Desde hace tres meses el BCV no adjudica divisas a casas de cambio

Las expectativas generadas hace cuatro meses con la creación del Sistema Marginal de Divisas se desinflaron en muy poco tiempo. Lo que se planteó como un mecanismo en el que se podía comprar y vender moneda extranjera de manera más fluida a una tasa de cambio fijada por la interacción entre la oferta y la demanda no se ha cumplido, publica El Nacional.

MARÍA FERNANDA SOJO | [email protected]

Clientes, empresarios y economistas coinciden en que el mecanismo no ha logrado generar un equilibrio en el mercado cambiario porque son muchas las solicitudes de compra y muy pocas las transacciones que se concretan.

Cálculos de Ecoanalítica reportan que en promedio se liquidan a través del Simadi 1,9 millones de dólares por día, mientras que el año pasado con el mecanismo que lo precedió, el Sistema Cambiario Alternativo de Divisas, Sicad II, se liquidaban 35 millones de dólares diarios.

“Esto te da la posibilidad de obtener dólares de manera legal, pero hay que llenarse de paciencia en el proceso. Yo tengo más de dos semanas solicitando Simadi en el banco y nada que lo logro. Todos los días en la mañana hago la orden de compra y al final de la tarde desbloquean el dinero porque no hay asignación”, contó Andrés Lugo, uno de los interesados.

El estatus de las transacciones en las casas de cambio no es distinto. Gerentes de entidades en Caracas reiteraron que se mantienen activos, pero no disponen de divisas para ofrecer.

El Banco Central de Venezuela, que hizo subastas para asignar dólares a estas entidades y activar el mercado del menudeo, tiene más de tres meses sin darles divisas. “La última vez que entregaron dólares fue en marzo”, aseguró una fuente que prefirió no ser identificada.

Los economistas Juan Socías, de la firma Grupo Soluciones, y Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, enumeraron algunas de las causas que afectan el funcionamiento del Simadi.

  1. 1. Limitada oferta de divisas.El principal problema para los economistas es precisamente la limitada oferta de divisas que hay, públicas y privadas.

“Desde un principio se planteó que iba a ser un sistema entre privados, que el gobierno no iba a ser un oferente importante en ese mercado, sino que iba a crear las condiciones para que la oferta privada complementara la  menguada renta petrolera, pero eso no ha sido posible porque no están dadas las condiciones”, dijo Álvarez.

Aseguró que el gobierno no ha estimulado las inversiones extranjeras, una de las fuentes privadas que podrían alimentar al Simadi. “Hace falta darles seguridad jurídica, garantizar que no va a haber una inminente expropiación. Hace falta también un clima de entendimiento y paz laboral, así como la garantía de insumos básicos, de infraestructura, de apoyo a la producción, para que traigan sus divisas”.

Socías concordó con Álvarez y agregó que el gobierno debió prever que el mecanismo no funcionaría si no ayudaban con la entrega de divisas desde el sector público.

  1. Freno a la fluctuación. Otro de los factores que afectan el desenvolvimiento del Simadi es la influencia de las autoridades económicas sobre la fijación de la tasa de cambio, lo que impide que haya una fluctuación real de la cotización.

La primera tasa del Simadi, en febrero, fue de 170,03 bolívares por dólar y progresivamente fue subiendo hasta que un mes después llegó a 190 bolívares, desde entonces la tasa ha tenido muy pocas variaciones y en las últimas jornadas promedia 198 bolívares.

“El BCV y el gobierno le impusieron una barrera psicológica a la tasa del Sicad II de 50 bolívares y es lo mismo que está pasando ahora con el Simadi. Ese freno o techo es una de las razones por las que no funciona. A cualquiera que le sobre 50 dólares de un viaje no va a ir a una casa de cambio a venderlos a ese precio”, afirmó Álvarez.

Socías añadió que el Simadi no puede competir con esa tasa frente a una cotización más atractiva para los oferentes como la del llamado mercado negro, donde el dólar sobrepasó la barrera de 500 bolívares al final de la semana pasada. “Allí sí hay una interacción entre oferta y demanda”, dijo.

Cuando el Simadi comenzó la tasa de cambio en el mercado negro rondaba  190 bolívares, la diferencia entre ambas cotizaciones era de 20 bolívares en promedio, ahora es de más de 300 bolívares.

  1. Cotización del paralelo.La ausencia de ajustes por parte del gabinete económico, que logren que la cotización del mercado paralelo deje de ser más atractiva es otra de las dificultades para que el Simadi opere con normalidad.

Los economistas afirmaron que pese a que la tasa extraoficial puede ser muy especulativa, el gobierno ha tenido incidencia en que eso ocurra. Una de las principales causas es el incremento de la liquidez del BCV, que ha hecho que haya más dinero en la calle en busca de moneda extranjera.

“Hay una presión enorme en el mercado cambiario que la genera el propio financiamiento monetario del déficit fiscal. El BCV pone a funcionar la famosa máquina de imprimir dinero sin que la producción se genere en la misma proporción. Hay un desequilibrio porque hay mucho dinero en búsqueda de bienes que están escasos y esa plata se dirige al mercado cambiario”, señaló Álvarez.

Además la política de subsidios que mantiene el gobierno sobre muchos productos con precios regulados incentiva el contrabando de extracción tan criticado por el Ejecutivo, indicó.

“El que vende dólares en Colombia le interesa obtener la mayor cantidad de bolívares por dólar para pasar la frontera y obtener bienes en Venezuela que tienen el mismo precio. El dólar Cúcuta termina siendo el marcador del mercado paralelo y fijando precios en el país”, refirió.

  1. Proceso engorroso.Además de la poca oferta y la diferencia entre la cotización del Simadi y la del mercado negro, otro de los factores que perjudica el funcionamiento del mecanismo es la fiscalización del BCV a las casas de cambio y bancos, así como los trámites que hay que hacer para obtener dólares.

Socías recordó que la primera semana en la que operó el mecanismo hubo problemas técnicos porque la plataforma no funcionaba. Las casas de cambio también tuvieron dificultades para trasladar los dólares desde el BCV hasta sus bóvedas por todo el tiempo que habían estado sin trabajar, según sus directivos.

Clientes consultados coincidieron, además, en que todo el procedimiento que debe seguirse para colocar por ejemplo una orden en un banco (llenar una planilla y llamar o acudir a la entidad), que es válida solo por un día, debería hacerse más dinámico.

Más información en El Nacional