Se agudiza la escasez de pollo y carne en mercados

Escaso y extremadamente caro. Así está el pollo, una de las principales  opciones de consumo de proteínas para el zuliano, en momentos cuando también  las cavas refrigeradoras de las carnicerías en Maracaibo y San Francisco están vacías.

Los compradores  tienen que emprender verdaderas “cruzadas” en mercados, carnicerías y “polleras”, porque el producto  ha desaparecido en las últimas semanas.

“Aquí tenemos meses que no distribuyen pollo entero para la venta. Solo llega despresado y una vez a la semana, y en las neveras no dura tres horas, porque la gente no lo deja reposar en exhibición. Además, si solicitamos dos mil kilos de filet de pechuga, solamente despachan 400 kilos o mucho menos”, contó José Alberto Rincón, encargado de una distribuidora de pollos en la avenida Santa Rita.

En esa venta al detal, tienen más de cuatro meses que no reciben pollo entero. Esta situación se replica en la mayoría de las distribuidoras, y en aquellas donde se consigue la carne de ave entera los precios oscilan entre 650 y 850 bolívares el kilo cuando su precio regulado está en Bs. 65 el kilo.

Para esta misma fecha, el año pasado, el pollo entero fuera de los locales donde lo vendían regulado se conseguía entre Bs. 120 y 150 el kilo.

“Donde yo suelo conseguir el pollo entero tengo cuatro semanas que nada que llega. Pero la última vez cancelé el kilo en 700, y pagué por un pollo alrededor de 1.400 bolívares”, contó Zuleima Portillo, residente de Cuatricentario.

Hasta cinco polleras puede recorrerse en la capital zuliana para encontrar la presentación en churrasco de pechuga, que viene sin hueso. Sin embargo, su costo oscila entre 1.200 y 1.500 bolívares.

“Yo pedí el número del encargado de la pollera para que me avisara cuando le llegue el filet y compraré al precio que llegue, porque no se consigue por ninguna parte. Ya he estado en varias partes y nada. Y para las hallacas y la ensalada de las fechas decembrina necesitamos en la casa”, contó Alicia Suárez,  del sector Tierra Negra.

Para Josefina Rincón, residente de Santa Rosalía, una alternativa era la distribuidora de pollos que está en la avenida principal de ese sector, donde hasta finales de julio vendieron pollo por terminal de cédula. “Ahora solamente están distribuyendo a los Abastos Bicentenario y las jornadas comunitarias, eso es lo que nos dicen los encargados”, señaló.

 

En las carnicerías, solamente algunas muestran un poco de carne molida, hígado y hueso. Para hallar los otros tipos de cortes hay que hacer una especie de “cacería” por toda la ciudad.

Los representantes del sector cárnico en la región aseguran que solamente está llegando entre el 20 y 30% de las reses requeridas en el mercado.

“Yo compré carne recientemente, la semana pasada, en una jornada que organizó un consejo comunal por el sector donde vivo, a precio regulado porque para encontrar en las carnicerías es misión imposible, y cuando se halla los precios te hacen salir corriendo igualmente”, contó Rubén García, residente de La Victoria.

Huber Arteaga,  presidente de la Asociación Civil Bloque Socialista de Expendedores de Carnes del Sur (Blosecasur), explicó que de 10 reses semanales que solicita un comercio en la ciudad solamente están bajando dos o tres.

“El déficit es de un 70% aproximadamente, y esta situación se está sientiendo fuertemente en los establecimientos comerciales. Son alrededor de dos mil carnicerías a las que les deberían de despachar unas 20 mil reses semanales, pero en realidad llegan son unas seis mil a la semana”, detalló.

Ya a principios de septiembre, Confagan-Zulia aseguraba que había un desplome de 90% en el sacrificio de reses en la entidad, situación que explicaba la escasez y el alto precio del rubro. Ahora  a esto se le suma que el 15 de diciembre los mataderos se van de vacaciones colectivas y regresan en enero.

“El despacho está muy bajo, porque hay poca carne en los mataderos y es típico para este último mes del año, porque se dan vacaciones colectivas y no llega el ganado”, precisó el dirigente gremial.

 

Keila Vílchez Boscán/Panorama