Angel García Banchs: Hay que acumular bolívares para cuando reviente el control de cambio

El economista Angel García Banchs estima que el control de cambios “estallará” dentro de los próximos seis meses y que la tasa de cambio se ubicará en unos 130 bolívares el dólar.

 

“En este caso no habría que comprar dólares negros para quedárselos, y mucho menos endeudarse en bolívares para comprarlos”, dijo en el foro de coyuntura de Econométrica, que se realizó bajo el lema de “¿Una luz al final del túnel?

A continuación la primera parte de la presentación.

El director de la firma consultora al inicio de su peroración recordando que Venezuela había sido desde 1925 hasta 1974 el mejor ejemplo de crecimiento económico en el planeta; ejemplo de civilidad, democracia y de República durante la parte final de ese período.

Según García Banchs en el mundo se produjo un cambio en la esfera monetaria con la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods, y, básicamente, con el fin de la convertibilidad oro-dólar que condujo a que el petróleo, de ser una simple mercancía, pasase a ser un activo financiero.

“Desde entonces –añadió- su precio ha sido volátil y, por supuesto, en Venezuela no hemos sabido lidiar con ese fenómeno. Vino la nacionalización de la industria petrolera y poco tiempo después llegó el comunismo a socavar las bases de nuestra otrora sólida institucionalidad. Hoy estamos a las puertas de un socialismo exacerbado que coquetea con el comunismo y, por supuesto, resulta inviable en el siglo XXI”.

A juicio de García Banchs hoy es imposible mantener el populismo vivo: no hay reservas internacionales; no hay dólares baratos; estamos endeudados hasta no más poder; y la capacidad productiva está por el piso; no hay inventarios y estímulos a la producción; el precio del barril de petróleo no es el de antes y ya no crece a un ritmo superior al de la inflación. “Entonces, ni Chávez ni Perón vivos pueden hoy mantener vivo al populismo”.

Recordó que en el Foro anterior de Econométrica, él había deducido que la caída del nivel de los inventarios iba a conducir a un reventón del sistema del control de precios y del control de cambios. “Bueno –añadió-, es un hecho que el control de precios ha reventado”.

Reconoció que el control de cambio no ha reventado todavía porque todavía no se ha destrabado la variable política, y estimó como muy difícil que ocurra antes del 6D pero no le da más allá de febrero o marzo del próximo año.
Admitió que ese control no revienta con la misma facilidad como sucede con el control de precios pues, a su juicio se tendría que producir previamente una alta conflictividad política, social y económica. No descartó la posibilidad de que se pueda dar paso a una transición dentro del chavismo que permita la reforma del sistema económico en una primera instancia y, posteriormente, del sistema político.

Explicó que se refería a una reforma emprendida desde el propio chavismo; ya que, según su punto de vista, la oposición no tiene porqué hacer una reforma por razones obvias. “La crisis no la generó la oposición y, en segundo lugar, no cuenta con los militares. Los militares son fundamentales en el marco de una reforma política, econlares zimbawensesnes de de, se pde un alza deliberada de los precios, asociada a un proceso mafioso; que se edstolviamente, se pómica y social, lamentablemente”.

Al abordar el tema de la inflación no aceptó que Venezuela viva un proceso de hiperinflación porque se trata de una hiperinflación artificial, mafiosa que se traduce en una aceleración descomunal de los precios, y que por tratarse de un alza artificial de los precios asociada a un proceso mafioso, la que se está viviendo en el palares zimbawensesnes de de, se pde un alza deliberada de los precios, asociada a un proceso mafioso; que se edstolviamente, se pís, García Banchs preferlares zimbawensesnes de de, se pde un alza deliberada de los precios, asociada a un proceso mafioso; que se edstolviamente, se pía hablar de hipermafia.

Según sus cálculos, a finales de año pudiéramos estar hablando de una inflación de 200 por ciento, y sí se decreta en noviembre un aumento que eleve el salario mínimo a 10 mil bolívares, esa cifra pudiera remontarse a 230%. Agregó que de acuerdo a informaciones extraoficiales y, según los cálculos que hace Econométrica con base a los precios de los productos de sus más grandes clientes, la inflación se ubica ya en 151% al mes de agosto.

