Los empresarios presionan a presidente boliviano por doble aguinaldo

El presidente boliviano, Evo Morales, enfrenta la presión de los empresarios por su decisión de imponer el pago de un aguinaldo especial a los trabajadores, tildado por la oposición de acto electoralista en la antesala de los comicios de 2019, donde postulará a un polémico cuarto mandato.

El pago de este décimocuarto salario no es nuevo. Se trata de una medida decretada por el presidente socialista en 2012 para redistribuir la riqueza entre los trabajadores cuando la economía crece igual o superior al 4,5%.

En este año preelectoral, Morales confirmó ya en mayo pasado el doble aguinaldo para finales de 2018. El Banco Central de Bolivia calcula una expansión económica de 4,7% este año.

El aguinaldo igualmente procedería si se toma en cuenta los cálculos del Banco Mundial, que, tras revisar al alza en octubre sus previsiones, adelanta un crecimiento del 4,5% para este año. La Cepal, en cambio, lo sitúa en 4,3%.

Con un nivel de informalidad del 62,3%, el más alto del mundo según datos recientes del Fondo Monetario Internacional, solo las personas del sector formal recibirán ese aguinaldo especial, equivalente a un salario.

Para las organizaciones empresariales, el pago de este aguinaldo, que se suma a la paga extra de diciembre, hace insostenible el mantenimiento del número de empleados, abocando a los despidos, mientras los gremios sindicales presionan para que se haga efectivo y de una vez.

«Seguimos nosotros con la discusión en la mesa. La mesa (de diálogo) no está cerrada, estamos todavía trabajando» con algunos ministros de Estado, dijo Guillermo Pou Mont, miembro de una comisión empresarial que negocia con el Ejecutivo.

Los empresarios proponen un tope de 4.120 bolivianos (592 dólares), es decir, dos salarios mínimos nacionales, pagables hasta junio de 2019, mientras que los microempresarios plantean pagar parte de ese aguinaldo extra en productos.

Pero la unitaria Central Obrera Boliviana (COB), afín al gobierno, definió en una reunión la semana pasada «que se mantenga y cumpla el decreto 1802», que ordena el pago de la integridad del salario en diciembre próximo.

Según el dirigente de la COB, Zósimo Paniagua, los empresarios «siempre están en quiebra y no tienen plata y están prestos a acudir al presidente Morales para que los favorezca».

Críticos de la medida afirman que el doble aguinaldo no beneficia a todos los trabajadores, y por tanto, es excluyente.

El economista Gonzalo Chávez, investigador y docente de la Universidad Católica de La Paz, explica que «el segundo aguinaldo creará una burbuja de consumismo estimulado por una mayor demanda, en razón a la política del tipo de cambio imperante en el país», inamovible desde 2012.

«Cuando se inyecta plata a la economía se reactivará el aparato productivo, pero del Perú o de otros países y no de Bolivia, porque estos recursos definitivamente no irán al sector productivo nacional», sostuvo.

Otros economistas consideran que el pago del aguinaldo extra a los funcionarios públicos generará un gasto al erario de hasta 200 millones de dólares y probablemente el triple al sector privado.

– En clave electoral –

Para los políticos, esta es simplemente una medida electoralista, de cara a las elecciones presidenciales bolivianas de octubre de 2019.

El empresario Samuel Doria Medina, que perdió ante Morales en tres elecciones pasadas y que se propone postular una vez más, criticó que se paguen dos aguinaldos cuando «hay señales de problemas en la economía».

El último año que en Bolivia se pagó un doble aguinaldo fue en 2015, cuando el crecimiento de su economía superó el 4,5%.

El oficialismo suele señalar que su economía es estable gracias a la nacionalización de los hidrocarburos en 2016 que permitió un salto exponencial de sus ingresos fiscales.

La oposición y organizaciones civiles se oponen a la postulación de Morales y le exigen que acate el resultado del referendo del 21 de febrero de 2016, que rechazó su nueva candidatura.

Sin embargo, Morales basa su postulación en un polémico fallo del Tribunal Constitucional que a finales de 2017 le dio luz verde con el argumento de que aspirar a la reelección es un derecho humano.

Morales, que llevó a su país a una estabilidad política y económica sin precedentes, enfrenta una oposición dividida que basa su estrategia electoral en el resultado del referéndum de febrero de 2016.