Se rompió el silencio de Golden State Killer: cómo fue la noche en que violó a su novia y el aterrador susurro al oído

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Este tipo ha estado a mi alrededor desde entonces». La expresión corresponde a Victor Hayes, una de las tantas víctimas de Joseph DeAngelo, más conocido como The Golden State Killer, un asesino y violador serial que aterrorizó varias ciudades de California durante los años 70.

Victor Hayes es el primero en romper el silencio tras 41 años. Cómo fue la brutal noche que no lo abandonó jamás y condicionó el resto de su vida.

East Sacramento, la preferida del criminal, donde Hayes y su novia vivían, no escapaba a la estadística. Era una de las más afectadas por la ola de delitos sexuales y asaltos cometidos por este misterioso hombre al que tardaron más de 40 años en atrapar.

Hayes y su amada novia vivían juntos cuando el primero de octubre descuidaron su rutina de seguridad antes de acostarse a dormir. Y pasaron a ser las víctimas número 24 del delincuente serial.

Alertados por el terror habían colocado barras de madera en ventanas y puertas para evitar que The Golden State Killer irrumpiera mientras dormían. También tenían un revólver escondido entre el colchón y una escopeta cargada y lista para repeler al asesino.

Pero esa noche descuidaron el ritual. Y una poderosa luz de linterna despertó al hombre que por entonces tenía 21 años. Hayes supo de inmediato de quién se trataba. Sospechó que esa noche quedaría grabada por siempre en su vida… si conseguía sobrevivir.

DeAngelo lo ató primero a él y luego violó a su novia frente a sus ojos. Durante 41 años, el hombre que vivió una de las peores pesadillas rompió el silencio en una entrevista exclusiva con The Mercury News, convirtiéndose en la primera víctima masculina en contar lo que padeció.

Hayes reconoce que esa noche fatídica lo moldeó el resto de su vida. «Me dio la forma que he tenido toda mi vida. Me ha hecho desconfiar de las personas con autoridad. Soy rápido para notar las fallas en las personas«, contó el hombre respecto de las secuelas que le dejó la violación de su novia.

DeAngelo fue arrestado el pasado 24 de abril en Citrus Heights. Fue luego de que un cruce de ADN entre los restos de las víctimas y un banco de muestras genéticas, arrojó quién era el responsable de 13 asesinatos y más de 50 violaciones entre los 70 y los 80.

Para Hayes, después de más de 40 años, compartir lo que vivió es terapéutico.

Al tiempo del ataque, todo el mundo en East Sacramento estaba alertada. La mayoría de las personas habían comprado armas de fuego para protegerse del Golden State KillerHayes y su novia, incluidos.

Pero ese viernes, todo cambió. «No te muevas o te mataré«, fue la advertencia que le hizo un hombre oculto tras una máscara cuando lo sorprendió durmiendo. Era la 1:30 a. m. Acto seguido, le ordenó a Hayes que se recostara boca abajo en la cama. Tomó unos cordones y lo ató. Luego le ordenó a la novia que trajera algunos platos y tazas de la cocina.

La mujer los colocó balanceándose sobre la espalda de HayesEra el sistema de alarma que DeAngelo había diseñado para saber si quería escapar.

Se llevó a la joven muchacha a otro cuarto y la violó. El hombre escuchó todo. «Tengo que escuchar esto. Tengo… 21 años, esa es mi novia y tengo que escuchar esta mierda«, dijo Hayes. Periódicamente, el asesino y violador regresaba al dormitorio para controlarlo y poner la pistola en su cabeza. «Él martilla el revolver y puedo escuchar la tensión del cilindro del arma. No tengo miedo de esto… Esto no me intimida, pero no digo nada«, narró.

Pero la tercera vez que fue a controlar que no estuviera escapándose, DeAngelo le dijo algo al oído que nunca antes Hayes había revelado. «Tendré una fiesta con Sharon«, le susurró. Sharon era la madre de Hayes. Por entonces tenía 39 años y vivía a pocas cuadras de distancia. Se le heló la sangre. Supo entonces que el violador conocía todo sobre él y su familia. Y que tenía control total de la situación.

Por fin, algo sucedió. Los amigos de la pareja, borrachos, habían terminado una fiesta y querían continuarlo en lo de Hayes y su novia. Comenzaron a golpear para que les abrieran. Y a hacer mucho alboroto. Claro, ninguno de los dos podía atenderlos ni hablar. Al cabo de unos minutos, se fueron y el silencio en la casa fue absoluto.

Hayes le preguntó a su novia si el atacante se había ido. Ella, desde el living, le dijo que sí. El hombre logró desatarse y fue en su búsqueda. Estaba tirada en el suelo, desarmada. «Tuve que ver esa mirada en su cara. Bestia. Una bestiaLa conforté. Le dije: ‘Lo siento, lo siento, lo siento’«.  Como DeAngelo había cortado su línea telefónica, debió llamar a la Policía desde la casa de un vecino. Luego llevaría a su novia a un hospital.

Durante meses, sospechando que la Policía no podría dar con The Golden State KillerHayes ideó un plan. No les diría que había amenazado a su madre. Y decidió ir todas las noches a la puerta de su casa para esperar al violador. Creía que sería la única forma de sorprenderlo. Pero esa oportunidad nunca se dio.

Al poco tiempo del brutal hecho, Hayes y su novia decidieron poner punto final a su vínculo. «Nuestra relación no funcionó por un par de razones. Mucha vergüenza, mucha ira«, dijo el hombre. Él trató de seguir adelante, pero esa noche lo marcó para siempre. Hoy trata de espantar los fantasmas contándole al mundo lo que padeció.

Ver -¡por fin!- tras las rejas a DeAngelo también podría ser un alivio para poner punto final a la historia, reseña Infobae