El hampa toma el control de las playas

En Miranda y Vargas grupos armados azotan a bañistas y comerciantes

De las más de 50 carpas que desde los jueves instalaban las parejas jóvenes y los grupos familiares a orillas de la playa de Valle Seco y Chocolate de Higuerote (estado Miranda), no se observa ni una. El lugar no es apto para pernoctar, pese a los paradisíacos atardeceres que se observan desde el bulevar. 

El desierto en que ahora se han convertido estos balnearios, obedece a la inseguridad. Y sobre este tema, Coromoto de Lara, quien tiene un kiosco de venta de pescado frente a Playa Chocolate tiene varias anécdotas que contar. El 12 de Octubre ella no pudo abrir su negocio. «Cómo iba a trabajar, si lo saquearon esa madrugada. Unos sujetos entraron por la ventana y se llevaron más de 100 mil bolívares entre alimentos, cervezas, refrescos y chucherías. El 3 de noviembre tampoco pude laborar porque se llevaron los pescados que guardé en la cava», relató.

Estas experiencias resultan insignificantes en comparación a un hecho que le ocurrió al vigilante de su negocio hace un año. Le dieron 62 puñaladas porque se negó a abrir el local a cuatro sujetos que intentaron entrar para robar. 

«A la mañana siguiente cuando iba a abrir el establecimiento, me topé con el cadáver. A partir de ese momento, he llamado en varias oportunidades a los funcionarios de Polibrión para que refuercen los recorridos, pero ha sido inútil. También solicité la restitución del alumbrado en la avenida Rotiball porque está en penumbras y esto ha provocado que los antisociales hagan de las suyas en la noche», refirió la vendedora.

Un poco más abajo, se ubica el restaurante de Mariloren Liendo. Hace dos meses, cuatro sujetos con armas largas la sometieron a ella y a dos encargados del negocio, además de siete clientes. «A los comensales le dieron cachazos y les robaron carteras y celulares. De la caja se llevaron 40 mil bolívares. He sido testigo de múltiples robos cometidos contra los bañistas. He visto cómo les quitan, a punta de pistola, celulares y los bolsos». Estos episodios la han obligado a laborar hasta las 4:00 p.m., reduciendo su jornada más de cuatro horas.

Frente al negocio de Liendo se ubicaba una pareja de turistas pescando. Ellos viven en Caracas y cada dos semanas visitan Playa Chocolate «Antes veníamos y nos quedábamos hasta las 6:00 p.m. Luego comíamos frente al mar. Ahora venimos a las 11:00 a.m. y a la 1:00 p.m. nos marchamos. A cada rato volteamos por miedo a que un sujeto nos ataque», dijo.

Durante los últimos tres fines de semana en la Playa Cangrejera, concurrida por jóvenes que viajan en vehículos rústico, ha sido blanco del hampa .

La última vez, cerca de 10 hombres con armas largas llegaron en motos y despojaron de sus pertenencias a más de 50 bañistas. En el pueblo de Chirimena se corrió la noticia. Los vecinos enardecidos trancaron los accesos a la localidad y a tres de los antisociales que huían en un taxi los bajaron y los mataron a golpes. «Aquí no vamos a permitir que los turistas se alejen por el hampa», sentenció José Carvallo, pescador del pueblo de Chirimena.

«A los que viven de la pesca y los que hacen viajes a turistas hacia Playa Caracolito y El Banquito, los tienen azotados. Les roban los motores, el dinero de los paseos y hasta el ancla de las embarcaciones». 

Bañistas de Vargas en alerta

Las playas del litoral varguense no escapan a está realidad. Lisbeth Mata mientras tomaba el sol en Playa Los Cocos, contó que hace un mes en Camuri Chico se levantó de su silla para lavarse las manos en el mar y cuando regresó se llevaron su bolso y el de una amiga. «Nos dejaron sin nada. Tuvimos que pedir cola para llegar a casa. Ahora nos vamos a las 3:00 p.m».

Los restaurantes de Playa Los Ángeles son el blanco de dos bandas delictivas, provenientes de Colinas de Naiguatá y del Colorado. Relatan que sus integrantes, aproximadamente 10 hombres, con armas largas, se han llevado hasta las sillas en alquiler.

 

Natalia Matamoros /El Universal