May se enfrenta a la intransigencia de su aliado de Irlanda del Norte por el Brexit

Britain's Prime Minister Theresa May arrives at the ICC for the third day of the Conservative Party Conference in Birmingham, Britain, October 2, 2018. REUTERS/Toby Melville

La primera ministra británica Theresa May sigue luchando por sacar a adelante su plan de Brexit, buscando el apoyo de sus reticentes aliados norirlandeses y preparándose para discutir sobre el futuro con el presidente de la Comisión Europea el miércoles en Bruselas.

La líder conservadora viajará hoy por la tarde a la capital europea para mantener conversaciones con Jean-Claude Juncker, anunció el martes Downing Street, informó AFP.

Hablarán principalmente de la nueva relación comercial entre el Reino Unido y la UE que debe entrar en vigor tras el periodo de transición posbrexit, inicialmente previsto hasta finales de 2020.

Mientras tanto, May se debate por superar la crisis provocada la semana pasada por la presentación del proyecto de acuerdo de salida negociado con Bruselas, que precipitó la dimisión de cuatro miembros de su gobierno y duras críticas del pequeño partido unionista norirlandés DUP.

En una señal de advertencia de que su alianza pende de un hilo debido al estatuto especial que el acuerdo prevé para la provincia británica de Irlanda del Norte, el lunes por la noche los diputados del DUP, que permiten a May tener una frágil mayoría en el Parlamento, se abstuvieron en la votación de tres enmiendas sobre el proyecto de ley de finanzas.

En otra cuestión votaron incluso con la oposición para enviar un «mensaje político» en forma de aviso al gobierno.

Para el portavoz del DUP, Sammy Wilson, el acuerdo del Brexit viola la garantía «fundamental» de que Irlanda del Norte no disponga de un régimen diferente al resto del Reino Unido.

«Teníamos que hacer algo para mostrar nuestro descontento», explicó a la BBC. «Tenemos un acuerdo con ustedes, pero si no respetan su parte del acuerdo no nos sentiremos obligados a respetar la nuestra», agregó.

Lo que opone al gobierno con los unionistas es el llamado «backstop», una solución que prevé, por una parte, que el Reino Unido se mantenga en una unión aduanera con la UE y, por otra, un mayor alineamiento reglamentario para Irlanda del Norte si no se llega a un acuerdo sobre la futura relación entre Bruselas y Londres.

Sin embargo, esta solución supone una mayor armonización normativa para Irlanda del Norte.

«Existe potencialmente una diferencia reglamentaria en el régimen del backstop», reconoció este martes en la BBC el ministro de Justicia David Gauke.

«Pero no hay diferencia en cuanto a las aduanas, y esto hubiera podido ser algo muy problemático» agregó. «Espero que el DUP examine con detalles el proyecto de acuerdo y se de cuenta de que es la vía que conviene seguir».

Sin plan B

En el otro frente abierto contra la primera ministra, el de los parlamentarios probrexit de su propio partido, la tensión parece haber disminuido.

El grupo conservador European Research Group, liderado por el euroescéptico Jacob Rees-Mogg que rechazó el proyecto de acuerdo, aseguraba la semana pasada que podía reunir a 48 diputados para una moción de censura contra May.

Sin embargo, solo una veintena de diputados se expresaron públicamente en apoyo a la moción. El exministro conservador de Asuntos Exteriores William Hague alertó del riesgo de una «crisis aún mayor» si May fuese derrocada.

«Las posibles alternativas al acuerdo propuesto por la primera ministra para el Brexit son escasas. Existen muchos otros deseos, esperanzas, creencias o discursos apasionados, pero no constituyen un plan», escribió este martes en el diario The Daily Telegraph.

Aún permanece la incertidumbre sobre el apoyo del parlamento cuando se presente en diciembre el proyecto de acuerdo, por las divisiones de los conservadores y la oposición del DUP, pero también del partido laborista, de los escoceses del SNP y de los liberales demócratas.