Las manifestaciones de los últimos días han tenido un punto en común: son dispersadas con uso de bombas lacrimógenas cuando llegan los agentes policiales. Los gases lacrimógenos, sustancias hidrocarbonadas, son fabricadas comúnmente con bromuro de bencilo o, clorobencilideno malononitrilo, diseñadas para reaccionar con las grasas, el sudor y las mucosas del cuerpo humano.
La doctora María Eugenia Laucho, presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Neumonología, explicó que los efectos que tienen sobre las vías respiratorias son todos de corto plazo, y son superados de forma inmediata. Principalmente afectan a la orofaringe y a la parte ocular, donde pueden provocar un edema periorbital (acumulación de líquidos), edema corneal (inflamación) y una sensación quemante, pero nada debería durar más de un minuto.
A nivel respiratorio, producen una sensación de quemadura en la faringe, una sensación de presión en el pecho y dificultad para respirar, que, como el resto de los síntomas, deben pasar rápido, pero que pueden empeorar la condición de un paciente con una patología pulmonar (como un asmático). “Puede hacer que desencadene una crisis, que tiene que ser tratada de emergencia”.
Sobre el tema de cómo combatirlo mucho se ha dicho, pero el profesor Cristian Fuentes, especialista en coberturas en situaciones de conflicto, explicó que la mayoría no son más que leyendas urbanas. El vinagre, por ejemplo, no es una solución confiable.
Lo único que puede anular a un ácido es una base, y el vinagre es otro ácido que solo empeora el efecto. “Eso de empapar el trapo y vinagre y colocárselo es totalmente contraproducente. Es un ácido que lo que va a hacer es quemar las vías respiratorias. El sistema respiratorio se está viendo afectado, por eso no está percibiendo lo que está afuera”, explicó Fuentes.
La crema dental tampoco es recomendable, por ser mentolada. “Lo que va es a incrementar la acción química y dar una sensación de quemazón. La vaselina tampoco, porque absorbe los ácidos de la bomba”, explicó Fuentes.
Las bases que eliminan la acción del ácido son, precisamente, los antiácidos como el Maalox. Si se tiene la posibilidad de conseguirlo, se debe colocar directamente sobre la cara como una mascarilla. Si no se encuentra en la presentación comercial, también hay formas de preparar uno.
“Se mezcla 5% de bicarbonato (de sodio) y 95% de agua y se hace una base líquida que se puede colocar en la cara. Eso anula un poco la acción del ácido. Estos elementos no son para mantenerte o crear un escudo eterno, es algo para evitar que el gas actúe directamente sobre la piel“, explicó Fuentes.
Echarse agua en la cara tampoco funciona porque, como explicó Laucho, estos elementos están hechos para ser difíciles de retirar. Son bases oleosas, es decir, de aceites. El agua en la cara no lo empeora, pero no lo va a mejorar”, dijo la doctora.
Otra recomendación al recibir los gases es respirar por la boca en vez de por la nariz y, en caso de sentirse muy afectado, agacharse formando una especie de cono que tape la cara, porque el humo sube. Tampoco se debe correr, porque generaría mayor gasto respiratorio “lo que lleva a la persona a un mayor consumo (de gases)”, explicó Fuentes.
Al llegar a casa, con mucho cuidado, se debe quitar la ropa que pudo haber quedado impregnada, para no verse afectado de nuevo por los gases.
Tanto Fuentes como Laucho coinciden en que los efectos pasan rápido y, aunque todos pueden reaccionar distinto, estos no provocan “ni abortos, ni diarreas, ni dolor de cabeza“.
Sin embargo, si 24 horas después de estar expuesto a los gases alguna sensación continua, es imperativo recibir asistencia médica a la brevedad posible. Igual alguien que sienta desmayarse tiene que ir a emergencias.
Sobre las denuncias de que las bombas lacrimógenas que se usan en las protestas están vencidas, Fuentes explicó que mientras más tiempo haya pasado desde su fecha de expiración, son más tóxicas, aunque “todos los gases lacrimógenos son tóxicos”.
EC
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