La prostitución se dispara en el Zulia

En los últimos tres meses la prostitución aumentó un 50 por ciento en el Zulia. La doctora, Ana Medina, especialista en Control de Enfermedades por Transmisión Sexual y responsable de emitir los permisos sanitarios en la Sanidad del municipio, lleva las estadísticas de las mujeres que practican el oficio más antiguo del mundo: la prostitución. “Pudiéramos estar hablando de unas dos mil 500 prostitutas que mensualmente vienen a consulta, sin embargo, hay unas que se pierden por un tiempo porque se van a otros países como Colombia, Brasil y hasta Surinam a trabajar”. Así lo reseña laverdad.com / Mariela Nava

El aumento obedece a las altas cantidades de dinero que se maneja en la calle para esta fecha y a su vez la necesidad que tienen las mujeres de cubrir sus necesidades como los regalos de navidad y el inicio del año escolar.

Un motivo de alarma es el incremento de la población juvenil en este negocio, donde cada vez es más frecuente que niñas desde los 12 años quieran hacerse pasar por mujeres adultas, con cédulas falsas, para lograr un permiso sanitario.  Pero hay casos de casos, “a veces hay grupos familiares, la mamá y las dos hijas. Porque hay madres que se vienen a hacer responsables por el cartón de su hija menor de edad, pero eso no está permitido, dicen que para que lo hagan de gratis es preferible que cobren”.

El cartón rosado

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prostitución o trabajo sexual comercial está definida como actividad en la que una persona intercambia servicios sexuales a cambio de dinero o cualquier otro bien, pero para la doctora con más de 15 años atendiendo estos casos reconoció que los tiempos han cambiado. “Antes las muchachas llegaban con timidez, con vergüenza y con sentimiento de culpa. Pero ahora no, ahora vienen campante y sonante, convencidas de lo que van a hacer y a lo que se van a dedicar”.

El proceso es muy fácil, indica la especialista Medina, toda persona que está interesada en trabajar en algún lugar nocturno o diurno como meretriz, debe llevar dos fotos a la consulta, una para la historia médica y otra para el cartón sanitario, mismo que lleva una relación mensual de la salud de la paciente, que posteriormente es sometida a una frotis vaginal para descartar enfermedades venéreas como la gonorrea, una serología en sangre para chequear sus niveles y un VDRL para la detección de la sífilis, además de exigirle el examen de HIV.

“Lo hice por un par de zapatos”

Un exuberante color miel en la piel, de rostro fino adornado con ojos verdosos y tímidos definen a Carolina, una prostituta de Maracaibo que asegura ganar hasta 20 mil en una noche de trabajo, “si me pongo las pilas saco más, por eso me gustan los viejos porque uno los manipula, si me muevo rápido en siete minutos están afuera”, relata entre risas nerviosas frente al lente del fotógrafo la mujer que ha prestado sus servicios en Colombia, Brasil y Guyana.

La ambición por tener un par de tacones nuevos para ir a una fiesta hace siete años bastó para que Carolina se entregara por primera vez a un hombre, incitada por una amiga que ya se movía en el ambiente. “Nadie hace esto por necesidad, la verdadera razón es la ambición de cada día tener más dinero y más cosas”.

La dama relata, acostada en la camilla a punto de ser examinada, que aquella primera vez ni siquiera pudo consumar el acto, “yo lloraba mucho y le decía al señor, mire esta es la primera vez que hago esto y me duele mucho, total que el hombre me dijo: ‘vamos a dejarlo así belleza’, pero en la próxima no me salvé”.

La ahora madre de dos pequeñas de ocho y dos años, cuenta que aquella vez cotizó su día en 300 bolívares y le alcanzó no solo para los zapatos, sino para otras vanidades, de lo que reflexionó era un buen negocio y se quedó en él.

¿Herencia?

La madre de Carolina, también fue prostituta, pero el temor al qué dirán nunca le permitió revelar su verdadero oficio, patrón que se repite en Carolina y en las otras dos mil 499 mujeres que acuden a la Sanidad cada mes a sellar el cartón rosado, el anonimato.

Ella explica que le decía a su madre que se ganaba la vida repartiendo volantes en la calle, sin saber irónicamente que ambas compartían el mismo oficio. Sin embargo, asegura que jamás develará su identidad y mucho menos permitirá que sus hijas tomen su ejemplo. “Ellas estudian y yo vendo bisutería y zapatos a crédito por mi casa, hay que tener otra entrada y que te vean haciendo otra cosa, yo por mi casa soy una señora, ni siquiera voy a la tienda”.

