Deportados contaron el drama que sufrieron desde Caracas

Con pequeños morrales donde escasamente pudieron guardar tres mudas de ropa llegaron a Arauca los 33 colombianos que las autoridades deportaron de Caracas y Valencia por indocumentados, en la mayoría de los casos, y por tener antecedentes penales.

En una pequeña buseta de color blanco fueron llevados hasta El Amparo. Los connacionales dejaron en Caracas a sus familias y sus trabajos.

En la tarde del miércoles pasado, seis menores de edad, siete mujeres y veinte hombres fueron entregados a funcionarios de Migración Colombia que los esperaban en el puente internacional José Antonio Páez, que une a la capital araucana con el municipio venezolano de El Amparo, en el estado Apure.

Amit Majul, un humilde colombiano que trabajaba como cocinero en Caracas, reveló que los miembros de la Guardia lo requirieron para pedirle su documentación y, según él, al enterarse que no tenía cédula lo capturaron para reseñarlo como paramilitar.

Majul, que intenta llegar a Cartagena, fue uno de los ocho colombianos del grupo de 33 que llegaron a Arauca reseñados como delincuentes.

Por su parte, Maribel Esther Bravo, una barranquillera residenciada en Caracas hace diez años, dijo que fue detenida por las autoridades por no contar con la documentación. Estuvo detenida por ocho días.

Junto a otra hermana fue deportada desde Caracas hasta la frontera con Arauca, ciudad a la que llegó tras un penoso viaje de más de 16 horas de viaje en un bus de transporte asignado por las autoridades migratorias venezolanas.

Néstor Enrique Guerra, con 40 años de edad y con tres lustros de permanencia en Venezuela, también contó que fue privado de la libertad en Valencia, estado de Carabobo, tras ser incomunicado de su familia.

Señaló que está casado y es padre de cinco hijos, todos de nacionalidad venezolana y quienes quedaron en Valencia, junto a su esposa y mamá. Guerra dice que sus familiares quedaron desprotegidos porque se mantenían con su trabajo, como ayudante de construcción.

“Busqué todas formas de legalización de mi permanencia, pero me fue imposible acceder a los documentos porque la entidad encargada nunca tenía la papelería para los trámites”, agregó Guerra, quien buscará la forma de regresar porque le preocupa el estado de salud de su madre hipertensa, que en dos oportunidades ha sido operada del corazón.

Los 33 deportados pasaron la noche en un hotel de Arauca, donde la Cancillería, Defensoría del Pueblo e Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) asumieron su cuidado y los enviarán a sus regiones de origen.

Van 741 deportados

Según reportes oficiales, el pasado mes de agosto fueron deportados por el puente internacional José Antonio Páez 83 colombianos que habían estado residenciados o hacían tránsito por territorio venezolano en los puntos fronterizos con Arauca.

Hasta el 2 de septiembre pasado, las autoridades venezolanas han repatriado por este puesto fronterizo a 741 colombianos, que en años anteriores buscaron mejores oportunidades de vida en el vecino país.

Entre enero a julio de 2015 fueron reportados 625 colombianos a los que se suman 83 más en agosto y 33 de este miércoles, para un total de 741.

Las autoridades venezolanas realizan estrictos controles a los viajeros transitorios entre Arauca, Apure y Táchira que se han desplazado por este corredor ante el cierre de la frontera en Norte de Santander.

ARAUCA/El Tiempo