Mercado Municipal de Catia no tiene carne desde hace tres semanas

Un trabajador del lugar detalló que la reconversión monetaria agravó el problema, publica El Nacional

La mayoría de las carnicerías ubicadas en el Mercado Municipal de Catia se encuentran sin carne de res desde antes de la reconversión monetaria.

La regulación de la carne y el pollo, que se oficializó mediante Gaceta Oficial, y la eliminación de los cinco ceros a la moneda, agudizó el problema de los comerciantes.

En un recorrido realizado por equipo de El Nacional Web se constató que las carnicerías del mercado se encuentran vacías en su mayoría. La proteína que hay en algunos locales son: panza, patas y orejas, denominadas como carne de tercera, y chuletas de cerdo.

“Nos traen carne a 66 bolívares soberanos (6.600.000 bolívares fuertes) ¿cómo vamos a vender a Bs.S 90 ( Bs.F 9.000.000) o a Bs.S 80 (Bs.F 8.000.000)?”, dijo en exclusiva a El Nacional Web Luis Rengifo, dueño de un negocio en el mercado de Catia.

El comerciante detalló que no reciben la mercancía necesaria para trabajar y no tienen el dinero suficiente para poder pagar el sueldo mínimo, fijado en Bs.S 1.800 (Bs.F 180.000.000) por el presidente Nicolás Maduro, a los trabajadores.

“Tenemos tres semanas sin carne, después de la reconversión aquí se desapareció todo”, detalló Rengifo.

Señaló que cuando llega el pollo deben comprarlo a Bs.S 74 (Bs.F 7.400. 000) y venderlo a Bs.S 78 (Bs.F 7.800.000).

“Pollo llega a veces, estamos comprando a Bs.S 74 para venderlos a Bs.S 78, no nos estamos ganando nada, no alcanza para pagar el sueldo nuevo, para comprar bolsas, para nada”, enfatizó Rengifo.

Las pocas personas que acuden al mercado para comprar proteína, adquieren los productos que hay y no los que desean.

“Llevo toda la vida comprando carne, pollo y pescado aquí, comprabas lo que tu querías. Ahora no hay carne de nada, lo único que hay es de tercera”, señaló la clienta Raquel Arango mientras veía las vitrinas vacias.

Tres meses sin luz

Los comerciantes del Mercado Municipal de Catia, que fue inaugurado el 15 de diciembre de 1951, también han sido afectados por la falta de luz de 220 voltios.

El mercado cuenta con electricidad para utilizar algunas neveras y artefactos necesarios. La mayoría de la iluminación de la edificación proviene de la luz natural que se filtra por las entradas y por algunas paredes que permiten el ingreso de la luz.

“Tenemos tres meses sin luz. Explotó un transformador y más nunca volvió la luz”, precisó Rengifo.

Cuando estalló el transformador, varios comerciantes perdieron parte de la mercancía que tenían almacenada en las neveras y cavas.

“Los pescaderos botaron mucho pescado. Mucha mercancía se perdió, desde ese día no hemos conseguido quien nos ayude. Estamos en un déficit grande”, señaló.

El vendedor comentó que el gerente del mercado se reunió con trabajadores de la Corporación Eléctrica Nacional y ellos prometieron ofrecer una solución que no ha llegado.

“El administrador del mercado dice que eso se le escapa de sus manos, él se reunió con Corpoelec y le dijeron que le iban a dar una solución y no la dieron. También hablaron con Erika Farías, alcaldesa del Municipio Libertador, que iba a traer una plata y no la trajo. El mercado se está cayendo”, destacó Rengifo.

Debido a la falta de luz de 220 voltios las neveras y cavas sufren fallas que impiden su funcionamiento.

“Las cavas están dañadas, no podemos traer mercancía en grandes cantidades porque todo está fallando. Tenemos varias neveras que no funcionan y se nos han quemado varios de los bombillos, además de los motores. Al no tener la corriente de 220 todo trabaja mal y vienen las fallas y quemas de los motores”, aseguró.

Rengifo aseguró que los dueños de los comercios tienen las manos atadas. La falta de luz, de mercancía y los precios fijados por el gobierno impiden que los trabajadores del Mercado de Catia obtengan ganancias.

“Estamos amarrados, en cualquier momento este mercado debería cerrar, así no se puede trabajar”, aseveró Rengifo.