Movimiento Cinco Estrellas se perfila como el partido más votado en las elecciones italianas

Forza Italia no conseguiría así alzarse como el primer partido del país: ese privilegio seguiría estando en manos del movimiento antipolítica Cinco Estrellas. Pero la formación fundada por el cómico Beppe Grillo no logra según esas encuestas el porcentaje necesario para poder gobernar sola. En principio, lograría del 29 al 32% de los votos. De confirmarse los datos, absolutamente provisionales, la coalición liderada por Berlusconi tampoco logra el porcentaje de votos necesario para gobernar ella sólo. Pero sí conseguía convertir al tres veces primer ministro en una pieza fundamental a la hora de formar un nuevo Gobierno en Italia.

Silvio Berlusconi volvió a sacar este domingo su chistera de prestidigitador en unas elecciones imprevisibles y caóticas incluso para los estándares italianos. La coalición de centroderecha liderada por el ex Cavaliere acaricia esta noche los votos necesarios para convertirse en clave en el nuevo Gobierno, erigiéndose en inverosímil freno al populismo xenófobo y euroescéptico que amenazaba con alzarse en vencedor de los comicios celebrados en Italia.

A sus 81 años, a pesar de estar inhabilitado para ocupar cargos públicos después de haber sido condenado por fraude fiscal, a pesar del bunga-bunga y de los numerosos escándalos que han salpicado su larga carrera política, los primerísimos sondeos apuntan a que el partido del ex Cavaliere podría haber obtenido un porcentaje de votos bastante similar (si no superior) al que le atribuían las últimas encuestas. En concreto, del 13 a 16%, una cifra que puede estar cercana a la de sus socios de la Liga Norte, con los que podría formar un Ejecutivo.

Hasta 2019, a causa de la inhabilitación que pesa sobre él, Berlusconi no puede ocupar cargos públicos ni convertirse por tanto en premier por cuarta vez. Pero su sonada jugada justo al final de la campaña electoral, preesentando a Antonio Tajani -actual presidente del Parlamento Europeo- como el candidato a primer ministro de su formación, podría haberse revelado como un lance magistral.

No es que Tajani sea un político especialmente popular en Italia, de hecho no lo es. Pero transmite serenidad, solidez y seguridad, unos atributos especialmente valorados en estos momentos frente a la incertidumbre que generan fuerzas como Cinco Estrellas o la Liga del Norte.

La Liga, el partido xenófobo de extrema derecha que encabeza Matteo Salvini, forma parte de la coalición de centroderecha de Berlusconi. Y aunque puede haber subido mucho respecto a las elecciones generales de hace cinco años, puede estar por detrás de Forza Italia. Es decir: el que mandaría en la coalición y llevaría la voz cantante sería el partido de Silvio Berlusconi, mucho más moderado sin duda que el de Matteo Salvini. Aunque la distancia entre ambos sería muy estrecha.

Algo que hasta este domingo ni siquiera se daba por seguro. Algunos analistas incluso habían llegado a hablar de un posible sorpasso de La Liga a Forza Italia, que amenazaba con convertir a la formación de Matteo Salvini en el primer partido de la derecha italiana y disparar sus posibilidades de convertirse en primer ministro. Un escenario que hacía temblar a Bruselas.

La decisión de Berlusconi de presentar como candidato a jefe del Ejecutivo a Tajani, sumado a las incuestionables dotes como comunicador del propio Berlusconi y a su imperio televisivo, puede haber arrastrado a muchos italianos a votar por Forza Italia. Los últimos sondeos (en Italia está prohibido publicar encuestas en los últimos 15 días de campaña electoral) daban al partido de Berlusconi en torno al 16,7% de los votos. Según los primeros sondeos de esta noche, estaría en torno al 15%.

Un sueño (inconfesable) para Bruselas que, de hacerse realidad, otorgaría un balón de oxígeno a la UE.

Ante la subida de Cinco Estrellas y de La Liga del Norte, en los despachos de la Unión se confiaba en el ex Cavaliere para hacer de muro de contención contra el populismo xenófobo y euroescéptico. Con el atractivo añadido para Europa de que Berlusconi no estará de ninguna de las maneras al frente del nuevo Gobierno italiano a causa de su inhabilitación, lo que no deja de ser tranquilizador para Bruselas, que en 2011 forzó su dimisión como primer ministro al dispararse la prima de riesgo italiana hasta las estrellas.

Berlusconi, profusamente maquillado como en todas sus apariciones públicas, acudió a votar en un colegio electoral de Milán, su ciudad. Y, al igual que ya ocurriera en las elecciones de 2013, fue contestado por una activista del grupo feminista Femen que llevaba escrita en el pecho desnudo la frase «Estás acabado». Una profecía que, sin embargo, parece difícil de cumplir y que, en cualquier caso, no pareció preocuparle lo más mínimo. «Era una chica guapa», es todo lo que aseguró sobre ella el octogenario líder de Forza Italia, famoso por su largo elenco de comentarios machistas y por los guateques erótico-festivos (cenas elegantes, según su propia definición) con decenas de chicas a las que durante años pagó como si fueran su harén. Por su parte el Partido Demócrata, la principal formación del centroizquierda italiano, cumple casi al pie de la letra con el batacazo que pronosticaban para ella los sondeos, que dan al partido de Matteo Renzi en torno al 20 y 23%.

Por lo demás, la jornada electoral fue bastante caótica. Ayer se estrenaba un mecanismo para evitar posibles fraudes electorales, y consistente en código que debía ser anotado por los presidentes de las mesas y retirado luego de las papeletas antes de introducir éstas en las urnas, lo que provocó larguísimas colas.