Samark López rompe el silencio sobre Tareck El Aissami y el negocio de los Clap

Samark López clap

Samark López Bello, señalado de ser el presunto testaferro del vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, rompió el silencio luego que Estados Unidos lo sancionara hace meses.  El venezolano rechazó que lo vinculen a operaciones de narcotráfico y corrupción con la importación de comida para las cajas de Clap.

Que ese señor (Carlos Paparoni) tuvo la temeridad de afirmar que nosotros de manera consciente planificamos un esquema para jugar con el hambre de nuestro pueblo– eso no se le puede permitir no solo a él si no a nadie”,dijo López en una entrevista exclusiva al Miami Herald.

“Yo también tengo familia en Venezuela, y todos están sufriendo en este momento”, agregó.

Con documentos en su manos, entre ellos órdenes de compras y recibos de almacén, repudió los señalamientos en su contra de haber amasado una fortuna de un día a otro. Aseguró que luego de renunciar y trabajar en puestos de compañías estadales, donde adquirió experiencia, formó su propia empresa Yakima Trading para ser importador para sus contactos en el sector del petróleo, reseña El Nuevo Herald.

En tal sentido, negó cualquier vinculación con el grupo terrorista  Hezbollah y aclaró que su nombre no tiene nada que ver con ello Samark señaló que es simplemente una combinación de los nombres de sus abuelos: Santiaga y Marko. “Somos venezolanos por generaciones. Mis hijas estuvieron en una escuela del Opus Dei. No somos islámicos”.

Asimismo, desmintió ser el dueño de los medios de comunicación impresos El Universal y Últimas Noticias. Expuso que su empresa  ha importado mercancías por valor de más de USD 2000 millones durante la última década, y que en un solo año él pagó personalmente impuestos personales en Venezuela por USD 100 millones en ingresos que fueron repatriados de cuentas en el extranjero.

“A mí me gusta la buena vida, me gustan los vinos y me gusta viajar (…) En un país con la carencia que tenemos, nosotros tenemos una cultura, incluso un valor familiar, de disfrutar las cosas que tenemos porque por eso trabajamos, pero no vamos a caer en la ostentación”.

Los CLAP

Admitió hacer negocios con la importación de comida.  “Mi trabajo es logístico, encontrar los mejores precios y coordinar las rutas. Si tu necesitaras un elefante de la India, yo haría una oferta sobre ese proyecto”.

“Nosotros ayudamos a resolver la crisis de la harina por la que estaba pasando el país”, dijo en referencia al contrato que obtuvo con el Gobierno para importar 454.000 toneladas de harina de maíz y trigo  comprándolas a las gigantes estadounidenses ADM y Bunge.

Así, cuando el Gobierno comenzó a buscar a quienes  pudieran proveerlos de cajas de alimentos  para vender a precios asequibles a las personas más necesitadas del país, López aceptó el reto con un contrato por valor de USD 119.6 millones para suministrar tres millones de cajas de alimentos bajo lo que se conoce como el programa CLAP. E empresario mostró documentos que parecen respaldar que tales negocios fueron legítimos y que Postar, su empresa, generalmente trata de conseguir márgenes de ganancia de entre 17 y 18%. “Soy inocente de todo lo que se me acusa”.

Por último, aclaró que El Aissami nada tiene que ver en los esquemas de sus negocios. “No tengo nada que reclamarle a él y él no tiene nada que reclamarme a mí”, dijo.

“Yo escogí mi mundo, y ese es el mundo de los negocios… Yo no soy un político”, remató.

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