Oposición no confirma participación en continuación del diálogo

El diputado Simón Calzadilla, negociador de la oposición venezolana en la mesa de diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro, dijo el viernes pasado que su delegación esperaba revisar «contraofertas» sobre los puntos no resueltos en las conversaciones, antes de decidir si firmará o no un acuerdo con el oficialismo

EFE

El Gobierno venezolano se declaró listo para viajar a República Dominica para firmar un acuerdo con la oposición, que se mantiene hermética y que aún no ha confirmado su asistencia a la reunión prevista para este lunes en la capital dominicana.

La Cancillería dominicana tampoco ha ofrecido hoy ninguna información sobre la reunión fijada en principio para este lunes.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo este domingo: «Quiero decirle al expresidente (del Gobierno español José Luis) Rodríguez Zapatero, que está aquí en Caracas, quiero decirle al presidente (dominicano) Danilo Medina: la delegación de Venezuela (…) está lista para viajar a República Dominicana a firmar el acuerdo definitivo por la paz y la convivencia».

El diputado Simón Calzadilla, negociador de la oposición venezolana en la mesa de diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro, dijo el viernes pasado que su delegación esperaba revisar «contraofertas» sobre los puntos no resueltos en las conversaciones, antes de decidir si firmará o no un acuerdo con el oficialismo.

Calzadilla anunció que la oposición solo volverá a Santo Domingo si se va a firmar un «acuerdo que represente en cada una de sus partes una auténtica salida a la profunda crisis política, social, económica, humanitaria que padece el pueblo venezolano».

Al término de tres días de conversaciones el pasado miércoles el presidente dominicano, Danilo Medina, dijo que las partes firmaron «un acta con los avances de la agenda del diálogo», pero que quedaban asuntos pendientes que debían ser discutidos en Caracas, por lo que se dieron varios días para volver a la mesa de diálogo en Santo Domingo este lunes.

La existencia del acta fue confirmada el miércoles pasado por ambas partes, pero si bien el oficialismo consideró que se trata de un preacuerdo, la oposición negó que lo sea e insistió en que aún faltaban varios temas en los que avanzar.

Las condiciones de las futuras elecciones presidenciales adelantadas para antes de mayo, en las que el mandatario Nicolás Maduro aspira a la reelección y la oposición aún no ha decidido su participación, y el reconocimiento de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) son los dos principales escollos que frenan el acuerdo, según los antichavistas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó ayer que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciará este lunes la fecha de las elecciones presidenciales, que deberán celebrarse antes de mayo.

Los puntos centrales para la oposición en este diálogo, que se inició formalmente en diciembre pasado, son garantías electorales que permitan unas elecciones justas, la apertura de un canal humanitario, la liberación de los privados de libertad que considera «presos políticos» y la restitución de los poderes constitucionales de los que fue despojado el Parlamento.

En tanto, el oficialismo exige el levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre algunos de sus funcionarios y el reconocimiento de la Asamblea Constituyente, un órgano plenipotenciario integrado solo por oficialistas y no reconocido por numerosos Gobiernos.

El diálogo es auspiciado por el mandatario dominicano, Danilo Medina, y por el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.

El diálogo político venezolano ha contado también con la observación de Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas, países invitados por el Gobierno de Maduro, mientras que por la oposición han participado Chile y México.

Sin embargo, México decidió retirarse tras la convocatoria unilateral de elecciones presidenciales.

Mientras que Chile advirtió el miércoles pasado que suspenderá su participación como acompañante «si no se concretan a la brevedad las condiciones» entre las partes para unas elecciones «presidenciales democráticas, transparentes y conforme a estándares internacionales».