En los últimos tres meses la prostitución aumentó un 50 por ciento en el Zulia. La doctora, Ana Medina, especialista en Control de Enfermedades por Transmisión Sexual y responsable de emitir los permisos sanitarios en la Sanidad del municipio, lleva las estadísticas de las mujeres que practican el oficio más antiguo del mundo: la prostitución. “Pudiéramos estar hablando de unas dos mil 500 prostitutas que mensualmente vienen a consulta, sin embargo, hay unas que se pierden por un tiempo porque se van a otros países como Colombia, Brasil y hasta Surinam a trabajar”.

El aumento obedece a las altas cantidades de dinero que se maneja en la calle para esta fecha y a su vez la necesidad que tienen las mujeres de cubrir sus necesidades como los regalos de navidad y el inicio del año escolar.

Un motivo de alarma es el incremento de la población juvenil en este negocio, donde cada vez es más frecuente que niñas desde los 12 años quieran hacerse pasar por mujeres adultas, con cédulas falsas, para lograr un permiso sanitario.  Pero hay casos de casos, “a veces hay grupos familiares, la mamá y las dos hijas. Porque hay madres que se vienen a hacer responsables por el cartón de su hija menor de edad, pero eso no está permitido, dicen que para que lo hagan de gratis es preferible que cobren”.

El retiro

Mientras se viste después del chequeo médico, la mujer exclama, “¡yo me retiro a los 40, ya ten-go 25 me falta poco, la juventud se acaba mija y hay que quedar bien resuelta, porque vieja y pelada no funciona!”.

Sin derecho a nada

Para Carolina el tema del amor es complicado, confesó que su relación fracasó, y después de ahí se ha concentrado en trabajar para ella y sus hijas, pero que el amor siempre anda rondando. “hay un muchacho que me gusta mucho y me ayuda, me quiere, pero no se, eso nunca funcio-na”.

No hay estadísticas

La doctora, Ana Medina de la Sanidad refiere que un aproximado de 100 mujeres realiza esta actividad sin tener el control sanitario requerido, mismas que adquieren un cartón falso y con eso trabajan en diferentes avenidas de la ciudad e incluso en lugares denominados como “granjas”.

Sanidad 

El ambulatorio urbano III Doctor Francisco Gómez Padrón, mejor conocido como la Sanidad está dotado actualmente de reactivos, preservativos, medicamentos  y elementos quirúrgicos para realizar los exámenes que exige la norma para otorgar el cartón rosado de permiso sanitario.

¿Qué dice la iglesia? 

La Iglesia al exponer la moral cristiana rechaza la prostitución, al igual que cualquier otro tipo de relación sexual fuera del matrimonio, ya que constituyen pecado grave, independientemente de la legislación estatal al respecto.

Lo especifica como pecado de fornicación, que excluye del reino de los cielos al que lo comete. Posee además una serie de efectos a nivel moral y a nivel físico, tanto en el individuo como en la sociedad, que convendrá tener presentes para despertar en las conciencias cristianas la necesi-dad de luchar para acabar con él en cuanto sea posible.

Entre los efectos morales podemos citar: la frecuencia del pecado de fornicación, el aumento de la lívido que echa raíces más profundas, se favorece la solicitación a las mujeres honestas, más jóvenes se prostituyen, los adolescentes desprecian a sus padres, gastan más dinero del que tienen, no estudian, se vuelven pendencieros y rechazan el matrimonio.

Pueden añadirse también otras razones, como el pecado de adulterio, el uso de contraceptivos y la disponibilidad al aborto. En cambio son diversas las posiciones católicas sobre la actitud que el Estado puede asumir en relación con el fenómeno social de la prostitución.

La familia 

En el plano familiar la prostitución constituye muchas veces una salida para solventar los proble-mas económicos que se presentan en el seno familiar, en los cuales no se ve ninguna otra salida o quizás es la más accesible y rápida para conseguir dinero. Pero también existe el caso en que las personas que ejecutan este trabajo lo hacen por una total desorientación, es decir, por con-sumos de drogas, alcohol o cualquier otras sustancias. En este caso el contexto cambia, por que ya no se trata de buscar  dinero para solventar a la familia, si no para solventar los propios vicios de las personas. La prostitución es un tema delicado, por el hecho de que no solo compromete a quien la ejerza si no que también a todo su entorno familiar.

Organización Mundial de la salud

El mundo enfrenta una epidemia. 162 países declararon a la Organización Mundial de la Salud tener casos de Sida. Según esta organización las vías de transmisión son las relaciones sexuales sin protección, las drogas por vía parenteral, y las inyecciones y transfusiones sanguíneas peligro-sas.

¿Qué es la prostitución? 

La prostitución es el intercambio de servicios sexuales. Habitualmente cópula, por dinero o bie-nes. Esta transacción económica puede realizarse entre personas del mismo o de diferente sexo.

