Revelan detalles de un testamento desconocido que firmó Pablo Escobar hace 40 años

Pablo-Escobar

Cuando ya despuntaba su fama de narcotraficante y trataba de convertirse en un político del Partido Liberal, el 3 de octubre de 1980 en la Notaría Cuarta de Medellín, Pablo Emilio Escobar Gaviria firmó, tal vez, su primer testamento.

En el documento al que tuvo acceso la revista Semana, el futuro capo del cartel de Medellín especifica quela mitad de sus bienes en caso de muerte irían para su esposa, Victoria Eugenia Henao; a su entonces único hijo, Juan Pablo, lo que le correspondiera por ley, además de toda su colección de carros antiguos y clásicos.

Sobre futuras hijas mujeres, aclaró que de la “cuarta de mejoras que la ley otorga” recibieran bienes, muebles, enseres, porcelanas, adornos o electrodomésticos. Sus padres y hermanos tendrían el 99 por ciento de la cuarta parte de toda la fortuna y destinó el 1 por ciento a una tía.

En este testamento no se habla de montos de dinero y los anexos de las sucesiones son casi inconseguibles; se habla de una lista de obras de arte de alto valor, ya desmembrada y vendida en Colombia.

Después se hablaría de un segundo testamento elaborado por varias razones: el nacimiento de Manuela y por la persecución desatada contra los extraditables. En este documento sacó a algunos hermanos de la repartición. Pero lo sorprendente es que en dicho testamento se habla de una fortuna de unos 120 millones de dólares, un valor muy inferior teniendo en cuenta que Forbes llegó a tasar el patrimonio de Escobar en 3.500 millones de dólares a finales de los años ochenta.

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