“Cuando uno habla de hiperinflación, usualmente, habla de déficit fiscal. Venezuela tiene un déficit fiscal descomunal: más de 10 años con esta situación y en los últimos años ha alcanzado el 20%. Pero, este déficit fiscal en Venezuela es a causa de una mafia”.

Conjugó los dos flagelos que más indignación causan en la opinión pública, como son el dólar a 6,30 y la gasolina a 0,95 céntimos, y, consideró que llenar un tanque de gasolina por cuatro bolívares no es sino un regalo; lo mismo que no pagar nada, y la misma consideración tuvo con el tipo de cambio a 6,30: 6,30 bolívares por dólar y 0 bolívares por dólar equivale prácticamente a lo mismo.

Por eso llegó a la conclusión de que en Venezuela no hay un mercado cambiario sino una mafia que se reparte o regala los dólares a sí misma mientras el tipo de cambio paralelo se fija en unas calles de Cúcuta, por lo que el día del natalicio del Libertador, que fue de asueto y sin activdad cambiaria en Venezuela, el tipo de cambio subió 33 bolívares.

Se mostró de acuerdo con el señalamiento que se hace, de que el déficit desaparece tan pronto se ajuste la tasa de cambio, producto de una unificación cambiaria. “¿Qué es lo que está pasando?”, se preguntó, “que Pdvsa a 6,30 está regalando su factura de exportación petrolera a una mafia”.

“Los dólares no están llegando al sector privado de la economía. Nuestros cómputos, hablando con una unificación en el entorno de 130, implicarían un superávit fiscal inmediato: es decir, pasar de 20 puntos de déficit a un superávit de aproximadamente 3 puntos porcentuales del PIB; en cuyo caso tendría el BCV que esterilizar esas operaciones; entre otras vías, bajando el encaje”.

Aceptó la tesis de que desde el punto de vista macro en el sistema no habría problemas; pero que desde el punto de vista micro sí; pues hay algunos bancos que no van a poder funcionar en un contexto de unificación cambiaria; que los bancos más pequeños van a tener que ser comprados por bancos más grandes.

Reiteró que el encaje va a tener que reducirse a lo que era la norma histórica del 17%. Luego, el BCV debería comenzar a intervenir en el mercado interbancario para mantener una tasa de interés fija para los DPNs, claramente, cónsona con su política monetaria; de forma tal que esa locura que, según García Banchs, hoy tenemos, no persista: una banca obligada por la política económica a ser ineficiente, a mantener reservas excedentarias porque, simplemente, no pueden prestarse entre sí, ya que el BCV no interviene para dar seguridad y garantizar las reservas bancarias.

Afirmó que sería muy sencillo ordenar el sistema interbancario para que realmente funcione y establecer reglas para que la Tesorería Nacional, la de PDVSA, CVG, y otros de la Administración Pública mantengan saldos diarios de depósitos oficiales en cada banco en el mismo porcentaje. Sugirió la necesidad de “un sistema interbancario en el cual se puedan socializar buena parte del riesgo de liquidez”.

Al abordar el tema de la impresión de dinero; García Banchs indicó que lo menos que tiene en este momento Pdvsa son bolívares; puesto que lo que recibe son 6,30 bolívares por cada dólar que coloca en el mercado; que con 6,30 bolívares no se compra absolutamente nada; y que es por eso que, al final, Pdvsa tiene que emitir unos papelitos que se llaman pagarés para poderle pagar al Fisco impuestos y regalías, añadió que éste (el Fisco) está obligado a voltearse y entregarlos al BCV, ente que, a cambio, imprime dinero para financiar el déficit fiscal, violando así el Artículo 320 de la Constitución.

Aseguró que todo eso se desaparece en un instante; porque el mismo día de la unificación Pdvsa se va a “llenar y llenar” de bolívares porque ya no estaría regalando el dólar a 6,30, sino que estaría vendiendo, por ejemplo, a 130 bolívares el dólar. Según García Banchs, esto daría lugar a que desaparecieran los pagarés y la necesidad de que el BCV imprima dinero: “se acabaría ese financiamiento monetario del déficit fiscal”.