La práctica más común y la más conocida, es la prostitución femenina; aunque existen también la variante masculina y lamentablemente la prostitución infantil.

La prostitución puede ser tanto heterosexual como homosexual, y puede involucrar a travestis y transexuales.

Este intercambio tiene lugar en las ciudades de todo el mundo, aunque el número de prostitutas puede variar enormemente de una ciudad a otra.

Casos especiales

Cuando la mujer queda embarazada puede trabajar como prostituta hasta el cuato mes, incluso hay quienes aseguran que las mujeres en estado son bien pagadas, porque generan morbo en los masculinos. Sin embargo la sanidad entrega el cartón sanitario hasta el cuarto mes, depen-diendo de la complicación del embarazo, para evitar que el feto pueda contagiarse de cualquier enfermedad.

El negocio

Las prepagos trabajan en casas de citas, y cobran cinco mil. La mitad del dinero es para el local y la otra mitad para ellas, pero en los sitios regulares como granjas y otros locales se cobran mil 500 por servicio, mil 200 para la joven y 300 para la habitación. Los lugares más comunes son: Chacaí-to, Don Pedro P, Mi Jardín, Isabelita, Cocaito y Fanni donde se trabaja de 2.00 de la tarde a 10.00 de la noche. Hay lugares como en Chacaíto donde el servicio es de una hora y vale cuatro mil. “A uno le queda  tres mil 200 pero es por hora, mucho más trabajo y no es rentable”, asegura Caro-lina con voz ronca producto del cigarrillo y los trasnochos.

De vieja data

La prostitución ha sido calificada eufemísticamente como la “profesión más antigua del mundo”, ya que se conoce prácticamente desde que existen registros históricos de algún tipo, y en prácti-camente todas las sociedades. Pero sin embargo existen argumentos que lo cuestionan, ya que se discute la antigüedad de la práctica, desde el punto de vista socioeconómico, porque afirma que el intercambio de favores sexuales a cambio de bienes materiales requiere de una cierta diferenciación social, que probablemente no se dieron entre los primeros grupos humanos hasta que la tecnología no rebasó cierto umbral.

En cualquier caso, la prostitución ha ido evolucionando junto con las formas sociales, aunque ha mantenido una imagen cada vez más estigmatizada con el paso del tiempo en la mayoría de cul-turas.

Los antiguos historiadores Heródoto y Tucídides documentan la existencia en Babilonia de la obli-gación para todas las mujeres, al menos una vez en su vida, de acudir al santuario de Militta para practicar sexo con un extranjero como muestra de hospitalidad, a cambio de un pago simbólico.

En la Grecia clásica, la prostitución era practicada tanto por mujeres como por hombres jóvenes. Las prostitutas podían llegar a ser mujeres independientes e incluso influyentes. Estaban obliga-das a vestirse con ropas distintivas y pagar impuestos.

En la Roma antigua, la prostitución era habitual y había nombres distintos para las mujeres que ejercían la prostitución según su estatus y especialización. En esa sociedad, así como también en la antigua Grecia, las prostitutas comunes eran mujeres independientes y a veces influyentes que tenían que llevar vestidos de color púrpura que las diferenciaban de las demás mujeres, y que debían pagar impuestos.

En la actualidad en Estados Unidos  como en otros países la prostitución fue declarada ilegal. Sin embargo es un negocio floreciente, por lo que en algunos países es totalmente legal.

Derechos humanos en crisis 

La explotación sexual mundial supone una crisis para los derechos humanos de las mujeres y niñas violándose, entre otros, los siguientes derechos: libertad, igualdad, dignidad, seguridad, prohibición de esclavitud y servidumbre, prohibición de torturas y de tratos crueles, inhumanos o degradantes, recurso efectivo ante los tribunales que la ampare contra actos que violen sus de-rechos fundamentales, prohibición de injerencias en la vida privada y de familia ni de ataques a su honra o reputación, a circular libremente y elegir residencia, a salir de cualquier país y regresar al propio, libertad de opinión y de expresión, libre elección de trabajo con condiciones equitati-vas y satisfactorias, al descanso y disfrute del tiempo libre y, en definitiva, a un nivel de vida ade-cuado con el disfrute de sus derechos civiles y socioeconómicos.

En el artículo 1, de la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia con-tra las Mujeres, en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, y en la Conferencia de Pekín, la violencia de género fue definida como “cualquier acto de violencia basado en el sexo que dé lugar o pueda dar lugar a un perjuicio o sufrimiento físico, sexual o psicológico de las mujeres, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o las priva-ciones arbitrarias de libertad, ya ocurran en la vida pública o en la privada”.