¡Lo volvimos a hacer! Ese es el lema del grupo Santa Eduviges, conocido por encargarse de embellecer a la Reina del Zulia y su santuario a lo largo de todo el año. A los voluntarios de “Santa Eduviges” los une la fe. Como en familia trabajan al servicio y devoción chiquinquireña.
No hay cansancio que valga para decorar el trono y el camerín de la Chinita. Cuando la feligresía ve salir en procesión con sus impecables adornos florales y mantos resplandecientes a la Sagrada Reliquia de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, la mayoría sabe que las manos de los integrantes del grupo Santa Eduviges están detrás de esta admirable tarea.
“La Chinita nos hace tener tiempo para dedicarnos en cuerpo y alma a su ornamentación”, suelta Karina Medina, coordinadora de este grupo apostolado que se creó en 2009 por una ofrenda de fe y la iniciativa del decorador de eventos zuliano, Vicente Izarra.
Fue así como en los 300 años de la celebración por la renovación milagrosa de la Virgen de Chiquinquirá en la Tablita, el grupo Santa Eduviges se hizo notar en la organización y logística de la Bajada de la Virgen, con la implementación de un tobogán que llevó el Retablo a las afueras de la Basílica.
Más de 120 adultos, jóvenes y niños forman parte de este grupo apostolado. Ellos son los responsables de la ornamentación de la Tablita y de embellecer la Sagrada Imagen en la tradicional Bajada, el Día de la Patrona, la procesión parroquial y la Aurora.
“Tratamos de que nuestra devoción por la Chinita no se quede en papel, para hacer más eficaz el trabajo nos dividimos las responsabilidades en grupo.
A veces hemos tenido hasta tres días sin dormir pero cuando vemos a la Virgen salir hermosa e impecable superamos cada vez nuestras expectativas y nos decimos una frase como recompensa: “Lo volvimos a hacer”, resume Medina, rodeada de los voluntarios.
Un éxito total les resultó la campaña de donación de flores que inició el grupo el año pasado a fin de reunir los donativos para decorar el templo mariano y el trono de la Patrona del Zulia en su Bajada. “Recolectamos más de 24 mil rosas para honrar a la Virgen, y este año aspiramos a que sean 30 mil flores de diferentes colores”, destacó la coordinadora.
Las labores sociales retribuyen el trabajo voluntario del grupo Santa Eduviges. Como ellos mismos afirman son “una familia que trabaja en función al servicio y devoción a la Chinita y su templo”.
El Día del Niño le prepararon una sorpresa con cotillones de golosinas, torta y refrescos a los pequeños que asistieron a la Basílica. Y los 23 de cada diciembre se organizan con donativos y llevan juguetes a los niños de la barriada Santa Lucía.
Siempre están dispuestos a colaborar en las actividades de recolección de fondos a beneficio de las fundaciones Famac, Innocens, Amigos del Niño con Cáncer, y de los 300 niños que se benefician del comedor comunitario El Brillante, ubicado en Santa Cruz de Mara, una obra social de la parroquia eclesiástica Nuestra Señora de Chiquinquirá y San Juan de Dios.
Los esposos Neyla Villalobos y Alexander Morales representan un testimonio de devoción dentro del grupo Santa Eduviges. Su fe se afianzó con su hijo Enmanuel David, quien nació con síndrome de Down, y es un niño encantador y feliz con sus padres.
“La mayor promesa hacia la Chinita es la salud de nuestro hijo. En enero pasado tuvo un accidente con agua caliente y se lo encomendamos a la Virgen, gracias a Dios es un niño sano”, afirmó. Villalobos, quien describe los amaneceres al lado de la Chinita — que anteriormente disfrutó en parrandas— como un trasnocho bonito. “Es una satisfacción inmensa saber que todos colaboramos para que la Virgen tenga sus más bellos adornos florales”.
Vicepresidenta del grupo
Más de 12 años tiene Mileidis Morales, actual vicepresidenta del grupo Santa Eduviges, ofrendando los fuegos artificiales en cada Bajada de la Chinita.
“Su mayor recompensa y prueba de los milagros de la Dama de El Saladillo es su hijo Simón Muñoz, de 9 años”.
La Legión de María
Después de que sus dos hijas tomaron clases de catecismo e hicieron la primera comunión en la Basílica, Leany Urdaneta se maravilló con la Legión de María.
Explica que entre los deberes de los legionarios están orar, convocar reuniones de grupos y estudiar temas formativos. Con fervor hacen rosarios procesionales en las comunidades y se esfuerzan por mantener viva la devoción a la Virgen María. Más de 100 integrantes, entre jóvenes y adultos, conforman la Legión de María Chiquinquirá. “Dios nos presenta oportunidades para ayudar al prójimo”, afirma.
Milagros Palomares/Panorama