo que hay una demanda de unidad muy fuerte. Y ella debe ser más allá de la política, debe ser del país, porque este es un momento de la política pero también de las élites del país, porque todo está en juego. Claro que debemos lograr una unidad más fuerte y más eficiente.

Empezar por unidad solamente, porque en este momento no hay unidad entre ustedes.

Quiero colocar sobre la mesa, Sebastiana, que el mundo político ha sufrido un terremoto de represión muy grande y eso hizo que se desmorone lo construido. Construimos un partido, como el de la Unidad, que es el que ha tenido mayores votos en la historia de Venezuela. Logramos que en el 2008 al 2018 a todas las elecciones fuéramos en perfecta unidad, logramos tener un parlamento en perfecta unidad en sus decisiones hasta hoy. ¿Qué hemos sufrido? Todos los partidos están ilegalizados: Primero Justicia, el Partido MUD, Voluntad Popular, un Nuevo Tiempo, todos esos están ilegalizados. A Vente Venezuela no lo dejan legalizar. La mayoría de los dirigentes políticos están presos, como el caso de Leopoldo (López), o están inhabilitados como Henrique (Capriles) o están perseguidos como María Corina (Machado), o en el exilio como (Antonio) Ledezma. La mayoría de nuestros alcaldes están presos o en el exilio, igual que los diputados. A pesar del naufragio que hemos sufrido, seguimos luchando contra el Gobierno y lo seguiremos haciendo. Lo que quiero resaltar es que la unidad ahorita tiene que poner de pie a todo el país y lograr con esa fuerza crear un desenlace.

En la circunstancia en la que está el país, en la situación en la que están los partidos y la dirigencia, ¿ustedes aún no han llegado al nivel de decir “voy a limar mis asperezas con ustedes”? ¿O sigue teniendo fuerza mi interés personal, mi ego y querer ser el sucesor de Maduro?

Es posible que aun haya individualidades que no haya entendido eso y tienen sus cálculos personales, pero te puedo dar testimonio Sebastiana de que la mayoría de los dirigentes importantes del país no están pensando en este momento en otra cosa que lograr la fuerza para salir del Gobierno. Y te lo digo con convicción. Todos los días hablamos todos. Hay clara conciencia de poner de lado cualquier interés o factura.

Recientemente un general a quien entrevisté, me sorprendió cuando me dijo ‘No sé cuándo me va a tocar’ refiriéndose a cuándo será detenido. Eso me indica que en la FANB les llegó ese momento. Y a usted en el mundo civil también le llegó. ¿Por qué les ha sido tan difícil entender eso y el deterioro de la imagen de la dirigencia opositora?

La mayoría lo hemos entendido. A mí no me están persiguiendo desde hoy, sino desde hace años. Puede ser que individualidades sigan pensando que serán los sucesores de Maduro, como bien dices. Si no se lucha con unidad y se coloca a un lado, no se va a salir del Gobierno. La gente siente que hay tal nivel de represión y no ven sobre la mesa una solución política. Eso hace que la gente crea que la política y los políticos no son útiles. Logramos victorias muy importantes, como cuando ganamos el parlamento en 2016, con 14 millones de votos, logramos las 2/3 partes del parlamento; la dictadura a los 15 días ya le había quitado los diputados de Amazonas. Ahora bien, como dirigentes políticos hemos recorrido todos los caminos posibles, hemos votado, hemos ganado el parlamento, hemos activado el referendo constitucional, hemos ido a marchas, le dimos la oportunidad a la negociación (diálogo), hemos decidido no votar. Y en todos esos caminos el Gobierno lo que ha hecho es tirarnos la puerta en la cara. De ese tamaño es el reto que tenemos. Estamos en el momento más oscuro, pero aquí nadie ha dejado de luchar.

¿La transición que usted propone sería un cambio profundo de régimen político o solo un cambio de Gobierno dejando todas o algunas de las estructuras actuales?

El proceso de transición tiene cuatro ingredientes: que en Venezuela vuelva a reinar la Constitución y no el ‘yo hago lo que me da la gana’. De segundo, que el pueblo pueda decidir su futuro libremente. Tres, que logremos un plan avalado por la mayoría para sacar a Venezuela del caos en el que está. Y que haya un proceso de reconciliación y justicia. Ese proceso ya arrancó pero no ha culminado porque no ha tenido lo más importante, que es la salida del poder de quienes lo han secuestrado.

¿Ese proceso de transición es posible hacerlo sin la Fuerza Armada?

(tajante) No. Es imposible hacerlo sin la Fuerza Armada. Es el protagonista central de todo lo que vaya a pasar. Yo lo llamo el semáforo; con la luz verde, amarilla o roja. Se puede tener todo armado, avalado y montado, pero el último escalón para que tengamos un proceso de transición positivo, en paz y democrático, depende de la Fuerza Armada.

¿Recuerda lo ocurrido en noviembre del 2016, en la Iglesia San Francisco de Caracas, más específicamente en la Casa parroquial del sacerdote Numa Molina?

(silencio)

En esa reunión, en la que habría estado usted con Carlos Ocariz. Jorge Rodríguez y otros chavistas, le propusieron impugnar la decisión que suspendía el revocatorio. Usted se negó diciendo: ‘Olvídense de eso, no hablemos más del tema, eso es un capricho de Henrique’.

No, eso no es cierto. Sí tuvimos reuniones preparatorias para el proceso de negociación, pero que nosotros mismos hayamos renunciado al proceso revocatorio, no tiene ningún sentido.

¿Por qué como Asamblea Nacional fueron tan tolerantes, por no decir que tan timoratos, con las decisiones del TSJ en el exilio, caso sentencia contra Maduro, investigaciones Odebrecht?

Eso fue la semana pasada. Habrá qué ver. Debemos tratar de respaldar la investigación, la decisión y consulta del TSJ en el exilio, que se nombró cuando yo era presidente de la Asamblea Nacional. Lo que se logró con la investigación de Odebrecht es muy valioso, porque Venezuela es el país con mayor corrupción de Odebrecht y no ha habido nada. En otros países han caído gobierno, presos ministros, etc.

La entrevista fue publicada por puntodecorte.com