Muere un inmigrante que se coló en un barco en una maleta

El fallecido, un magrebí, entró como polizón en el buque que cubre la ruta Melilla-Almería

Apenas faltan unos minutos para llegar al puerto de Almería, cuando la tripulación del ferry Sorolla recibe el primer aviso. Un ciudadano marroquí, A. M. y de 34 años, sube a todo correr desde la bodega del buque. Llega hasta al hall de información. Y alerta inmediatamente al personal: su hermano N. M., de 27 años, parece asfixiado en el interior de una maleta, donde permanecía escondido dentro del maletero del vehículo en el que intentaba entrar de forma irregular en la Península. Tras cinco horas y media de viaje. En plena tarde de agosto del domingo. En un punto del Mediterráneo donde se alcanzaron temperaturas máximas de 32 grados. «El joven también presentaba síntomas de deshidratación», explican fuentes policiales, que detallan cómo las fuerzas de seguridad certificaron la muerte del inmigrante en el mismo barco.

«Se había asfixiado después de tantas horas escondido y con tanto calor. El médico no pudo hacer nada», detallan testigos presenciales. La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación, ha detenido al hermano, de origen marroquí y pasaporte francés. De hecho, el arrestado vivía y trabaja en ese país europeo. «Una de las hipótesis más probables que se baraja es que, una vez en Almería, continuaran su viaje hasta Francia», subrayan fuentes del Instituto Armado.

 

Los hermanos habían embarcado en Melilla minutos antes de las tres de la tarde. Tras pasar los controles de acceso al buque —las fuerzas de seguridad vigilan la documentación de los pasajeros y, con perros antidroga, inspeccionan el interior de los coches—; A. M. deja el vehículo en la bodega y se dirige hacia la zona de pasajeros. «Nadie se puede quedar en el área de los vehículos durante el trayecto. Solo, si necesitan acceder para coger algo, pueden pedir permiso al personal y acceder a ella. Pero siempre acompañado por alguien de la tripulación», detallan fuentes de Transmediterránea.

 

Cuando faltan veinte minutos para llegar a puerto, los viajeros pueden volver a acceder a sus vehículos. Es entonces cuando el detenido encuentra a su hermano. «Tras avisar a la tripulación, servicios sanitarios del barco intentaron reanimarlo en el mismo buque. Pero no lo consiguen», detallan fuentes de la Guardia Civil, que acusa al arrestado de un delito de homicidio imprudente. El hombre permanece todavía en la Comandancia de Almería, a la espera de pasar a disposición judicial. El Juzgado de Instrucción 6 de Almería se ha hecho cargo del caso.

 

Cada puerto establece sus propios controles. Según informan las autoridades, no se busca lo mismo en las salidas de Almería y Melilla. En el caso de Melilla, los agentes centran sus esfuerzos en detectar inmigrantes irregulares y drogas. Los controles son aleatorios y selectivos, ya que «resulta imposible» comprobar todo el tránsito. Sobre todo, en plena Operación Paso del Estrecho. El Sorolla tiene capacidad para 900 pasajeros y 330 vehículos. «Estamos en días de alta ocupación», apuntan fuentes de la empresa.

 

  1. J. GÁLVEZ / T. RAMOS / E. CODINA/ El País