Dos niñas de tres y siete años, ambas de nacionalidad brasileña, fallecieron este lunes después de que les cayera una roca encima en el embalse El Yeso, en San José de Maipo, a unos 60 kilómetros al este de la capital chilena, informaron Carabineros.
De acuerdo a la información policial, las dos niñas se encontraban en el momento del accidente en un sector cuyo paso estaba prohibido y donde en ese momento las barreras de seguridad estaban levantadas, por lo que se investiga la responsabilidad del operador turístico.
Las dos pequeñas viajaban junto a sus padres en un microbús de turismo con otras veinte personas.
De acuerdo al informe de Carabineros de Chile, la menor de tres años falleció en el mismo lugar mientras que la pequeña de siete años murió en un centro médico.
Tras la emergencia, un helicóptero de la brigada aeropolicial fue el encargado de realizar las labores de rescate en el sector.
Carabineros precisaron que el fatal accidente se produjo en la ruta G-455, en el kilómetro 22, en la comuna de San José de Maipo, vecina a Santiago.
La gobernadora provincial de Cordillera, Mireya Chocai, dijo a los periodistas que las niñas fueron golpeadas por las rocas que cayeron en un lugar donde hay señales que advierten del peligro en la zona y que podría haber cierta responsabilidad por parte de los operadores de turismo.
“Hay señalética, los tour-operadores saben cómo funciona esto, existe una ordenanza municipal, el municipio constantemente está en contacto con los tour-operadores. Hay normas claras en el lugar y son de público conocimiento”, recalcó la autoridad provincial.
Según la investigaciones que lleva Carabineros, el vehículo, que llevaba a los 20 turistas brasileños, traspasó una barrera que está ubicada en este sector de La Cortina y que impide el paso por razones de seguridad.
En dicho lugar, los turistas comenzaron a realizar senderismo cuando se produjo el derrumbe que alcanzó a las dos menores.
La situación ocurre casi dos semanas después de la muerte de seis turistas brasileños en un departamento del barrio Bellas Artes, en pleno centro de Santiago, intoxicados con monóxido de carbono.