Deutsche Bank suprime 35.000 empleos y deja América Latina

Deutsche Bank

El mayor banco alemán registra pérdidas récord de 6.000 millones en el tercer trimestre

El Deutsche Bank, el mayor banco alemán, anunció ayer la mayor reestructuración de su larga y hasta hace unos años exitosa historia de posguerra. Su nuevo presidente, el inglés John Cryan, aprovechó su primera rueda de prensa desde que asumió el cargo, el 1 de julio pasado, para dar a conocer los duros planes de ajuste para sanear el banco. Tras asumir pérdidas récord en el tercer trimestre (6.024 millones), Cryan dijo que la institución reducirá, en los próximos dos años, su plantilla en un total de 35.000 personas. Además, suspende el dividendo de 2105 y 2016 y abandona 10 países, entre ellos México, Argentina y Chile.

Cuando el pasado mes de julio John Cryan cogió los mandos del Deutsche Bank sabía que la situación del mayor banco alemán era complicada, pero quizás no se esperaba los “resultados totalmente decepcionantes” que él mismo presentó ayer en Fráncfort, tras guardar silencio durante largos cuatro meses, en los que se ganó el apodo de “el fantasma de Deutsche Bank”, como le bautizó Der Spiegel. Tras una sucesión de escándalos —que van desde la manipulación de los índices hipotecarios hasta el lavado de dinero— la entidad emprende ahora una profunda reestructuración para hacer frente a la crisis en la que se halla.

Las pérdidas récord registradas en el tercer trimestre del año —de 6.024 millones de euros, que el banco ya había anunciado a principios de mes— han llevado al Deutsche Bank a anunciar la ereducción de plantilla, el abandono de las actividades en 10 países y la supresión del dividendo ordinario para los ejercicios fiscales de 2015 y 2016, algo que no ocurría desde los años cincuenta del siglo pasado.

“Tenemos que ser mejores”, dijo el ejecutivo al justificar su decisión de recortar personal y abandonar cinco países latinoamericanos (México, Argentina, Chile, Perú y Uruguay), cuatro europeos (Dinamarca, Finlandia, Noruega, Malta) y Nueva Zelanda.

El anuncio más doloroso realizado por Cryan fue la reducción de plantilla. “Les aseguro que se llevará cabo de forma justa y tras un diálogo con los comités de empresa”, dijo Cryan, quien anunció sus planes de saneamiento en alemán. La medida causó, en un principio, una rara confusión en las agencias y medios internacionales, con cifras que iban de 9.000 a 35.000 empleos, pasando por los 15.000.

Todas las cifras eran correctas. El banco reducirá su propia plantilla en el equivalente a 9.000 empleados a tiempo completo (entre ellos 4.000 en Alemania) más otros 6.000 puestos en consultores externos en el área de infraestructura de tecnología y operaciones. Pero Cryan también anunció que en los próximos 24 meses, el banco planea vender activos con una base de costes de 4.000 millones de euros y que den empleo a otras 20.000 personas, la gran mayoría por la venta de Postbank En su día el Santander estuvo interesado por esa entidad, que a buen seguro volverá a estudiar junto con otros posibles activos que salgan a la venta y que también analizarán otras entidades españolas.

Con los recortes, el Deutsche Bank aspira a ahorrar unos 3.800 millones de euros en costes brutos anuales, pero tendrá que desembolsar de 3.000 a 3.500 millones de euros en indemnizaciones por despido.

Las drásticas medidas anunciadas el jueves por John Cryan fueron aprobadas el miércoles por la Junta de Supervisión del banco. La reestructuración del banco más importante del país contempla una reducción de la Junta Ejecutiva de la institución, introduce cambios en su banca de inversiones que se concentrará en el futuro en la atención de clientes institucionales y modificará radicalmente su cartera de gestión de patrimonios para ofrecer un mejor servicio a sus clientes millonarios.

“El Deutsche Bank no tiene un problema de estrategia. Sabemos exactamente adonde queremos ir”, dijo Cryan, durante su primera rueda de prensa realizada en Fráncfort. “Sin embargo, durante muchos años el banco ha tenido serios problemas a la hora de llevar a cabo su estrategia”, añadió, al justificar de manera elegante las pérdidas millonarias que ha registrado el banco, sobre todo a causa de las amortizaciones para la banca de inversión y a los numerosos escándalos en los que se ha visto envuelto la institución, el último de ellos relacionado con la violación de las sanciones aprobadas contra Irán y Rusia.

“Los resultados de los próximos dos años se verán negativamente afectados por la reestructuración del grupo y 2018 será un año decisivo”, insistió el ejecutivo. A no ser que ocurra un milagro, cerramos 2015 con pérdidas”, añadió el banquero británico de 54 años de quien depende ahora el futuro del banco.

 

LUIS DONCEL / ENRIQUE MÜLLER / El País