Y luego se refirió al mejor negocio del mundo que se ha inventado en Venezuela: la posibilidad de comprar dólares sin dinero.

“Cuando el dólar estaba en 12 bolívares y el tipo de cambio oficial a 6,30, un mafioso necesitaba 50 céntimos de dólar para conseguir un dólar completo. Cuando el dólar llegó a 630 bolívares el dólar, con un céntimo de dólar se compraba un dólar completo. Hoy no. Hoy tiene que entregar menos de un céntimo”.

A este respecto, García Banchs concluyó que el bolívar no funcion como activo o como reserva de valor porque no se requiere bolívares para comprar dólares. Le dijo a la audiencia que ellos creían que compraban dólares; cuando en verdad quienes los compran son las mafias: “Estamos hablando de 40 mil millones de dólares al año, todos regalados a 6,30”, recalcó García Banchs.

Según su punto de vista no existe un mercado cambiario en Venezuela sino que lo que hay es un reparto de una mafia a quien le regalan unos dólares, y le pareció evidente que cuando se habla de hiperinflación también se habla de un mercado en el que todo el mundo quiere comprar dólares y nadie quiere venderlos, lo que, para García Banchs, hace muy ilíquido ese mercado, muy volátil y con muchos cambios de precios, a pesar de que se hacen muy pocas transacciones.

Para el director de Econométrica, esta situación dejaría de existir una vez que aparezca un demandante de última instancia del bolívar y un oferente de última instancia del dólar: el Estado. “Cuando se produzca la unificación cambiaria, y todo el mundo tenga acceso a los dólares, entonces, tan sencillo será que, el demandante de última instancia del bolívar va a ser el Estado, y por una razón evidente: hoy demanda tan sólo 6,3 bolívares por cada dólar, pero, entonces, demandará cercano a 130 bolívares por cada uno; en ese momento va a aparecer un gran demandante de la moneda nacional lo que equivale a decir también que va a aparecer un oferente de última instancia de los dólares, que también va a ser el Estado; sí, ese mismo Estado que hoy se los regala a una mafia”.

Reiteró que él no hablaba de hiperinflación pero, sí de hipermafia, ya que se trata de un fenómeno artificioso; pero, además, porque en Venezuela no se presenta un elemento que caracteriza a la hiperinflación de precios: “No existe una hiperinflación de precios sin hiperinflación de salarios”, pero agregó: “lo que estamos viviendo en Venezuela es mucho peor que una hiperinflación”.

Ilustró esta situación exponiendo que en las elecciones de octubre de 2012 el salario mínimo era de 170 dólares, mientras que hoy el salario mínimo son menos de diez dólares.

“Los salarios no le están siguiendo el mismo ritmo ni a los precios ni mucho menos al tipo de cambio del mercado negro. Es decir, se está produciendo una contracción en los salarios reales descomunal; que ya va por el orden del 30%, y si no se concreta una unificación cambiaria en el corto plazo, pudiera significar una caída por el orden de 45% a finales de año”.

Hizo ver que en un proceso hiperinflacionario una caída del poder de compra del salario de esta magnitud se lleva tiempo; entre tanto, aquí en Venezuela se ha caído en cosa de un año, y de allí dedujo la demanda de consumo se va a desplomar, “lógicamente”.

Destacó por qué era importante diferenciar entre la hiperinflación y lo que él llama hipermafia. Si es hiperinflación el dólar negro está barato. Hay que comprar más dólares negros, y para ello hay que endeudarse en bolívares, “sin pudor”; pero que si como él sostiene, no es hiperinflación tradicional sino hiperinflación mafiosa o hipermafia, entonces el dólar negro se vuelve caro, aunque siga subiendo mientras exista. “En este caso no habría que comprar dólares negros para quedárselos, y mucho menos endeudarse en bolívares para comprarlos”.

En ese sentido, recomendó sólo comprar dólares para reposición de inventarios si es que existe un mercado de reposición o adquisición donde pueda comprarse y venderse rápidamente dicho inventario. Reconoció que se trataba de una recomendación no tradicional, y sugirió multiplicar y acumular bolívares de forma tal de hacer dinero cuando ocurra la unificación. Porque “no todos los días revienta un control de cambio mafioso”.

Mañana, segunda parte.

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