La matanza policial se extiende a Santa Rosa

Unos 410 funcionarios irrumpieron simultáneamente en tres sectores de Santa Rosa de Agua a las 3.30 de la madrugada. Durante tres horas y media tumbaron puertas, allanaron casas y dispararon. Los proyectiles liquidaron a cinco vecinos, entre ellos un solicitado. A todos se les vincula a la banda de Los Chatarreros, pero la comunidad asegura que dos de las víctimas eran inocentes, entre ellos un obrero del diario La Verdad y un ingeniero de PDVSA.

La comisión estuvo a cargo de Carlos Luis Sánchez, director de la Policía regional. Lo apoyaron 250 uniformados de la Guardia Nacional y 80 del Eje de Homicidios de la Policía científica. «Desde temprano está en desarrollo una OLP en Santa Rosa de Agua del municipio Maracaibo, para regresar la paz y la tranquilidad al pueblo», divulgó Francisco Arias Cárdenas, gobernador del estado, a través de su cuenta en Twitter @panchoarias2012 a las 5.19 de la mañana y agregó 21 minutos después que en el trayecto del día aportaría detalles.

El general de División aclaró que no se trataba de la Operación para la Liberación y Protección del Pueblo (OLP), sino de un operativo especial en la comunidad. «Yo estuve a cargo del procedimiento», sentenció un tiempo después de informar que los muertos eran: Eduardo Luis Molero Ortega, a quien solicitaba el Tribunal 7.° de Control por homicidio calificado desde el 8 de octubre de 2013; Héctor José García Ortega, trabajador de La Verdad, y su hermano Néstor Luis García Guerra; Jonathan Luis Olivares Calixto (31) y su hermano Jorge Luis Olivares Calixto (41), ingeniero de PDVSA desde hace siete años.

En el operativo, que concluyó a las 7.00 de la mañana, incautaron una pistola calibre 9 milímetros; una pistola 765 solicitada por robo desde el año 2007; una pistola 380, un revólver calibre 38, marca Ranger y un revólver calibre 38, marca Smith Wesson. Además, apresaron con un arma de fuego a Leandro Fulgencio González, solicitado por el Juzgado 9.° de Control por homicidio calificado desde el 27 de septiembre de 2007; y a David Ortega (22), quien escondía 300 gramos de cocaína entre sus pertenencias.

Sánchez negó abuso de autoridad o uso indiscriminado de la fuerza y que hubiesen matado a alguno de los detenidos. «Cuando un sospechoso sobrevive lo montamos en una patrulla o en una ambulancia y lo llevamos al hospital más cercano».

Pese a que cuatro de los occisos no presentaron registros policiales ni antecedentes en el Tribunal Supremo de Justicia, el director policial acotó que todos pertenecían a la banda Los Chatarreros, dedicada a la extorsión, cobro de vacunas, hurtos, robo de vehículos y homicidios al norte de Maracaibo. «Habían denuncias en su contra, pero ninguno había sido reseñado».

«El que tuviesen un trabajo no los exime de ser delincuentes. En un enfrentamiento también ultimamos a un policía del CPBEZ», comentó el comisario Daniel Landaeta, jefe de región de la Policía científica. Todo estuvo apegado a derecho.

Denuncias

Los vecinos contaron que se llevaron 20 detenidos en un bus, pero en rueda de prensa la Policía solo da cuenta de dos. Desde la 1.00 de la madrugada llegaron al barrio, cerraron la calle principal y el callejón Manaure. Restringieron el paso por seis horas.

Ingresaban a las viviendas, ofendieron a los presentes, apuntaron con sus armas a todos y se llevaron consigo objetos de valor, pañales y leche. «Dicen que iban por ‘choros’ pero lo que hacían era robar», puntualizó un vecino.

La comunidad fustigó el proceso policial. «Esos policía llegaron como locos abriendo las casas, rompiendo puertas y disparando». Contaron que el sonar de las puertas de latas, los disparos y «el grito de familiares desesperados» los obligó a unos a salir de sus casas y a otros a refugiarse en debajo de sus camas.

 

Jéssika Ferrer Palma José Antonio González / Maracaibo / [email protected]