Medicinas “bachaqueadas” provienen de los hospitales

Trabajadores del Hospital Universitario, el Adolfo Pons y el Seguro Social venden en Las Playitas los medicamentos que sustraen de esos centros asistenciales. Cámara Farmacéutica del Zulia asegura que el SIAMED no funciona en la región y que se trató de otra oferta engañosa del Gobierno

La salud en el estado Zulia pisa desde hace rato el peligroso terreno de la ignorancia y la corrupción. Son miles de medicamentos de todo tipo los que llegan semanalmente al estado luego de atravesar el río Limón, que con la venia de los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana llegan a puerto seguro, es decir el mercado Las Pulgas y varios mercados periféricos de la región, para su comercialización ilícita y por demás sin ningún control sanitario. Otras buena parte sale de los hospitales públicos de la región.

La fuga de medicamentos y lograr que los insumos lleguen a los pacientes que los necesitan en cada ambulatorio y hospital del estado parece una tarea cuesta arriba para el Gobierno regional, la secretaria de Salud y la dirección de los centros asistenciales, pues aunque la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP) desplegó mil 500 funcionarios que tomaron por sorpresa los mercados Las Playitas y Las Pulgas, el pasado mes de septiembre, no fue suficiente para erradicar los más de 300 vendedores ambulantes de medicamentos, que a diario alcanzan hasta los 20 mil bolivares en ventas.

Bajo el seudónimo de Daniel, un vendedor de medicinas de Las Pulgas, contó a La Verdad que la mayor parte de los medicamentos que ellos venden vienen de Maicao. Con una voz nerviosa el hombre narró: “A nosotros nos traen las medicinas de Maicao, los sueros antiabortivos, las pastillas anticonceptivas y la pastilla de emergencia Postinor. Los guardias ya saben quienes son los que traen los cargamentos, uno les tira alguito y te dejan pasar”.

Sin embargo, el caso de los anticonvulsivos, medicamentos para la tensión, el corazón, acido fólico, para tratar el hipotiroidismo, entre otros, son de procedencia local.

“A nosotros nos surten los encargados de las farmacias de los hospitales y ambulatorios de aquí, gente que trabaja con el Hospital Universitario de Maracaibo, con el Adolfo Pons y el Seguro Social son los que más bajan medicinas, nosotros se las compramos y las vendemos aquí, pero no creas que la dejan regulada, por eso nosotros la tenemos tan cara porque ellos también la revenden para ganarse lo suyo. Este es un negocio redondo”, reconoció el hombre.

Un peligro latente

Haydeé Torres, presidenta de la Cámara de Farmacéuticos del Zulia, lamentó la situación, al tiempo que instó a la Sanidad a actuar al respecto, “tienen que decomisar esos productos y establecer una pena legal para esta gente”.

Alertó que los medicamentos que son vendidos en los mercados populares podrían estar vencidos, reduciendo las garantías sanitarias de la población. “Ellos están usurpando las funciones legales del farmacéutico, esos medicamentos en muchos casos están adulterados, vencidos y con pérdida de las características del producto por mala conservación”.

Nuevo responsable

Francisco Arias Cárdenas, gobernador del Zulia, asumió la dirección de la Proveeduría de Distribución de Medicamentos a los hospitales zulianos el pasado 16 de noviembre para “garantizar que los insumos lleguen a donde tienen que llegar”.

Oferta engañosa 

Según Haydeé Torres, representante farmacéutica, el sistema no funciona en la región. “Si le han llegado tres productos a la gente que se registró, es mucho, eso no funciona aquí”. El acceso a las medicinas a través del Sistema Integrado de Acceso a Medicamento (Siamed) reduciría el padecimiento en la búsqueda de tratamiento de personas con enfermedades crónicas. El sistema puesto en marcha el pasado 22 de abril, hoy está calificado como un fracaso rotundo del Gobierno por atacar la corrupción que ensucia el sistema de salud nacional por la corrupción.

EL DATO

En Venezuela se consumen, al año, 729 millones de unidades de medicamentos, aún cuando la población es de 30 millones, cifra que supera el número de medicamentos consumidos en otras naciones con mayor población como Brasil, que tiene más de 200 millones de habitantes.

 

Mariela Nava/La Verdad